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Anestesia por subespecialidades en el adulto

IV

datos para la anamnesis por su enfermedad psiquiátrica y puede

ser necesario que sus acompañantes proporcionen los datos reque-

ridos y que confirmen que el paciente esté en ayunas. Se utilizan

monitores estándar. El tratamiento previo con glucopirrolato

(0,2mg por vía intravenosa), que no atraviesa la barrera hemato-

encefálica, puede reducir la aparición de bradicardia y la cantidad

de secreciones orales asociadas a la TEC, como se expone más

adelante. Tras la oxigenación previa, se administra la anestesia a

través de un catéter intravenoso periférico y se induce el bloqueo

neuromuscular. Cuando la relajación es adecuada y se asegura una

ventilación satisfactoria mediante mascarilla con oxígeno, se

coloca un mordedor y se administra el estímulo para inducir la

convulsión. Si el paciente tiene una hernia de hiato y reflujo gas-

troesofágico, o en las pacientes embarazadas, una estrategia razo-

nable puede ser una inducción de secuencia rápida y una intubación

endotraqueal con presión cricoidea. Debe asegurarse una ventilación

adecuada durante la intervención. Las convulsiones periféricas se

vigilan observando al paciente, así como mediante electromiografía, y

las convulsiones centrales mediante electroencefalografía. Hay que

recordar que la duración de la convulsión central puede superar a

la de las manifestaciones clónicas periféricas, lo que se monitoriza

mediante el electroencefalograma. Un manguito de presión arterial

inflado para aislar la extremidad antes de la administración de un

relajante muscular puede ayudar a controlar las convulsiones peri-

féricas. En los pacientes que se someten a una primera TEC, puede

ser necesario más de un estímulo, y por ello tal vez se precise

administrar un anestésico o relajante muscular (o ambos) adicio-

nal. Tras la intervención se continúa la ventilación con oxígeno

hasta que el paciente se despierta y respira adecuadamente. Durante

este período pueden precisar tratamiento la taquicardia y la hiper-

tensión, si son persistentes o de una magnitud peligrosa. El paciente

debería monitorizarse en una sala de recuperación con personal y

equipo completos hasta que cumpla los criterios estándar para el

alta, que son los mismos que los de los pacientes sometidos a

anestesia general. Algunos pacientesmuestranunadesaturaciónsignificativa de oxígeno tras la TEC, y se debe administrar oxígeno mediante

una cánula nasal hasta que el paciente se encuentre totalmente

despiert

o 153 .

Se han utilizado muchos anestésicos intravenosos para

inducir la anestesia en la TEC, como metohexital, tiopental, propo-

fol y ketamina. El más usado es metohexital (0,75-1mg/kg), y se

considera el «patrón oro

» 152

. Se ha visto que el propofol (0,75mg/kg)

reduce la duración de la convulsión, lo que se consideraba que

disminuía la eficacia de la TEC. Sin embargo, estudios más recien-

tes no han demostrado ninguna diferencia en el resultado entre el

propofol y el metohexita

l 154-156 .

La inyección de metohexital, así

como de propofol, provoca dolor, por lo que los pacientes psicoló-

gicamente frágiles pueden tolerarlo mal. El uso de tiopental

(1,5-2,5mg/kg) evita el dolor en el momento de la inyección, pero

se asocia a más hipertensión y taquicardia que el propofo

l 157 .

El

etomidato puede prolongar las convulsiones y la recuperación,

pero la prolongación de las convulsiones puede ser útil en pacientes

en las que éstas se consideran demasiado cortas con otros fárma-

co

s 158 .

Las benzodiazepinas tienen actividad anticomicial y deben

evitarse antes de la TE

C 152 .

Se ha demostrado que la ketamina no

aumenta la duración de las convulsiones ni produce una excesiva

agitación después del procedimient

o 159

. Dada la respuesta hemodi-

námica esperada tras la TEC, la ketamina parece un fármaco

menos deseabl

e 140,152

.

Se han utilizado anestésicos volátiles para la TEC y pueden

ser útiles para tratar a pacientes en quienes la colocación de una

vía intravenosa es difícil debido a que se resisten o a que tienen

malas venas periféricas. Se ha estudiado el sevoflurano y, aunque

su uso requiere el doble de tiempo en términos de inducción y de

recuperación, los resultados de los pacientes fueron similares a los

de los pacientes que recibieron tiopenta

l 140,160

. El uso de sevoflurano

requiere un aparato de anestesia y un sistema de evacuación de

gase

s 152 .

