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Infiltración osteoarticular bajo control ecoscópico
La elección de la aguja
( fig. 2.10 )depende:
j
del tipo de procedimiento: aguja 19 G para una punción de un quiste con conte-
nido líquido denso o de una calcificación y aguja 20-25 G de tipo subcutáneo para
una infiltración simple;
j
de la zona que se va a infiltrar: aguja 25 G para una punción superficial, agu-
ja 21 G de tipo intramuscular para una infiltración de profundidad intermedia y
aguja de punción lumbar de 20 G para una infiltración profunda.
Respecto a la visibilidad de la aguja, se debe calcular el trayecto de la aguja para que
sea lo más paralelo posible al eje mayor del transductor
( fig. 2.11 ).
A medida que aumenta el ángulo de inclinación de la aguja respecto a la superficie del
transductor, será cada vez más difícil visualizar dicha aguja
( fig. 2.12).
Fig. 2.11
Trayecto de punción paralelo al transductor
con visualización perfecta de la aguja.
Fig. 2.12
Mala visualización de la aguja debido a una
oblicuidad excesiva.
Fig. 2.10
Agujas de punción.
.