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Control de la anestesia

III

Un corolario del aforismo «si no sabes dónde vas, ningún camino

te llevará» es que si no sabes qué es la anestesia, ningún monitor

de la profundidad anestésica lo sabrá. ¿Qué es la anestesia? Los

anestesiólogos proponen varias definiciones incoherentes del

estado anestésico y tienen opiniones sólidas sobre cómo medirlo.

Afortunadamente, ahora puede crearse un concepto cuantitativo e

integrado del estado de anestesia, basado en el desarrollo de los

conocimientos que se ha producido desde que se introdujo la

anestesia hace más de un siglo.Amedida que ha aumentado nuestra

capacidad para entender el estado anestésico, también ha aumen-

tado nuestra capacidad para controlarlo farmacológicamente y

vigilarlo en tiempo real.

El capítulo se divide en cuatro secciones. La primera trata

sobre la evolución de la definición de la profundidad de la

anestesia. La anestesia se define en términos de dos componen-

tes farmacológicos principales, el efecto hipnótico y el efecto

analgésico, y la anestésica clínica requiere ambos componentes.

En la segunda sección se revisan la memoria y la consciencia,

que son componentes críticos de la profundidad anestésica. En

la tercera se revisan conceptos farmacológicos básicos que están

relacionados con la profundidad de la anestesia. En la última

sección se analizan los abordajes electrofisiológicos para evaluar

la profundidad de la anestesia, incluida la influencia de fárma-

cos específicos sobre los abordajes electrofisiológicos. Desde la

perspectiva de los autores, la anestesia es un estado inducido

farmacológicamente que hace que el paciente sea insensible a la

cirugía. Puesto que la farmacología está inextricablemente

unida a la definición y medida de la profundidad anestésica, en

cada sección se analiza la farmacología de los hipnóticos y los

opioides desde diferentes puntos de vista. Existe una superpo-

sición inevitable, porque vigilar la profundidad de la anestesia,

el tema central de este capítulo, significa vigilar los efectos de

los fármacos que se utilizan para conseguir que el paciente sea

insensible.

Definiciones de profundidad

de la anestesia

En un editorial de 1987, Prys-Robert

s 1

examinó los elementos

clínicos que son realmente importantes para la profundidad de la

anestesia. Empezó por observar que es difícil definir la profundi-

dad de la anestesia porque los anestesistas se han acercado al pro-

blema en función de los fármacos disponibles, en vez de tener en

cuenta las necesidades del paciente durante la cirugía. Prys-Roberts

creía que los estímulos nocivos de la cirugía inducían distintas

respuestas reflejas que podían modificarse independientemente

para beneficio del paciente. Una premisa importante es que el dolor

es la percepción consciente del estímulo nocivo. Así, definió la

anestesia como un estado en el que el paciente ni percibe ni

recuerda los estímulos nocivos como resultado de la inconsciencia

inducida por el fármaco. La pérdida de la consciencia se considera

un fenómeno de todo o nada. Según esta definición, no puede

haber ninguna profundidad variable de la anestesia. El paciente

está consciente o inconsciente.

Prys-Roberts definió el estímulo nocivo como una trans-

gresión mecánica, química, térmica o inducida por radiación que

produce lesión celular potencial o real. La

figura 29-1

muestra la

respuesta somática y autónoma a los estímulos nocivos. Los estí-

mulos nocivos se originan en el tejido somático o visceral, y las

respuestas pueden ser somáticas o autónomas. Las respuestas

somáticas incluyen la actividad sensitiva y motora. Una respuesta

sensitiva es la percepción del dolor. Las concentraciones bajas de

anestésicos administrados por inhalación o por vía intravenosa

pueden eliminar el dolor, especialmente si se combinan con opioi-

des, pero permiten las respuestas motoras. La respuesta motora a

los estímulos nocivos es típicamente un reflejo de todo o nada de

retirada de la parte estimulada. Es el mismo concepto que Eger y

Figura 29-1

 La profundidad de la anestesia puede definirse por la falta de respuesta clínica relevante al estímulo nocivo, como propuso Prys-Roberts.

La figura se lee de izquierda a derecha y de arriba a abajo para observar el orden en el que los fármacos anestésicos suprimen las respuestas reflejas.

(Modificada de Prys-Roberts C: Anaesthesia: A practical or impossible construct? [editorial]

Br J Anaesth

59:1341, 1987.)