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tes, el 42% tuvo deficiencias neurocognitivas persistentes 5 años

después de la cirugía. No son consistentes los datos en cuanto a si

el riesgo de alteraciones neurocognitivas es mayor después de pro-

cedimientos cardíacos abiertos o cerrado

s 63,64

. Además, en un

estudio en el que se compara la CRC con la angioplastia transco-

ronaria percutánea, había nuevas deficiencias neurocognitivas con

igual incidencia después de cada procedimiento (a las 6 semanas

y 1 año

) 65

.

Monitorización del SNC

Se piensa que las causas más comunes de lesión o disfunción del

SNC en los pacientes quirúrgicos cardíacos son los microémbolos

y los macroémbolos. Otras causas y factores contribuyentes a la

lesión del SNC incluyen hipoperfusión cerebral, efectos inflamato-

rios, edema cerebral, efectos farmacológicos, disfunción de la

barrera hematoencefálica y factores de riesgo de tipo genético

(v.

tabla 50-1 )

. Un mejor conocimiento de la etiología de la lesión

y disfunción del SNC ha motivado el desarrollo de métodos para

monitorizar la función cerebral intraoperatoria y guiar las inter-

venciones para mejorar las deficiencias focales postoperatorias y la

disfunción cognitiva. Sin embargo, la aplicación generalizada de la

monitorización intraoperatoria del SNC se ha demorado porque

no se han llevado a cabo estudios clínicos con poder suficiente,

aleatorizados y prospectivos que hayan demostrado la eficacia de

un método de monitorización en particula

r 66 .

El campo de este

capítulo no permite una discusión en profundidad de cada técnica

de monitorización disponible y no incluye la monitorización utili-

zada en la cirugía aórtica, como los potenciales evocados somato-

sensitivos o motores. Sin embargo, resulta apropiada una breve

revisión de los monitores utilizados comúnmente para la evalua-

ción y protección del SNC.

E

cocardiografía

transesofágica y

epiaórtica

.

 La ETE

permite la visualización directa del primer segmento de la aorta

ascendente, el segmento mediodistal del cayado aórtico y una

buena porción de la aorta torácica descendente. Sin embargo, el

segmento distal de la aorta descendente y la porción media proxi-

mal del cayado aórtico no pueden ser bien visualizados por la

interposición de la tráquea y de los bronquios entre la sonda de la

ETE y estas estructuras aórticas. En cambio, se pueden utilizar las

imágenes epiaórticas con una sonda de sujeción manual de alta

frecuencia colocada en la aorta ascendente o cayado aórtico para

visualizar los segmentos aórticos que están en el «punto ciego» de

la sonda de la ETE.

Katz y cols

. 67

se encuentran entre los primeros investigado-

res en asociar los hallazgos ecocardiográficos de ateromas promi-

nentes con un elevado riesgo de accidente cerebrovascular en los

pacientes quirúrgicos cardíacos. Se sigue utilizando comúnmente

el sistema de clasificación por grados elaborado para su estudio

para valorar la carga ateromatosa global de la aorta

( tabla 50-2

). La

gravedad de la enfermedad ateromatosa de la aorta es un fuerte

predictor de muerte y accidente cerebrovascular después de la

CR

C 68 .

Los pacientes con enfermedad ateromatosa de la aorta

ascendente tienden a tener una edad avanzada, una elevada inci-

dencia de consumo de tabaco en su historia clínica, síntomas o un

diagnóstico de vasculopatía periférica y un mayor riesgo de fenó-

menos neurológicos preoperatorio

s 69 .

El empleo de la ETE para

guiar la colocación de la cánula o la selección del tratamiento

cuando está indicado redujo de modo significativo la tasa de acci-

dentes cerebrovasculares en una serie de 500 pacientes consecuti-

vos en comparación con controles en una base de datos de ámbito

estata

l 70 .

Cuando se añade la exploración epiaórtica de la aorta

ascendente se aumenta la sensibilidad de la ecocardiografía intrao-

peratoria en la identificación de enfermedad ateromatosa signifi-

cativa en este segmento de la aorta. Ciertamente, esta combinación

de técnicas es superior a la palpación quirúrgica en la detección de

dicha enfermeda

d 71,72

.

D

oppler

transcraneal

.

 El Doppler transcraneal (DTC)

implica la medición ultrasónica del flujo de sangre a través de las

arterias cerebral media o carótida común. Los hematíes reflejan la

energía ultrasónica al transductor; la frecuencia exacta del sonido

reflejado varía con la velocidad de cada hematíe. Se pueden proce-

sar y mostrar estas velocidades por análisis espectral de onda

pulsada o modo M no espectral.

Clásicamente, se ha utilizado el DTCpara detector émbolos que

se mueven a través de la arteria cerebral media. Los émbolos, sólidos

o gaseosos, tienen una mayor impedancia acústica que los hematíes y

1660

Anestesia por subespecialidades en el adulto

IV

Tabla 50-1

 Causas de disfunción cognitiva después de la cirugía cardíaca

Causa

Marcos posibles

Microémbolos

cerebrales

Generados durante DCP (movilización de material

ateromatoso o atrapamiento de aire procedente

del campo quirúrgico; inyección de gas en el

interior del reservorio venoso del aparato de DCP)

Hipoperfusión

cerebral global

Hipotensión; oclusión por un émbolo ateromatoso

que lleva a accidente cerebrovascular

Inflamación

(sistémica y

cerebral)

Efectos lesivos de DCP al interactuar la sangre con

las superficies extrañas del oxigenador de la

bomba; aumento por regulación del ARNm de

ciclooxigenasa proinflamatoria

Hipertermia

cerebral

Hipotermia durante DCP; hipertermia durante y

después de la cirugía cardíaca, p. ej., durante un

recalentamiento enérgico

Edema cerebral

Edema por hipoperfusión cerebral o hiponatremia;

aumento de la presión venosa cerebral por una

mala colocación de la cánula

Disfunción de la

barrera

hematoencefálica

Inflamación cerebral difusa; isquemia por

microembolización cerebral o aumento de la

presión intracraneal

Influencias

farmacológicas

Daño cognitivo relacionado con la anestesia;

necrosis de cerebros neonatales; cambios

proteómicos

Influencias

genéticas

Efectos de polimorfismos de nucleótidos singulares

sobre el riesgo de enfermedad de Alzheimer o de

síndromes coronarios agudos y de otros trastornos

trombóticos

ARNm, ácido ribonucleico mensajero; DCP, derivación cardiopulmonar.

De Kaplan JA, Reich DL, Lake CL y cols. (eds.): Kaplan’s Cardiac Anesthesia, 5.ª ed.

Filadelfia, Elsevier Saunders, 2006, pág. 671.

Tabla 50-2

 Grados de la aterosclerosis aórtica

Enfermedad

ateromatosa

aórtica

Hallazgos ecocardiográficos

Grado 1

Normal o ligero engrosamiento de la íntima

Grado 2

Importante engrosamiento de la íntima

No hay ateromas prominentes

Grado 3

Ateroma que sobresale menos de 5 mm en el interior de la luz

Grado 4

Ateroma que sobresale 5 mm o más en el interior de la luz

Grado 5

Ateroma de cualquier tamaño con un componente móvil

De Béïque FA, Joffe D, Tousignant G, Konstadt S: Echocardiography-based

assessment and management of atherosclerotic disease of the thoracic aorta.

J Cardiothorac Vasc Anesth

12:206-220, 1998.