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Anestesia para los procedimientos de cirugía cardíaca

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Sección IV

Anestesia por subespecialidades en el adulto

© ELSEVIER. Fotocopiar sin autorización es un delito

genética aumentó la exactitud predictiva en cuatro veces, pero sólo

en los blancos; hubo sólo una mejora del doble en los negros, lo

que sugiere que los factores de riesgo genéticos pueden diferir

según los grupos raciales.

Los factores genéticos se han asociado también con otras

complicaciones postoperatorias de la cirugía cardíaca, como la

hemorragia y la coagulopatí

a 30,31

y complicaciones respiratorias

que requieren ventilación mecánica prolongad

a 32

después de la

cirugía cardíaca. Además, las respuestas a las medicaciones utiliza-

das comúnmente en el período perioperatorio exhiben variación

genética que puede afectar a la morbilidad y la mortalida

d 33,34

.

Enfoque de la anestesia en

los pacientes cardíacos adultos

Evaluación preoperatoria, preparación

y monitorización

El corazón y el sistema vascular

Electrocardiografía

La monitorización estándar de los pacientes cardíacos quirúrgicos

por medio del electrocardiograma (ECG) implica con frecuencia el

empleo del sistema de electrodos de cinco derivaciones (v. cap. 32).

A pesar de una selección apropiada de electrodos y del

empleo de la monitorización automática del segmento ST, la moni-

torización perioperatoria por el ECG tiene importantes limitacio-

nes. La inspección visual del ECG en el monitor tiene una baja

sensibilidad en el diagnóstico de los cambios isquémicos, y el aná-

lisis automático del segmento ST depende de la capacidad del orde-

nador parafijar demodoexacto los puntos de referencia isoeléctricos

y el punto J. Durante la cirugía cardíaca, los puntos fijados deben

ser comprobados antes y después de la derivación y cuando se haya

producido cualquier cambio persistente significativo en la frecuen-

cia cardíaca del paciente, porque los puntos de referencia elegidos

al comienzo del procedimiento pueden no ser exactos en relación

con las condiciones que puedan existir más adelante.

Monitorización de la presión arterial y venosa central

Se considera un estándar la canulación arterial invasiva y la moni-

torización en la atención médica de los pacientes cardíacos quirúr-

gicos. Con frecuencia, los factores de riesgo del paciente y sus

comorbilidades requieren una valoración en tiempo real y latido a

latido de la presión de perfusión arterial, de los cambios en el

volumen asociados con la cirugía y de los gases en sangre arterial.

Además, durante la derivación cardiopulmonar no pulsátil, no son

exactos los registros no invasivos de la presión arterial.

Aunque la arteria radial es el sitio de acceso más común,

también se pueden utilizar las arterias femoral, braquial, cubital,

dorsal del pie, tibial posterior y axilares. Al canular una arterial radial

se debe considerar el estado de la circulación colateral en la mano

y el posible empleo quirúrgico de un injerto libre de la arteria radial

como conducto arterial. En el caso de que sea preciso un injerto de

la arteria radial, suele tomarse de la mano o brazo no dominantes;

así, la vía arterial debe colocarse en el lado dominante.

La monitorización de la presión venosa central (PVC) y el

acceso venoso central son esenciales durante la cirugía cardíaca.

Los catéteres venosos centrales, además de la monitorización de la

PVC, proporcionan accesos para la reposición de volumen, trata-

miento farmacológico e inserción de otros monitores invasivos

tales como catéteres en la arteria pulmonar (AP). Lo más frecuente

es seleccionar una vena yugular interna porque proporciona un

fácil abordaje y una distancia óptima al campo quirúrgico. También

se pueden considerar una vena femoral o subclavia, pero el acceso

inguinal puede ser problemático en los pacientes obesos y puede

ser inapropiado en caso de que sea necesaria la colocación de una

cánula de derivación femoral o la realización de un injerto venoso.

El abordaje subclavio es también imperfecto porque se asocia con

una mayor propensión a la obstrucción del catéter durante la

retracción esternal.

Cada vez se emplea más la ecografía para guiar la colocación

de los catéteres venosos centrales y para reducir las complicaciones

asociadas con ellos. En muchos pacientes, el empleo de un catéter

venoso central puede ofrecer un mejor cociente riesgo/beneficio

que el empleo de un catéter en la AP (CAP)

35 .

Cateterismo de la arteria pulmonar

El catéter de la AP es un catéter dirigido por el flujo colocado

típicamente a través de un «introductor» de catéter en el compar-

timento venoso central a través de una vena yugular interna, sub-

clavia o femoral (v. cap. 30). La presión capilar pulmonar de

enclavamiento (PCP) puede tanto sobrevalorar como infravalorar

la presiónde llenadodel ventrículo izquierdo (VI). En el

cuadro 50-1

se incluye un resumen de estas variables. Hay ciertos datos que

señalan que en ciertas situaciones clínicas el volumen telediastólico

del ventrículo derecho (VD) y el índice se correlaciona mejor con

la precarga del VI y el índice cardíaco que la PCP

36-40 .

El cociente riesgo/beneficio en el empleo de un catéter en la

AP, que incluye las presiones, índices derivados y formas de ondas,

ha sido tema de controversia durante 3 década

s 41,42

. En una revisión

de la literatura, Murphy y coautore

s 42

señalan que desde 1970, se han

publicado más de 1.500 artículos y resúmenes que de modo diverso

han observado que los catéteres en la AP son beneficiosos, neutros

o perjudiciales respecto a la morbilidad y pronóstico de los pacien-

tes. Los grandes estudios clínicos no han demostrado unos benefi-

cios claros en cuanto al pronóstico en los pacientes críticamente

enfermos monitorizados con catéteres en la A

P 43-46 .

Sin embargo, las

limitaciones de los ensayos y estudios que han examinado la eficacia

de la monitorización por catéter en la AP incluyen un tamaño inade-

cuado de la muestra, ausencia de aleatorización, ausencia de una

intervención terapéutica estandarizada guiada por los hallazgos con

el catéter en la AP, unos tratamientos y objetivos del tratamiento

médicamente inciertos (no validados), empleo inapropiado de

Figura 50-1

 Sistemas biológicos y mecanismo de las vías asociadas

genéticamente con los fenómenos adversos perioperatorios.

(Reproducida

de Podgoreanu MV, Schwinn DA: New paradigms in cardiovascular

medicine: Emerging technologies and practices: Perioperative genomics.

J Am Coll Cardiol

46:1965-1977, 2005.)