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Anestesia por subespecialidades en el adulto

IV

anatomía valvular y la anatomía vascular pulmonar. Con estos

catéteres puede medirse la presión en las cavidades cardíacas y

en las estructuras vasculares. La inyección de contraste hace

posible la visualización radiológica de varias estructuras, y la

inyección de un indicador con toma de muestras distales permite

determinar el flujo según el principio de Fick. Además, pueden

extraerse muestras de sangre de diferentes áreas para evaluar la

saturación del oxígeno y detectar la presencia y localización de

cortocircuitos. Aunque parte de esta información (pero no toda)

puede obtenerse con la ecocardiografía, el cateterismo cardíaco

sigue siendo el «patrón oro» para un diagnóstico detallado de

anomalías anatómicas cardíacas complejas. Debe señalarse que,

debido a que son necesarias múltiples medidas y tomas de mues-

tras para completar el cateterismo cardíaco, las medidas no

pueden realizarse de manera simultánea. Para que los cálculos

hemodinámicos y referentes a cortocircuitos sean válidos, es

necesario un estado cardiovascular y respiratorio relativamente

constant

e 104,105

. Las presiones arteriales de oxígeno (Pao

2

) y de

CO

2

(Paco

2

) deben ser «normales» para estudiar al paciente y

deben permanecer así durante los períodos de medición. Las

técnicas anestésicas usadas en cada centro han de ser siempre las

mismas para que el cardiólogo no tenga en cuenta las diferencias

en las técnicas anestésicas a la hora de interpretar los datos diag-

nósticos. Estas limitaciones pueden dificultar mucho la asistencia

anestésica de estos pacientes.

En los adultos es frecuente que el cateterismo cardíaco se

realice junto con la angiografía coronaria. El acceso al lado derecho

del corazón (circulación pulmonar) se lleva a cabo a través del

sistema venoso y suele hacerse colocando un catéter en la vena

femoral. Al lado izquierdo del corazón (circulación sistémica) se

accede igual que a las arterias coronarias, a través de las arterias

braquial, radial o, con más frecuencia, femoral. Las complicaciones

del acceso vascular son similares a las de la angiografía coronaria.

Debido a que los catéteres se colocan dentro de las cavidades car-

díacas, durante la intervención son frecuentes las arritmias supra-

ventriculares y ventriculares. La intervención suele realizarse con

anestesia local, pero para los pacientes puede ser beneficiosa la

sedación y la analgesia. Los medicamentos utilizados a menudo

para este propósito son fentanilo y midazolam, a veces complemen-

tados con propofol o dexmedetomidina. Se administra oxígeno

cuando es necesario, pero hay que procurar que se mantengan

valores gasométricos arteriales «normales» (para el paciente) si se

va a medir la hemodinámica pulmonar durante la intervención.

Como en la angiografía coronaria, el anestesiólogo debe estar pre-

parado para enfrentarse a una inestabilidad aguda hemodinámica

o respiratoria en los pacientes que puedan tener una disfunción

valvular y miocárdica grave.

Cateterismo cardíaco pediátrico

La asistencia anestésica para el cateterismo cardíaco de los

pacientes pediátricos puede ser especialmente difícil

(v. cap. 73).

Estos pacientes son desde prematuros hasta niños con una edad

en el límite del grupo pediátrico. Las anomalías cardíacas varían

desde defectos congénitos relativamente simples del tabique

interauricular hasta anomalías congénitas cardíacas complejas,

como el síndrome de las cavidades cardíacas izquierdas hipoplá-

sicas. Puede haber cortocircuitos a múltiples niveles, y los pacien-

tes pueden estar muy cianóticos. La disfunción ventricular puede

ser grave. Los pacientes pueden tener anomalías congénitas no

cardíacas coexistentes. Además, estos pequeños pacientes pueden

no cooperar, y sus progenitores pueden sentirse muy estresados

y por ello no ser de mucha ayuda. Los estudios neonatales suelen

hacerse de forma urgente, y los pacientes están con frecuencia

cianóticos y gravemente enfermos. El diagnóstico de la anomalía

cardíaca suele realizarse mediante ecocardiografía, pero la deter-

minación del tratamiento quirúrgico o de posibles intervencio-

nes con catéteres depende de los resultados del cateterismo

cardíaco.

