Revista Española de Cardiología - Suplemento - vol 20 ; fasc B ; 2020

6 M. Anguita et al. / Rev Esp Cardiol Supl. 2020; 20(B) :1-46 2 consistían en la gestión telefónica de casos. La duración de las inter- venciones varió de las 2 semanas a los 18 meses. En cuanto a los pro- gramas dados en estas estrategias, se incluía (dependiendo del estu- dio) la monitorización de síntomas y signos de la IC, la mejora de la capacidad para resolver problemas, la adherencia al tratamiento, la actividad física, la dieta o el cese del hábito tabáquico. Dos de los ensayos incluían además estrategias de refuerzo formativo. El metanálisis mostró que la implementación de estrategias de autocuidado, en comparación con el cuidado habitual, reduce el tiempo hasta una variable compuesta de hospitalizaciones por IC o muerte por cualquier causa (HR = 0,80; IC95%, 0,71-0,89) y el tiempo hasta una hospitalización por IC (HR = 0,80; IC95%, 0,69-0,92) y mejora la calidad de vida a los 12 meses (diferencia media estandari- zada, 0,15; IC95%, 0,00-0,30). Este mismo grupo analizó en otra publicación si alguna caracterís- tica concreta de los programas de estas estrategias de autocuidado se asociaba con mejores resultados. Sin embargo, ninguna característica concreta se asoció con mejores resultados de una manera constante, salvo una mayor duración de la intervención, que disminuyó de manera significativa la mortalidad, la hospitalización por cualquier causa a los 6 meses y la hospitalización por IC. Puntos que considerar y recomendaciones El papel de enfermería en la atención a los pacientes con IC se cen- tra en: 1. La información y la formación sanitaria orientada al autocuidado. 2. La detección precoz de signos de descompensación y su abordaje. 3. La promoción de hábitos de vida adecuados (alimentación equili- brada, restricción salina e intervención antitabaco si procede). 4. La elaboración de planes de cuidados según las necesidades de cada individuo. 5. El asesoramiento ante dudas y dificultades del paciente y su familia. 6. El apoyo emocional para el mejor afrontamiento de la enfermedad y la posible pérdida de funcionalidad. Con la información y la formación sanitaria, el paciente y la familia aprenderán que el control de la enfermedad incluye cambios que se refieren al tratamiento farmacológico, los hábitos y el estilo de vida, la alimentación y el ejercicio físico. Otra función importante es la detección precoz de los síntomas y signos de descompensación de la IC, que se describe en la tabla 3. En cuanto a la promoción de hábitos y estilos de vida saludables, un tema importante que tratar es la dieta. En este sentido recomenda- mos una serie de pautas que se han demostrado beneficiosas para los pacientes con IC (tabla 4) 34,35,37 . La actividad física es una parte importante del plan terapéutico de los pacientes con IC; se debe adaptar en todo momento en función de la capacidad de la persona y su situación clínica. En la tabla 5 se propone una serie de recomendaciones 33 . Por otro lado, recomendamos la elaboración de planes de cuidados según las necesidades del paciente. Estos tienen como objetivo ayu- dar al individuo a llevar a cabo y mantener, por sí solo, acciones de autocuidado para conservar la salud y la vida, recuperarse de la enfer- medad y afrontar las consecuencias de esta 38-41 . En la formación del paciente, el asesoramiento ante posibles dudas del paciente y su familia es fundamental 29,32 . La ET del paciente con IC debe abordarse desde consultas programadas del profesional de enfermería de referencia. El acceso a los profesionales, tanto telefó- nico como en el centro de salud, facilitará este aspecto. Una herra- mienta que puede ser de utilidad para explorar conocimientos y difi- cultades en la gestión de la salud es la escala europea de autocuidado en IC (European Heart Failure Self-care Behaviour scale) 42 . Asimismo hablar con enfermería puede dar al paciente informa- ción sobre apoyo emocional y social para mejorar el afrontamiento de la enfermedad y la posible pérdida de funcionalidad. Resumen Se muestra, a continuación, un resumen de los puntos más desta­ cados de lo expuesto anteriormente 20,25,29-32 : 1. La responsabilidad de la formación de los pacientes recae en todos los profesionales de la salud implicados en su cuidado, pero espe- cialmente en enfermería. 2. La formación del paciente con IC incluye información sobre la enfermedad y su tratamiento, la dieta, el ejercicio, el autocuidado, el afrontamiento de la enfermedad, la adherencia y estrategias Tabla 3 Síntomas y signos que evaluar para la detección precoz de una descompensación 1 Ganancia de peso rápida: 2 kg/3 días o 3 kg/semana 2 Edemas de pies, tobillo o piernas 3 Disminución de la cantidad de orina 4 Disnea con menor esfuerzo o en reposo 5 Ortopnea o necesidad de aumentar el número de almohadas para dormir 6 Tos irritativa y persistente (sobre todo acostado) 7 Dolor en el pecho, palpitaciones 8 Cansancio intenso 9 Mareos, pérdida de conocimiento Tabla 4 Recomendaciones sobre la dieta 1 Seguir una dieta equilibrada y mantener un peso saludable 2 Promover la modificación de hábitos dietéticos que favorezcan el incremento de la ingesta de frutas, verduras, cereales, legumbres y pescado azul reduciendo el consumo de grasas saturadas y alimentos con alto contenido en colesterol 3 La restricción de sodio puede ayudar a controlar los síntomas y signos de congestión en pacientes con IC sintomática en NYHA III-IV 4 Evitar el consumo excesivo de líquidos; para aliviar los síntomas y la congestión, se puede considerar la restricción de líquidos a 1,5-2 l/día a los pacientes con IC grave 4 Consumo moderado de alcohol: se recomienda la abstinencia a los pacientes con miocardiopatía inducida por el alcohol 5 Promover el abandono del tabaco IC: insuficiencia cardiaca; NYHA: clase funcional de la New York Heart Association. Tabla 5 Recomendaciones sobre el ejercicio 1 El ejercicio físico moderado (caminar o montar en bicicleta, subir escaleras, nadar en agua templada) hará que se encuentre mejor y pueda hacer una vida con menos limitaciones 2 En general se desaconseja el reposo absoluto o dejar cualquier actividad física 3 Caminar a buen ritmo es un excelente entrenamiento. Empiece lento y aumente progresivamente la distancia y la intensidad. Puede ir aumentando de manera progresiva y en función de sus capacidades hasta conseguir andar 30-40 min al menos 5 veces por semana 4 Existen actividades de fuerza que se pueden realizar con brazos o piernas y, si se realizan con regularidad, mejoran la capacidad funcional y aumentan la fuerza muscular y la tolerancia al ejercicio y favorecen la realización de tareas cotidianas. Entre estas actividades se encuentran los ejercicios con bandas elásticas o pesas/lastres 5 Tras el ejercicio, realización de estiramientos suaves de cada uno de los principales grupos musculares implicados en el ejercicio 6 Evitar temperaturas extremas (calor o frío intensos)

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