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Capítulo

260 Urticaria y angioedema

1632

Grado A

1. Woodcock A, Forster L, Matthews E, et al. Control of exposure tomite allergen and allergen-impermea-

ble bed covers for adults with asthma. N Engl J Med. 2003;349:225-236.

2. Terreehorst I, Hak E, Oosting AJ, et al. Evaluation of impermeable covers for bedding in patients with

allergic rhinitis.

N Engl J Med

. 2003;349:237-246.

Inmunoterapia

La eficacia clínica de la inmunoterapia en la RA causada por pólenes de gramí-

neas, ambrosía, otros muchos pólenes, epitelio de gato y ácaros del polvo se ha

establecido de forma categórica en innumerables estudios controlados con un

buen diseño. La inmunoterapia reduce la intensidad de la RA, reduce la necesidad

de farmacoterapia y mejora de manera significativa la calidad de vida. En los

pacientes con RA intensa y conjuntivitis mal controlada con antihistamínicos y

corticoides intranasales, la inmunoterapia puede reducir la sensibilidad al alér-

geno enmás de 10 veces, así como disminuyó de forma significativa los síntomas

totales y el consumo de fármacos antialérgicos

7,8

. También se ha establecido de

forma convincente la eficacia de la inmunoterapia en el asma exacerbada por

alérgenos (extrínseca) (cap. 87) con estudios que demuestran la reducción de los

síntomas y una menor necesidad de tratamiento de rescate con agonistas

b

. La

eficacia depende de la elección del antígeno correcto, las inyecciones regulares

durante 3 a 5 años y la administración de una dosis adecuada del alérgeno (10 a

15

m

g), una dosis significativamente superior a la utilizada históricamente.

La inmunoterapia se indica sobre todo en pacientes con rinitis refractaria o

en aquellos que sufren efectos adversos inaceptables derivados de los medica-

mentos estándar. Como los corticoides intranasales no son siempre eficaces ni

proporcionan un alivio completo en todos los pacientes, es necesario considerar

la inmunoterapia. Además, a pesar del excelente perfil de seguridad de los corti-

coides intranasales, muchos pacientes siguen rechazando su uso. Los pacientes

deben pasar al menos a través de una estación polínica completa antes de con-

siderar la inmunoterapia. La inmunoterapia es el único tratamiento que produce

una modulación inmunitaria a largo plazo. La evitación y la farmacoterapia son

eficaces sólo mientras se mantienen. Los efectos de la inmunoterapia, por el

contrario, persisten durante muchos años tras la terminación de un ciclo de 3 a

5 años de tratamiento y podrían durar toda la vida

9

. Un ciclo de inmunoterapia

de 5 años también tiene ventajas económicas frente a una farmacoterapia para

toda la vida. Amuchos pacientes les atrae la inmunoterapia por su potencial de

modulación inmunitaria prolongada, la remisión de los síntomas y su capacidad

para suspender la farmacoterapia diaria.

La inmunoterapia se asocia a un pequeño riesgo de anafilaxia mortal (cerca

de 3muertes/año en Estados Unidos por cada 2 millones de personas que

reciben esta forma de tratamiento). Debido a este riesgo, la inmunoterapia

debe administrarse sólo en una institución donde se disponga de equipo de

reanimación y de personal entrenado. Los pacientes asmáticos tienen un riesgo

especial de anafilaxia mortal y por ello la inmunoterapia debe recomendarse

con precaución a estos pacientes.

Resumen

Muchos pacientes tienen sensibilidad a múltiples antígenos y la inmunotera-

pia específica en dosis eficaces puede no ser práctica. Además, la inmunoterapia

muestra poca eficacia para muchos antígenos, como los hongos. Estos aspectos

han llevado a investigar nuevos tratamientos inmunitarios capaces de atenuar

la inflamación alérgica. Muchos enfoques experimentales para el asma, como

varios tratamientos anticitocínicos, podrían ser eficaces en la RA.

En general, sin embargo, los tratamientos disponibles en la actualidad propor-

cionan un alivio adecuado para prácticamente todas las personas que padecen

RA. La persistencia de los síntomas nasales a pesar de una farmacoterapia

adecuada dirigida a la RA debe sugerir el diagnóstico de una forma alternativa

de rinitis (v.

fig. 259-1 )

o la presencia de sinusitis o de migrañas atípicas. Dada

la frecuencia elevada de RA en la población (y la incluso mayor prevalencia de

sensibilización alérgica), el tratamiento se vuelve particularmente difícil cuando

un paciente presenta síntomas de rinitis no alérgica y bien una RA concomitante

o bien evidencia de una sensibilización alérgica (IgE) sin RA.

3. Meltzer EO, Malmstrom K, Lu S, et al. Concomitant montelukast and loratadine as treatment for

seasonal allergic rhinitis: a randomized, placebo-controlled clinical trial.

J Allergy Clin Immunol

.

2000;105:917-922.

4. Wallace DV, Dykewicz MS, Bernstein DI, et al. The diagnosis and management of rhinitis: An updated

practice parameter.

J Allergy Clin Immunol

. 2008;122:S1-S84.