Las técnicas anestésicas usadas en estos casos van desde la

sedación/analgesia hasta la anestesia general. De nuevo, debe recor-

darse que debe mantenerse un «estado estacionario» para lograr la

precisión diagnóstica. Por lo general, los pacientes mayores coope-

radores son más fáciles de tratar con sedación y analgesia intrave-

nosas. Incluso en pacientes cianóticos no se administrará oxígeno,

a menos que sus concentraciones desciendan por debajo de los

valores basales. Hay que procurar que la ventilación y la Paco

2

se

mantengan dentro de los límites fisiológicos normales para evitar

alteraciones en la resistencia vascular pulmona

r 106 .

Los medica-

mentos administrados para la sedación son fentanilo, midazolam,

propofol y ketamina. La premedicación con 0,5mg/kg de midazo-

lam por vía oral puede ser especialmente útil. Algunas pruebas han

indicado que la ketamina puede aumentar el consumo de oxígeno,

por lo que hay que procurar no reducir la precisión diagnóstic

a 107 .

Se ha sedado de esta manera incluso a lactantes pequeños para

estas intervenciones.

Una vez dicho esto, los lactantes y niños pequeños con

frecuencia no toleran la intervención con sedación por vía intra-

venosa, y es más fácil tratarlos con anestesia general. Como en la

sedación por vía intravenosa, para estas intervenciones puede ser

muy útil la premedicación por vía oral con 0,5mg/kg de mida-

zolam. Si no hay una vía intravenosa, la inducción se hace con

óxido nitroso, oxígeno y un anestésico volátil como sevoflurano,

y se inserta una vía intravenosa después de que el paciente esté

anestesiado. También se puede inducir la anestesia por vía intra-

venosa con tiopental, ketamina, etomidato o propofol. Se admi-

nistra un relajante neuromuscular no despolarizante y se realiza

la intubación endotraqueal cuando el paciente está completa-

mente relajado. La posición correcta del tubo endotraqueal se

confirma midiendo el CO

2

teleespiratorio, y su posición por

encima de la carina se confirma con facilidad mediante radios-

copia. La anestesia se mantiene con anestésicos volátiles y venti-

lación controlada en aire ambiente, siempre que la saturación del

oxígeno no caiga por debajo de los valores basales. La ventilación

controlada evita el incremento de la Paco

2

, que a menudo se ve

con niveles de sedación intravenosa que permiten realizar esta

intervención invasiva en niños. No se ha observado que la venti-

lación controlada influya en la precisión diagnóstica del catete-

rismo cardíac

o 104 .

La ventilación por minuto y la frecuencia

respiratoria se ajustan para mantener una Paco

2

normal en un

análisis gasométrico de una muestra de sangre arterial obtenida

por el cardiólogo a partir del catéter arterial. Puede usarse la

determinación del CO

2

teleespiratorio para ajustar después

la ventilación, pero debe recordarse que el espacio muerto fisio-

lógico es muy variable en tales pacientes. La infiltración con anes-

tésicos locales en la zona del acceso vascular limita las molestias

posteriores a la intervención. Pueden administrarse pequeñas

cantidades de un opiáceo como fentanilo (es decir, 1-2

m

g/kg i.v.)

o midazolam para sedar tras la intervención, lo que permite que

el paciente permanezca quieto y evita las complicaciones del

acceso vascular femoral. Como alternativa a la técnica del anes-

tésico volátil, al paciente se le puede administrar anestesia intra-

venosa total utilizando diversas combinaciones de opiáceos,

benzodiazepinas, propofol y ketamin

a 108-113 .

De nuevo, son esen-

ciales unas condiciones estables, y el plan anestésico de cualquier

centro debe ser el mismo en los diferentes pacientes para propor-

cionar condiciones reproducibles al cardiólogo y al cirujano car-

díaco que deben interpretar los datos diagnósticos.