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usa como lo describió Fick. La medida del consumo de oxígeno y

el contenido es engorrosa, y también se emplea una modificación

de la ecuación de Fick que utiliza la producción de CO

2

. NICO es

un nuevo método de reinspiración parcial que se usa en la

siguiente ecuación:

Q = V˙

CO 2

( 

CV–

CO 2

−Ca

CO 2

)

(2)

El gasto cardíaco (Q) es simplemente el CO

2

espirado, dividido

entre la diferencia arterial-venosa de CO

2

. Asumiendo que Q no

cambia, las ecuaciones para la eliminación de CO

2

deben ser las

mismas con o sin reinspiración, donde

N

indica la inspiración

normal y

R

la reinspiración. Reordenando las ecuaciones, el gasto

cardíaco es la relación del cambio en la eliminación de CO

2

divi-

dido entre el cambio del contenido de CO

2

arterial. El contenido

de CO

2

arterial se deriva de la pendiente de la presión teleespira-

toria (petco

2

).

Q=V˙

CO 2N

(CV

CO 2N

− Ca

CO 2N

)=V˙

CO 2R

(CV–

CO 2R

−Ca

CO 2R

)= ​ 

V˙ CO

2

________ 

CaCO

2

 ​

(3)

Puede verse que los errores potenciales se producen por

errores en las siguientes suposiciones: 1) cambio de Q durante el

período de medida, 2) cambio del índice metabólico y producción

de CO

2

y 3) cambio de la ventilación. En un análisis de tendencia

para los pacientes con enfermedades pulmonares obstructivas

crónicas, en los que el valor absoluto de PaCO

2

es muy diferente

del de petco

2

, puede haber un error absoluto de la determinación

de Q por este método, pero los cambios relativos deben ser

coordinados.

Apéndice 7 

Ultrasonido

La onda sonora más simple que puede representarse matemática-

mente es una onda sinusoidal que se propaga en una dimensión:

p

9

= p

0

sin ​

[

(2

π

/

)(x − at)

]

(1)

donde p

9

es la fluctuación de presión,

l

es la longitud de onda

(distancia entre las ondas), x es la coordenada de la dirección de

propagación y a es la velocidad de propagación, o la velocidad del

sonido.

La amplitud de una onda sonora se mide por el valor medio

de la raíz cuadrada de las fluctuaciones de presión. Este valor se

llama nivel de presión del sonido (NPS). Puesto que el rango de

los valores del NPS suele ser muy amplio, se utiliza una escala

logarítmica:

NPS = 20  log  (p*

P

0

)

(2)

donde p* es la media de la raíz cuadrada de la fluctuación de

presión y P

0

es una presión de referencia elegida como la presión

de sonido más baja que puede detectar el oído humano. Esta

presión representa un nivel de audición de 2×10

−8

kPa a una

frecuencia de sonido de 2 kHz (2.000 ciclos/s). Las unidades en

esta escala de NPS se llaman decibelios. Una presión de sonido de

2×10

−8

kPa se corresponde con un NPS de 0 dB, el nivel de sonido

audible más bajo [(p*/P

0

=1; log (1) =0)]. Una conversación tran-

quila tiene un NPS de aproximadamente 40-50dB, o una presión

10-300 veces más que el nivel de audición.

Cuando las ondas sonoras encuentran un cambio súbito en

las propiedades del medio conductor, parte del sonido se trans-

mite a través del nuevo medio y parte se refleja o «se dispersa» en

muchas direcciones. Aunque las matemáticas de este proceso son

complejas, una conclusión es clara. A mayor disgregación en

densidad y comprensibilidad entre los dos medios, más sonido se

refleja. La cantidad que mejor determina el grado de reflexión en

una interferencia entre dos medios es la proporción (R) de los

productos de densidad (

ρ

) y la velocidad del sonido (a) a través

de los dos medios:

R=(

ρ

1

a

1

)

(

ρ

2

a

2

)

(3)

Puede observarse fácilmente que la disgregación acústica

más grande del cuerpo se produce entre los tejidos sólidos y los

pulmones. La densidad como la velocidad del sonido son mucho

menores en los pulmones llenos de aire que en los tejidos

sólidos. La ecografía no puede «ver» a través de los pulmones

hasta los tejidos u órganos del otro lado. La segunda dispersión

más grande se produce entre los tejidos blandos y el hueso, el

último tiene una

ρ

a mucho más alta que los primeros. En 1842,

Doppler describió por primera vez el cambio aparente en el

tono de un sonido que se produce cuando la fuente del sonido

o el oyente se está moviendo. Actualmente, el efecto Doppler

tiene varias aplicaciones en la vigilancia de los pacientes; incluso

existen los dispositivos de ultrasonidos Doppler precordiales y

esofágicos que miden las velocidades sanguíneas locales o el

gasto cardíaco. Si una fuente de sonido que irradia una frecuen-

cia (f) está en reposo y el oyente se mueve (v.

fig. 28-19 A

), la

longitud de onda de las ondas puede determinarse mediante la

ecuación:

= a

f

(4)

puesto que el tiempo entre la parte frontal de las ondas es 1/f y

las ondas se están moviendo a la velocidad del sonido (a). Si el

oyente se mueve hacia la fuente a una velocidad V

0

, la velocidad

del oyente respecto del movimiento de la parte frontal de la onda

es (a+V

0

). El número de ondas frontales que el oyente se encuen-

tra por unidad de tiempo es:

f

9

= velocidad/distancia entre ondas = (a+V

0

)

l

(5)

Puesto que la frecuencia del sonido para un oyente en

reposo es f =a/

l

(ecuación 4), la frecuencia f

9

que escucha el

oyente en movimiento se vuelve:

f

9

= (a + V

0

)

l

= f + (V

0

l

) = f + (V

0

f

a) = f[1 + (V

0

a)] (6)

La frecuencia aparente del oyente aumenta por el factor

[1+ (V

0

a)]. Un oyente que se mueve hacia la fuente a la mitad de

velocidad del sonido oye una frecuencia que es 1,5 veces la del

oyente en reposo.

992

Control de la anestesia

III