5. Vaidyanathan S, Barnes M, Williamson P, et al. Treatment of chronic rhinosinusitis with nasal

polyposis with oral steroids followed by topical steroids: a randomized trial.

Ann Intern Med

.

2011;154:293-302.

6. Weiner JM, Abramson MJ, Puy RM. Intranasal corticosteroids versus oral H1 receptor antagonists in

allergic rhinitis: systematic review of randomized controlled trials.

BMJ

. 1998;317:1624-1629.

7. Nanda A, O’Connor M, Anand M, et al. Dose dependence and time course of the immunologic

response to administration of standardized cat allergen extract.

J Allergy Clin Immunol

. 2004;114:

1339-1344.

8. Cox L, Li JT, Nelson H, et al. Allergen immunotherapy: A practice parameter second update.

J Allergy

Clin Immunol.

. 2007;120:S25-S85.

9. Durham SR, Walker SM, Varga EM, et al. Long-term clinical efficacy of grass-pollen immunotherapy.

N Engl J Med

. 1999;341:468-475.

Lecturas recomendadas

Brozek JL, Bousquet J, Baena-Cagnani CE, et al. Allergic rhinitis

and its

impact

on

asthma (ARIA)

guidelines: 2010 revision.

J Allergy Clin Immunol

. 2010;126:466-476.

Actualización focalizada en la

prevención de las enfermedades alérgicas y el uso de medicamentos orales y tópicos

.

260

Urticaria y angioedema

Stephen C. Dreskin

Urticaria

La urticaria consiste en pápulas pruriginosas, edematosas, eritematosas y que blan-

quean a la presión, de forma redonda u oval, con centros pálidos elevados (habones),

devariosmilímetrosaunoscentímetrosdetamañoytransitorias,deformaquedurande

minutos a días (

fig. 260-1

). El angioedema aparece como un edema sin fóvea y

carnoso, habitualmente sin márgenes bien definidos ni eritema. El angioedema

puede acompañarse de una sensación de quemazón, presión o dolor pero no de

prurito y se distingue de otros estados edematosos por la afectación frecuente de los

labios, la lengua, los párpados, las manos, los pies o los genitales y raramente de las

zonas en declive del cuerpo. Los episodios (diarios o casi) de habones o angioedema

recidivantes que duranmenos de 6 semanas se consideran agudos y los que duranmás

se consideran crónicos. Típicamente, los pacientes presentan solamente urticaria o

urticaria con angioedema. Rara vez los pacientes presentan únicamente angioedema.

Los términos urticaria y urticaria/angioedema se usan aquí de forma intercambiable

para referirnos a las enfermedades caracterizadas por urticaria y/o angioedema en las

que están activados los mastocitos.

Epidemiología

La urticaria/angioedema aparece en el 15 a 25% de los sujetos en algún momento de

su vida y puede afectar a los dos sexos y a todas las razas. La urticaria aguda es más

frecuente en los adultos jóvenes y los niños. La urticaria crónica es más frecuente en

los adultos, y afecta más a las mujeres (75% de los casos) que a los varones.

Biopatología

Los mastocitos, las principales células efectoras en la urticaria/angioedema, se

encuentran en números altos por todo el cuerpo, en particular dentro del tejido

subcutáneo. Tras la activación de los mastocitos se produce una liberación rápida

(

<

10 minutos) de histamina, leucotrieno C

4

(LTC

4

) y prostaglandina D

2

(PGD

2

)

que lleva a la vasodilatación, la fuga subcutánea e intradérmica de plasma de las

vénulas poscapilares y el prurito. Además hay una producción y secreción tardías

(4 a 8 horas) de citocinas inflamatorias como el factor de necrosis tumoral

a

(TNF-

a

),

la interleucina 4 (IL-4) y la IL-5, que llevan a un infiltrado inflamatorio y a la perpe-

tuación de las lesiones de vida larga. El angioedema se forma por una extravasación

parecida de líquido, no superficial en la piel sino en localizaciones más profundas de

la dermis y la hipodermis.

Las lesiones de la urticaria aguda suelen mostrar un edema subcutáneo con

papilas dérmicas ensanchadas, fibras de colágeno tumefactas y raramente células

inflamatorias. La mayoría de los episodios de urticaria aguda/angioedema se debe

a reacciones inmediatas de hipersensibilidad a los fármacos o los alimentos o son el

resultado de procesos inflamatorios iniciados por enfermedades víricas. Los fármacos

más frecuente que producen urticaria/angioedema agudo son las penicilinas, las

© 2013. Elsevier España, S.L. Reservados todos los derechos

Corticoides intranasale

s *

NOMBRE

GENÉRICO

DOSIS

(POR APLICACIÓN)

EDAD MÍNIMA

APROBADA

DOSIS

HABITUAL

Flunisolida

25

m

g

6 años

Dos veces al día

Triamcinolona

55

m

g

6 años

Una vez al día

Budesonida

32

m

g

6 años

Dos veces al día

Fluticasona

50

m

g

4 años

Una vez al día

Mometasona

50

m

g

12 años

Una vez al día

Ciclesonida

50

m

g

6 años

Una vez al día

*Por lo general, los corticoides intranasales se administran con dos aplicaciones por cada fosa nasal.

Tabla 259-4