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a la altura del rotor. Puesto que los cambios en el área transversal

del flujo son más bruscos que graduales (como en la

fig. 28- 33 )

, la ecuación de Bernoulli no describe exactamente este tipo

de flujo. El flujo por encima del rotor (es decir, corriente abajo)

es muy turbulento, y la turbulencia es una alteración que dis-

persa la energía cinética como calor. La introducción de una

constante empírica C

d

permite utilizar la misma fórmula que

en la ecuación 4:

Q

=

C

d

A 

√ 

__________

[2(

P

1

P

2

)]​

ρ

(5)

y

P

1

− P

2

= ​

( 

​ 1 

__ 

2 ​

ρ

Q

2

)

(C

d

2

  A

2

)

(6)

donde C

d

es una constante adimensional llamada «coeficiente de

descarga». Esta constante varía con la forma del orificio y con el

valor de otro parámetro dimensional, el número de Reynolds (Re).

Re, la proporción global entre las fuerzas de inercia y las fuerzas

de la viscosidad en un flujo particular, se determina de la siguiente

manera:

Re=

ρ

UL

µ

(7)

donde U es la velocidad media del flujo, L es una característica

de longitud para el flujo (en este medidor de flujo, L es el diáme-

tro del tubo) y

m

es la viscosidad del fluido. La dimensión de la

viscosidad es M/LT. El valor de Re es importante para cualquier

flujo de fluido porque determina alguna de las características

más importantes del flujo. La transición de un flujo laminar o

«en calma» a un flujo turbulento se determina por la forma del

flujo y Re. El flujo en un tubo largo, recto y de paredes lisas se

vuelve turbulento a un valor de Re de aproximadamente 2.100.

El flujo a través de un orificio abrupto, como el medidor de flujo

de la

figura 28-36 ,

se vuelve turbulento con un valor de Re

menor de 100.

Volviendo ahora a la función del medidor de flujo, puede

observarse que cuando el flujo de gas sube a través de un tubo

estrecho, el rotor comienza a subir. Cuando sube, el área trans-

versa del orificio (A) aumenta debido al estrechamiento del tubo;

la caída de presión (P

1

−P

2

) disminuye. El rotor alcanza una

posición de equilibrio para un volumen de flujo dado (Q) cuando

la presión que sube el rotor es exactamente igual al peso del

mismo. En este tipo de medidor de flujo, la diferencia de presión

es fijada por el peso del rotor, y el área del orificio varía con el

volumen del flujo, de ahí el nombre «medidor de flujo de orificio

variable». Las ecuaciones 5 y 6 muestran que la calibración de

estos medidores de flujo depende de la densidad y de la viscosi-

dad del gas: la densidad (

ρ

) aparece explícitamente y la visco‑

sidad (

m

) depende de Cd sobre Re. Si se utiliza un gas equivocado

en un medidor de flujo particular, las ecuaciones 5 y 6, así como

la viscosidad y la densidad del nuevo gas, permiten predecir el

cambio de calibración.

Apéndice 6 

Medidas del gasto cardíaco por las técnicas de dilución termal y flujo de masa

Un método que se usa con frecuencia para medir el flujo sanguí-

neo es el cálculo dilucional (tinte o dilución termal).Estos métodos

constituyen simplemente un equilibrio de masa o energía que

determina el volumen de líquido que se ha diluido añadiendo un

volumen de tinta o una energía termal dada. Si se dispone de un

cubo de agua a temperatura ambiente (25 °C) y se desea determi-

nar el volumen de agua del cubo, puede añadirse un volumen

conocido de agua a una temperatura conocida. Si se agregan al

cubo 100ml de agua a 35 °C y la temperatura final es de 27 °C, es

posible calcular el volumen desconocido equilibrando la energía

calorífica asociada con el proceso de dilución, asumiendo que no

se pierde calor en el entorno. Este proceso de dilución puede

utilizarse para medir el flujo sanguíneo completando este mismo

equilibrio de calor medido a lo largo del tiempo. La medida del

gasto cardíaco por termodilución puede presentar errores signi-

ficativos como resultado de muchas suposiciones asociadas con la

técnica, como una inyección rápida del líquido inyectado para la

termodilución; temperatura y volumen exactos del líquido inyec-

tado; constante conocida de la capacidad calórica de la sangre, que

en realidad es una función del valor hematocrito; y pequeña

pérdida de calor en los pulmones.

Los termistores son los más usados para el seguimiento

clínico de la temperatura del paciente, puesto que son baratos,

pequeños y flexibles. Por estas razones, el termistor también se

utiliza para medir el gasto cardíaco determinado por la técnica de

termodilución. El cálculo del gasto cardíaco realizado de esta

forma es, en efecto, un equilibrio de calor para la parte derecha

del corazón. (El equilibrio calórico es un método para contabilizar

todo el calor en un proceso o cambio que afecta a la transferencia

de calor.) La técnica consiste en una inyección rápida de un

volumen conocido de una solución estéril (generalmente 10ml de

dextrosa al 5% en agua) en la parte derecha del corazón, mientras

que un sensor mide la temperatura de la sangre en la arteria

pulmonar. Se supone que la solución inyectada fría se equilibra

térmicamente con la sangre cuando perfunde la arteria pulmonar,

pero que la solución no recoge calor de otros tejidos. La siguiente

ecuación es la solución de este equilibrio de calor:

GC =

[

ρ

i

C

i

V

i

  (T

s

−T

i

) (60Cr)

]

[

(

ρ

s

C

s

  ∫

0

T

s

(t)dt 

)

​ 

]

(1)

donde GC es el gasto cardíaco (l/min);

ρ

i

y

ρ

s

son las densidades del

líquido inyectado y de la sangre; C

i

y C

s

son las capacidades calorí-

ficas del líquido inyectado y de la sangre; V

i

es el volumen del líqui‑

do inyectado; T

s

y T

i

son la temperatura de la sangre y del líquido

inyectado; Cr es una constante de cálculo que corrige el aumento de

temperatura del líquido inyectado; y la integración es el área bajo la

curva de termodilución. Puesto que el líquido inyectado se calienta

cuando se inyecta a través del catéter antes de mezclarse con la

sangre, el factor de corrección Cr se aplica a la ecuación.

El mismo principio de equilibrio que se utiliza para deter-

minar la temperatura del gasto cardíaco puede aplicarse al balance

de oxígeno o dióxido de carbono (CO

2

). El balance de oxígeno se

Principios fundamentales de los instrumentos de monitorización

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Sección III

Control de la anestesia