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Fisiología y farmacología neuromusculares

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Fisiología y farmacología

neuromusculares

J. A. Jeevendra Martyn

Puntos clave

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1.

La unión neuromuscular aporta una rica variedad de

receptores y de sustratos para la acción de los fármacos.

Varios agentes que se utilizan en la práctica clínica tienen

múltiples sitios de acción y los relajantes musculares no

son una excepción a la regla según la cual la mayoría de

las sustancias tienen más de un sitio o mecanismo de

acción. Las acciones principales parecen ocurrir mediante

los mecanismos y en los sitios descritos hace décadas:

acciones agonistas y antagonistas en los receptores

postsinápticos para los relajantes despolarizantes y no

despolarizantes. Esta es una descripción simplista de la

acción del agente neuromuscular. Los no despolarizantes

interfieren la transmisión neuromuscular porque impiden

el acceso de la acetilcolina a su sitio de reconocimiento

sobre el receptor postsináptico.

2.

Si se aumenta la concentración de no despolarizante, se

superpone otra acción, que no es competitiva: el bloqueo

del canal iónico. La parálisis también es potenciada por las

acciones presinápticas del relajante, lo que evita la

liberación de acetilcolina. Esto puede documentarse como

la atenuación que se produce al incrementar la frecuencia

de estimulación. Una descripción más exacta de los efectos

de los relajantes reconoce que la unión neuromuscular es

un sistema complejo y dinámico, en el que los fenómenos

producidos por fármacos son acciones compuestas que

varían con el agente, la dosis, la actividad en la unión y

músculo, el tiempo transcurrido tras la administración, la

presencia de anestésico u otro agente, así como la edad y

condición del paciente.

3.

La inhibición de la acetilcolinesterasa postsináptica por

parte de los anticolinesterásicos aumenta la concentración

de acetilcolina, que puede competir y desplazar al no

despolarizante y, por tanto, revertir la parálisis. Estos

anticolinesterásicos tienen también otros efectos, como

los que se producen sobre las terminales nerviosas y

sobre el receptor por medio de un mecanismo alostérico.

Las ciclodextrinas son una clase nueva de compuestos

que sólo revierten la parálisis de los relajantes musculares

esteroideos mediante la unión directa a los mismos.

4.

Los compuestos despolarizantes reaccionan inicialmente

con el sitio de reconocimiento de la acetilcolina y, al igual

que el transmisor, abren los canales iónicos y despolarizan

la membrana de la placa terminal. A diferencia del

transmisor, no están expuestos a hidrólisis por

acetilcolinesterasa, y por consiguiente permanecen en la

unión. Poco después de la administración del fármaco,

algunos receptores son desensibilizados y, aunque están

ocupados por un agonista, no se abren para permitir que

la corriente fluya con el fin de despolarizar el área.

5.

Si se aplica un relajante despolarizante a concentraciones

elevadas y se le permite permanecer en la unión durante

un período de tiempo largo se producen otros efectos,

como que el fármaco pasa dentro del canal para

obstruirlo o lo atraviesa hasta el citoplasma. Los

relajantes despolarizantes poseen también efectos sobre

las estructuras presinápticas, y la combinación de efectos

pre y postsinápticos más los efectos secundarios sobre la

homeostasis del músculo y del nervio provocan el

fenómeno complejo conocido como bloqueo de fase II

.

6.

Se sigue investigando a un ritmo rápido en el área de la

transmisión neuromuscular. Las últimas observaciones

sobre receptores, canales iónicos, membranas y funciones

presinápticas revelan un rango de sitios y mecanismos de

acción mucho más amplios para agonistas y antagonistas.

7.

Algunos de los otros agentes que se utilizan en la clínica

(p. ej., la toxina botulínica) tienen efectos sobre el nervio

y, por tanto, también los tienen indirectamente sobre el

músculo. La infección sistémica con toxinas de clostridios

(Clostridium tetanus, Clostridium botulinum)

puede

conducir a una parálisis sistémica como resultado de un

descenso en la liberación de acetilcolina desde la terminal

nerviosa. Los relajantes no despolarizantes administrados

incluso durante 12 horas o durante períodos de tiempo

prolongados pueden tener efectos sobre el receptor

postsináptico y simular una denervación (denervación

química). Al reconocer estos sitios y mecanismos,

comenzamos a acercar nuestro conocimiento teórico a la

explicación de los fenómenos que se observan cuando se

administran estos agentes a seres humanos vivos.

8.

Los trabajos más recientes parecen estar centrados en

la membrana postsináptica y en el control de la

expresión del receptor de acetilcolina en situaciones

normales y patológicas. La presencia o ausencia de

isoformas maduras o inmaduras parece complicar aún

más las cosas. En ciertos estados patológicos (p. ej.,

ictus, sepsis, quemaduras, inmovilización o uso crónico

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