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Sueño, memoria y consciencia
Max B. Kelz, George A. Mashour, Ted G. Abel y Mervyn Maze
Puntos clave
3
1.
El sueño es un proceso activo que se genera en el encéfalo.
2.
Estructuras del tronco encefálico, el diencéfalo y el
prosencéfalo basal controlan el ciclo de sueño y vigilia, y
son moduladas directamente por los anestésicos generales.
3.
El sueño y la anestesia son estados similares con rasgos
diferentes, y cada uno de ellos satisface características
neurobiológicas del otro.
4.
Diferentes funciones de la memoria se generan en
diferentes estructuras neurales.
5.
Estructuras del sistema límbico, como el hipocampo y la
amígdala, son críticas para la memoria, y participan en la
amnesia inducida por los anestésicos.
6.
Aunque las estructuras del tronco encefálico, el diencéfalo
y el prosencéfalo basal generan la vigilia, se piensa que el
contenido de la consciencia se genera en la corteza.
7.
Se piensa que múltiples correlatos neurales de la
consciencia son las dianas de los anestésicos generales.
8.
La consciencia y el posterior recuerdo explícito de los
episodios intraoperatorios (conocido como «consciencia
durante la anestesia general») se producen en 1 a 2 casos
por cada 1.000.
9.
La monitorización de la profundidad de la anestesia ha
evolucionado hasta métodos electroencefalográficos,
aunque sigue habiendo limitaciones.
© 2010. Elsevier España, S.L. Reservados todos los derechos
A los 10 años de la demostración pública que hizo Morton de la
anestesia general, ya se utilizaban el éter, el óxido nitroso y el cloro-
formo de forma generalizada. La existencia de tres fármacos con
estructuras químicas diferentes llevó a Claude Bernard en 1875 a
especular que el estado de anestesia general se debe originar por un
mecanismo de acción común. Aunque décadas de investigación han
demostrado múltiples dianas moleculares sin superposición para los
anestésicos individuales (v. caps. 10 y 16), lo cual parece refutar la
hipótesis de Bernard, desde una perspectiva de sistemas sigue siendo
posible una teoría de red unitaria de la acción de los anestésicos.
Tradicionalmente, el estado de anestesia general se divide en
varias consecuencias conductuales, como amnesia, hipnosis (definida
como ausencia de conciencia perceptiva a estímulos no perjudiciales),
analgesia, inmovilidad y atenuación de los reflejos autónomos. Estas
consecuencias se producen por interacciones específicas de los anes-
tésicos generales sobre locus neuronales discretos. Aunque los anesté-
sicos volátiles son los que más cerca están de ser completos y, por
tanto, capaces de producir todos esos componentes del estado anes-
tésico, la mayoría de los anestésicos no satisface todos los criterios.
Sin embargo, diversos anestésicos que actúan en distintos
receptores diana podrían producir adaptaciones neurofisiológicas
comunes en circuitos importantes que culminarían en las consecuen-
cias conductuales que se reconocen como anestesia general. En este
capítulo se van a considerar dos consecuencias diferentes de los anes-
tésicos, la hipnosis y la amnesia. Utilizando el sueño como paradigma
para comprender la neurociencia del control del estado de activación
del sistema, la primera sección explora las transiciones entre estados
conductuales, así como los efectos de los anestésicos sobre estos cir-
cuitos. La segunda sección describe la neurofisiología y la neurobio-
logía de la formación de la memoria y concluye con un comentario
sobre su modulación por los anestésicos. Finalmente, en la última
sección abordamos la nueva ciencia de la consciencia y comentamos
cómo los anestésicos alteran reversiblemente su expresión.
Sistemas neuronales que regulan
los estados de activación
Una regulación exquisita del estado de activación confiere una
ventaja para la supervivencia. Los predadores que se duermen
durante la caza pueden morir de hambre, mientras que una presa
a la que se atrapa durmiendo en momentos inoportunos sufre un
destino igualmente adverso. Por tanto, la necesidad de regular el
estado de activación parece evidente para todos. Sin embargo, la
necesidad de dormir, en primer lugar, sigue siendo misteriosa. Una
pérdida prolongada de sueño da lugar a una alteración de la ter-
morregulación, el metabolismo y la función inmunitaria y, final-
mente, a la muert
e 1 .A la vista del tremendo coste del sueño en
términos de oportunidad (tiempo que de otro modo se podría
pasar buscando alimentos o refugio o procreando), se puede
suponer que ofrece alguna ventaja selectiva en un sentido evolu-
tivo, aunque todavía poco clar
a 2.
Hipótesis recientes sobre los efectos beneficiosos del sueño
incluyen la restauración de la homeostasis neuronal esencial para la