Se han estudiado varios opiáceos, usados como comple-

mento de la pauta de inducción de la anestesia, en pacientes some-

tidos a TEC. El remifentanilo (opiáceo más reciente de corta

acción) ha sido el último en recibir interés. En un estudio donde

se comparó 1

m

g/kg de remifentanilo más metohexital con meto-

hexital solo, no se observaron diferencias, salvo una mayor dura-

ción de la convulsión en el grupo de metohexita

l 161 .

El remifentanilo

puede ser un complemento útil en pacientes en quienes sea difícil

de provocar las convulsiones o en los que la duración de éstas se

considere demasiado cort

a 140 .

Esto supone que el uso de remifen-

tanilo con un barbitúrico puede ser una alternativa al uso del

etomidato en tales pacientes.

No es necesario un bloqueo neuromuscular completo para

la TEC, e incluso puede no ser deseable porque impediría vigilar

la duración de las convulsiones periféricas. No obstante, se requiere

un bloqueo neuromuscular parcial para reducir las manifestacio-

nes periféricas de las convulsiones y evitar que el paciente sufra

traumatismos musculoesqueléticos. Un bloqueo neuromuscular

más completo puede aceptarse en los pacientes de alto riesgo con

más propensión a sufrir fracturas si el grado de bloqueo neuro-

muscular se sobreestima. El suxametonio se ha utilizado con más

frecuencia durante la TEC por su corta duración de acción y baja fre­

cuencia de efectos adversos. Se administra una dosis inicial de

0,5mg/kg y se ajusta para los tratamientos posteriores de acuerdo

con la respuesta del paciente. El empleo de un estimulador ner-

vioso periférico para evaluar el grado de bloqueo neuromuscular

antes de la convulsión puede ser útil. Se ha recomendado el uso de

mivacurio como alternativa al suxametonio, pero puede no ser tan

eficaz como éste en la evitación de las contracciones musculares

tonicoclónicas, que podrían provocar al paciente una lesión trau-

mátic

a 162,163

. El mivacurio también requiere un apoyo ventilatorio

prolongado después del procedimiento, lo que aumenta las necesi-

dades anestésicas y los coste

s 164 .

El suxametonio y el mivacurio se

metabolizan por la colinesterasa plasmática, y pacientes con una

deficiencia de esta enzima pueden precisar otros relajantes muscu-

lares no despolarizantes, como atracurio o cisatracurio. Es posible

que deba aceptarse un bloqueo neuromuscular relativamente pro-

longado en estos pacientes para impedir que se produzcan trauma-

tismos derivados de las convulsiones. Cuando se usan estos agentes

no despolarizantes, el bloqueo neuromuscular suele revertirse

después del tratamient

o 140 .

Con el fin de evitar diversos efectos adversos de la TEC se

han recomendado varios medicamentos profilácticos. La asistolia

transitoria secundaria a la descarga parasimpática durante la apli-

cación del estímulo es infrecuente en la TEC, pero puede evitarse

administrando antes anticolinérgicos. Se prefiere el glucopirrolato

a la atropina porque produce menos taquicardia después de la

TE

C 140 .

Además, el glucopirrolato es un antisialogogo eficaz. El

esmolol y el labetalol se han utilizado satisfactoriamente para con-

trolar la hipertensión y la taquicardia tras la TE

C 165 .

Algunas

evidencias indican que el esmolol reduce la duración de las con-

vulsione

s 166,167 .

No se aconseja el tratamiento habitual con esmolol

ni labetalol porque la hipertensión y la taquicardia suelen ser auto-

limitadas, al igual que las extrasístoles ventriculares. Si fuera nece-

sario el tratamiento, estos fármacos podrían administrarse

inmediatamente después del estímul

o 152 .

No se ha observado que

el uso de labetalol aumente la hipotensión ortostática durante el

período de recuperació

n 168 .

Los anestésicos y relajantes musculares administrados a

cada paciente deben, como en otras intervenciones anestésicas,

registrarse de manera precisa. Este registro es fundamental en la

TEC porque el tratamiento se repite a lo largo de varias semanas

a meses, y las condiciones del paciente deben ser las mismas para