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o metilhistamina también pueden reflejar las cifras globales de histamina liberada,

pero en ellas influyen los alimentos ingeridos que contienen histamina, las bacterias

de las mucosas productoras de histamina y la variabilidad en el metabolismo de

la histamina. La PGD2 también se metaboliza rápidamente y está producida por

varios tipos celulares, que incluyen los mastocitos, y los metabolitos urinarios de este

mediador se elevan durante la anafilaxia.

Las concentraciones basales elevadas de triptasa sérica total también parecen

ser un factor de riesgo para una mayor gravedad de la anafilaxia sistémica mediada

por el veneno de insectos. Los estudios futuros determinarán si las concentraciones

basales de triptasa sérica deberían guiar el tratamiento en los sujetos sensibilizados

al veneno así como en aquellas otras sensibilizaciones alérgicas. Otros factores

de riesgo para la anafilaxia sistémica grave incluyen un acontecimiento alérgico

previo con ese alérgeno y la presión sanguínea elevada, especialmente si ésta se

trata con

b

-bloqueantes inespecíficos o inhibidores de la enzima convertidora de

la angiotensina (ECA).

Las concentraciones bajas de acetilhidrolasa de PAF, que metaboliza el PAF, y

de ECA, que metaboliza la bradicinina, se han relacionado con anafilaxia sistémica

inducida por alimentos más grave. Sigue sin determinarse si el metabolismo lento

del PAF y de la bradicinina permite que estos mediadores desempeñen un papel en

tales reacciones y si tratamientos específicos de mediador serían clínicamente útiles

para estas reacciones.

Diagnóstico diferencial

La anafilaxia debe distinguirse de diversos trastornos con presentaciones que se

solapan. El síncope vasovagal (cap. 62) produce sudoración, náuseas, hipotensión

y bradicardia, pero sin urticaria. Los trastornos que cursan con enrojecimiento

generalizado pueden ser benignos y no relacionarse con la anafilaxia, o pueden

ser una manifestación de trastornos patológicos como el síndrome carcinoide

(cap. 240), que típicamente no se acompaña de urticaria ni hipotensión profunda,

o el feocromocitoma (cap. 235), que produce hipertensión episódica. La detección

precisa de estos últimos trastornos implica la determinación de las concentraciones

séricas de serotonina y urinarias de ácido 5-hidroxiindolacético, catecolaminas y áci-

do vanilmandélico. Las crisis de pánico y la disfunción de las cuerdas vocales pueden

ser difíciles de distinguir de la anafilaxia, en especial sólo con la anamnesis, pero

deben tenerse en cuenta. Las crisis agudas de angioedema hereditario y adquirido

causadas por una deficiencia del inhibidor de la fracción esterasa de C1 (cap. 260) no

se asocian a la urticaria pruriginosa y persistenmás tiempo que las crisis de anafilaxia.

También se ha comunicado el choque debido a la activación del complemento por

tubos de hemodiálisis contaminados o a la activación del sistema de contacto por

un contaminante bradicinina, sin una activación del mastocito. La escombroidosis

aparece de 5 a 90 minutos después de la ingestión de pescado mal almacenado que

contiene histamina y se manifiesta con enrojecimiento, palpitaciones, cefalea y sínto-

mas digestivos. El trastorno dura varias horas, y la duración y la gravedad dependen

de la cantidad de histamina ingerida; suele responder a los antihistamínicos del

receptor H

1

y H

2

, aunque en ocasiones requiere epinefrina y líquidos intravenosos.

La enfermedad del suero aguda, varios síndromes de activación celular, el choque

séptico mediado por endotoxina y el choque tóxico mediado por superantígeno

se manifiestan con fiebre, que no es característica de la anafilaxia. Además hay que

considerar la hipoglucemia, las convulsiones y los acontecimientos pulmonares o

cardíacos primarios.

El síndrome de fuga capilar sistémica es una afección rara que puede presentarse

con choque e imitar la anafilaxia o la sepsis (cap. 108). Los pacientes pueden contar

astenia, debilidad o mialgias previas al inicio del choque y del edema masivo, junto

con hemoconcentración e hipoalbuminemia debida a la extravasación reversi­

ble de plasma. Cerca del 80% de los pacientes tiene una gammapatía monoclonal

subyacente de significación incierta (cap. 193), pero se desconoce el papel de las

paraproteínas en la precipitación del síndrome. Éste se distingue de la anafilaxia

por la presencia de hipoalbuminemia y la ausencia de signos o síntomas alérgicos;

se distingue del angioedema hereditario por la presencia de una hipotensión grave.

Típicamente, el síndrome responde a los vasopresores intravenosos y la fluidoterapia

pero, al contrario de la anafilaxia, puede ser resistente a las dosis incluso altas de

vasopresores. Una vez resuelto, por lo general rápidamente, la reentrada del plasma

en la circulación sistémica puede producir un edema de pulmón. Otras complica-

ciones agudas incluyen los síndromes compartimentales, la necrosis tubular aguda

Capítulo

261 Anafilaxia sistémica, alergia a los alimentos...

Figura 261-1.

Diagnóstico clínico de la anafilaxia sistémica.

El

inicio agudo de la anafilaxia sistémica en ausencia aparente de una

exposición alergénica significa que los signos y síntomas comienzan

en minutos a varias horas después de dicha exposición. (Basado en

Sampson HA, Munoz-Furlong A, Campbell RL y cols.. Second sympo-

sium on the definition and management of anaphylaxis: summary

report. Second National Institute of Allergy and Infectious Disease/Food

Allergy and Anaphylaxis Network symposium.

J Allergy Clin Immunol.

2006;117:391-397).