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Capítulo

259 Rinitis alérgica y sinusitis

1631

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en el tratamiento de los síntomas refractarios. El valor del cromoglicato está me-

noscabado por la necesidad de dosis frecuentes (cuatro veces al día), una falta

de eficacia en alrededor del 30 al 40% de los receptores y la eficacia superior de

los corticoides intranasales en estudios controlados. El cromoglicato (una o dos

pulverizaciones en cada orificio nasal cada 3-4 horas) puede ser especialmente

útil como preventivo (p. ej., inmediatamente antes de la exposición al gato o 1 a

2 semanas antes del comienzo de la estación del alérgeno). Al contrario que los

antihistamínicos, el cromoglicato controla la congestión nasal. El cromoglicato

ocular ha sido especialmente útil en el tratamiento de la conjuntivitis alérgica.

No se asocia ningún efecto significativo a su uso.

Corticoides intranasales

Los corticoides intranasales (fluticasona, triamcinolona, flunisolida, budesonida,

mometasona y ciclesonida) son los tratamientosmás eficaces deRAy se consideran

los tratamientos de elección para los pacientes con RAE o RAPmoderada a inten-

sa

4,5

. Los estudios comparativos entre antihistamínicos y corticoides intranasales

siempre favorecen a los corticoides y muestran un efecto aditivo insignificante

cuando los antihistamínicos se combinan con corticoides tópicos óptimos

4,6

. En

estudios bien realizados y controlados con placebo, los corticoides intranasales

proporcionaron una reducción de los síntomas del 50 al 90% (comparado con el

20 al 30%con los antihistamínicos). Al contrario que los antihistamínicos, los corti-

coides tópicos reducen la congestión nasal, además de aliviar el prurito, la rinorrea,

los estornudos y la conjuntivitis alérgica. Pocos estudios han abordado de forma

directa la influencia de los corticoides sobre los efectos sistémicos de la RA, in-

cluidos días de trabajo y escuela perdidos, mala productividad, reducción del nivel

cognitivo y astenia, que son a menudo los síntomas dominantes de los pacientes

con RA; sin embargo, los corticoides intranasales mejoran significativamente la

calidadde vida, lo cual refleja el alivio de estos síntomas. El tratamiento corticoideo

debe administrarse durante hasta 1 semana antes de que sea completamente

eficaz, por lo que idealmente debería comenzarse antes de la exposición o el inicio

de la estación de la alergia. Sin embargo, los corticoides intranasales consiguen

cierto beneficio clínico en menos de 24 horas y posiblemente tan rápido como

en 6 a 8 horas. Aunque la eficacia es mayor con la administración continua, se ha

demostrado que los corticoides intranasales a demanda son eficaces.

El tratamiento con corticoides tópicos no inhibe la síntesis de IgE ni la desgra-

nulación del mastocito, considerados tradicionalmente los dos determinantes

del desarrollo de la RA. Sin embargo, los corticoides inhiben la proliferación del

linfocitoT, la producción de quimiocinas y citocinas, el reclutamiento de eosinó-

filos y basófilos, la secreción democo, la permeabilidad vascular y la proliferación

del mastocito. El uso de corticoides intranasales se asocia por tanto a una menor

eosinofilia nasal, un menor número de mastocitos y una menor expresión

de citocinas. La eficacia de los corticoides intranasales subraya la importancia de

los mecanismos no histamínicos en la fisiopatología de la RA.

Disponemosenlaactualidaddevariospreparadosdecorticoidesintranasalesque

difieren en función de la dosis, la edadmínima de uso y el propelente

( tabla 259-4 )

.

Ningún estudio ha demostrado la eficacia superior de ninguno de los diferentes

preparados de corticoides nasales. La experiencia clínica con el asma (cap. 87)

indica que a los pacientes refractarios a un corticoide intranasal se les puede

cambiar a un corticoide de mayor potencia; sin embargo, la mejor prueba es que

todos estos fármacos tienen un valor similar cuando los pacientes desean cumplir

su uso. Las elecciones deben basarse sobre todo en la preferencia del paciente.

No existen pruebas convincentes de una absorción sistémica clínicamente

significativa ni de producción de efectos adversos sistémicos por los corticoides

intranasales. Dados la hidrofobia, el metabolismo local y la falta de absorción a

partir del tejido pulmonar de estos fármacos, es improbable su absorción sis-

témica desde las vías nasales. Los corticoides intranasales, incluso en dosis ma-

yores de las recomendadas, no suprimen significativamente las concentraciones

séricas ni urinarias de cortisol ni las pruebas de estimulación con corticotropina.

Los estudios han comunicado un efecto pequeño pero estadísticamente sig-

nificativo sobre la velocidad de crecimiento a corto plazo en los niños con RAP,

pero sin influencia en la altura final de adulto. Los corticoides nasales causan

mínimos efectos adversos tópicos, como irritación local, sequedad y epistaxis.

Los efectos adversos pueden diferir en función de la formulación del fármaco;

los preparados acuosos suelen producir menos reacciones adversas que los

aerosoles. Los estudios de biopsias nasales no demuestran ninguna atrofia

nasal. La perforación nasal se ha comunicado, pero principalmente en el marco

de una desvascularización subyacente (traumatismo, intervención quirúrgica o

consumo de cocaína previos).

Figura 259-3.

En los sujetos sensibilizados, la exposición al alérgeno activa las células inmunitarias, incluyendo los linfocitosT cooperadoresT (Th), las células dendríticas, las células

fagocíticas mononucleares, los mastocitos y otras, tanto en las fosas nasales como en los tejidos linfáticos asociados a la nariz.

Estas células también pueden incluir progenitores producidos

localmente de eosinófilo/basófilo positivos para el receptor de interleucina 5 (IL-5R

+

). Estos linfocitos Th activados nuevamente tienen el fenotipo de las células de tipo Th2, caracterizado por

su producción de IL-3, IL-4, IL-5, IL-9, IL-13, CCL11 (eotaxina) y el factor estimulante de colonias de granulocito-macrófago (GM-CSF). Algunos de estos linfocitos T

H

migran a la médula ósea y

la estimulan para que produzca células inflamatorias, incluyendo basófilos, mastocitos y, todavía más importante, eosinófilos. Finalmente, estas células inflamatorias recién generadas entran

en el sistema circulatorio y son reclutadas de forma selectiva a la nariz y a los senos (y pulmones), lo que exacerba así la inflamación. Este reclutamiento selectivo de células inflamatorias a los

senos y los pulmones sólo ocurre en individuos con sinusitis eosinofílica hiperplásica crónica previa y asma en los que moléculas de adhesión específicas, como la molécula de adhesión celular

vascular 1 (VCAM-1), y quimioatrayentes como la CCL11, ya existen. VLA-4= integrina

a

4B1; antígeno muy tardío 4. (De Borish L. Allergic rhinitis: systemic inflammation and implications for

management.

J Allergy Clin Immunol.

2003;112:1021-1032.)