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Anestesia para los procedimientos
de cirugía cardíaca
Nancy A. Nussmeier, Michael C. Hauser, Muhammad F. Sarwar,
Alina M. Grigore y Bruce E. Searles
Puntos clave
1655
1.
Se cree que las causas más frecuentes de lesión o disfunción
del sistema nervioso central en los pacientes sometidos a
cirugía cardíaca son los microémbolos y macroémbolos.
2.
Tras la revascularización coronaria la mortalidad fue mucho
menor en los pacientes con función renal normal (0,9%)
que en los pacientes con insuficiencia renal aguda (63%).
3.
Además de activar las vías hemostásicas extrínseca e
intrínseca, la derivación cardiopulmonar (DCP) afecta
directamente a la función plaquetaria por los efectos de
hemodilución, hipotermia y activación por contacto con
los materiales del circuito de derivación.
4.
Al elegir las dosis y los agentes anestésicos durante la
inducción y el mantenimiento, se debe considerar
cualquier propiedad farmacodinámica que pudiera afectar
a la presión sanguínea, frecuencia cardíaca o gasto
cardíaco, así como a lo deseable de una extubación
precoz (es decir, a las pocas horas del fin de la cirugía).
5.
Los pacientes sometidos a reintervenciones (es decir, los
que han sido sometidos a esternotomía media previa)
merecen una especial atención por la posibilidad de
hemorragia masiva súbita.
6.
Puede producirse disfunción o insuficiencia ventricular
derecha después de la DCP por una alteración de la
protección miocárdica, revascularización inadecuada con
isquemia o infarto ventricular derecho resultante,
hipertensión pulmonar preexistente, embolia aérea
intracoronaria o pulmonar, valvulopatía mitral crónica o
insuficiencia tricuspídea.
7.
Se ha demostrado que numerosos enfoques clínicos
reducen la respuesta inflamatoria en los pacientes
sometidos a cirugía cardíaca: modificación de las técnicas
quirúrgicas y de perfusión, modificación de los
componentes del circuito y estrategias farmacológicas.
8.
No hay una sola «fórmula» anestésica que sea idónea
para todos los pacientes sometidos a cirugía de
revascularización coronaria (CRC).
9.
Los estudios aleatorizados que han comparado la CRC sin
circulación extracorpórea con la CRC con circulación
extracorpórea no han observado datos convincentes o
consistentes que apoyen un procedimiento frente a otro.
10.
Los tipos de procedimientos que se llevan a cabo en el
laboratorio de cateterización cardíaca incluyen: 1) valoración
electrofisiológica de los trastornos del ritmo y del
tratamiento por ablación o por implantación de dispositivos,
2) electroestimulación cardíaca biventricular por insuficiencia
cardíaca, 3) prótesis vascular de los aneurismas aórticos
abdominales o torácicos, 4) anuloplastia y prótesis vascular
en el caso de lesiones valvulares y subvalvulares, y 5) el
empleo de dispositivos de oclusión o paraguas para cerrar
un defecto septal auricular o ventricular o un conducto
arterioso permeable. La sedación o la anestesia mejoran la
eficacia y la seguridad de muchos procedimientos.
11.
Incluso después de una cirugía cardíaca no complicada, la
esternotomía media (o la toracotomía) causa una
reducción significativa en la capacidad pulmonar total,
capacidad vital, volumen espiratorio máximo en
1 segundo y capacidad funcional residual.
12.
En 2007, la Society of Thoracic Surgeons y la Society of
Cardiovascular Anesthesiologists publicaron una guía
conjunta sobre las directrices a seguir en la práctica
clínica en relación con la transfusión y el ahorro de sangre
en cirugía cardíaca.
©
2010. Elsevier España, S.L. Reservados todos los derechos
La enfermedad cardiovascular
en el siglo
xxi
El «envejecimiento» de Estados Unidos
Se calcula que 79.400.000 estadounidenses adultos (1 de cada 3)
tienen uno o más tipos de enfermedad cardiovascular (ECV), y de
éstos se calcula que 37.500.000 tienen 65 o más años de eda
d 1. Los
datos de Framingham Heart Study del National Heart, Lung, and
Blood Institute (NHLBI), que incluyen datos de seguimiento de
participantes durante 44 años y de sus descendientes durante 20
años, indican que la tasa anual promedio del primer accidente
cardiovascular mayor se eleva de 7 por 1.000 en los varones de
35-44 años a 68 por 1.000 en los varones de 85-94 año
s 2. En cuanto
a las mujeres, las tasas son comparables pero se producen aproxi-
madamente 10 años después, aunque este desfase por sexo va