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Anestesia fuera del quirófano

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Sección IV

Anestesia por subespecialidades en el adulto

© ELSEVIER. Fotocopiar sin autorización es un delito

el trombo, la inyección intracoronaria de fármacos trombolíticos,

como urocinasa, puede disolverlo. El tratamiento trombolítico

produce a veces complicaciones hemorrágicas, especialmente si el

paciente precisa una intervención quirúrgica urgente. Es probable

que se administren antiagregantes durante la colocación de la

endoprótesis, como se dijo antes. De nuevo, pueden aparecer tras-

tornos hemorrágicos que compliquen el tratamiento posterior a la

intervención y durante la cirugía urgente. Estos pacientes pueden

necesitar transfusiones autólogas relativamente masivas de plaque-

tas en caso de que resulte necesaria una intervención quirúrgica

cardíaca urgent

e 92 .

Se debe tener en cuenta que es probable que se

siga avanzando en la regulación del sistema hemostático para

reducir la oclusión y la reoclusión crónicas. La oclusión coronaria

aguda puede no responder al tratamiento transluminal en el labo-

ratorio de cateterismo y precisar una cirugía de injerto de deriva-

ción coronaria (IDC) urgente. El anestesiólogo debe estar preparado

para tratar a un paciente muy inestable si esto ocurre. El paciente

puede presentar angina, hipotensión y arritmias, y le puede resultar

beneficiosa la colocación de un balón de contrapulsación intraaór-

tico. Además, el paciente puede necesitar apoyo inotrópico e intu-

bación endotraqueal. Se administra nitroglicerina con la intención

de mejorar el flujo coronario colateral y reducir la precarga. Hay

que asegurar una precarga adecuada, y puede resultar útil monito-

rizar las presiones centrales. Si el área estenosada o disecada puede

atravesarse con un fiador, el cardiólogo debe ser capaz de dejar un

catéter de perfusión que permita un cierto flujo coronario y que

limite la isquemia miocárdica a la espera de la revascularización

quirúrgic

a 93

. El transporte debe realizarse con mucho cuidado para

que no se salga el catéter. El tiempo es crítico cuando el paciente

requiere una IDC urgente en esta situación. Al paciente se le debe

transportar rápidamente al quirófano y colocarle en circulación

extracorpórea de manera urgente para salvar el máximo miocardio

posible. El estudio multidisciplinar de los sistemas del centro puede

facilitar el transporte rápido del paciente al quirófano, lo que mejo-

rará el pronóstico de los paciente

s 94

. Debido a que estos pacientes

pueden tener una gran inestabilidad hemodinámica, su estado res-

piratorio y cardiovascular debe monitorizarse de forma continua.

Los resultados tras la ACTP y la aterectomía son inicial-

mente excelentes. Sin embargo, se produce una reestenosis de las

arterias coronarias dilatadas hasta en el 30-40% de los pacientes

debido a un engrosamiento y remodelación de la neoíntim

a 95 .

Se

utilizan endoprótesis metálicas expansibles para mantener la per-

meabilidad coronaria, lo que mejora la tasa de permeabilidad. Las

endoprótesis se colocan a través del área de la estenosis tras la

ACTP o la aterectomía y se mantienen después de la intervenció

n 96 .

La investigación actual se centra en reducir aún más la frecuencia

de reestenosis mediante el uso de novedosas estrategias mecánicas,

nuevos fármacos sistémicos para inhibir la proliferación de neoín-

tima y endoprótesis cubiertas de fármacos o liberadoras de ello

s 97 .

Los anestesiólogos que se ocupen de los pacientes sometidos a

procedimientos en el laboratorio de cateterismo cardíaco deben

conocer los protocolos actuales para la regulación farmacológica

de la hemostasia y la proliferación de la íntima que se usan en los

diversos procedimientos realizados en su centro, porque están en

constante evolución.

El uso de la radioterapia intracoronaria para evitar la rees-

tenosis dentro de la endoprótesis tiene implicaciones anestésicas.

Se cree que la radiación impide la proliferación de la neoíntima al

romper las cadenas de ADN y bloquear así la mitosi

s 98

. Varios

estudios han demostrado la eficacia y el perfil de complicaciones

de la braquiterapia intracoronari

a 99 .

Desde una perspectiva anesté-

sica, el tratamiento tiene una implicación significativa. Debido a los

problemas de seguridad con la radiación, durante el desembalaje

de la sonda de radiación, que está guardada en un recipiente blin-

dado con plomo, el personal debe salir de la sala de radiación

intracoronaria. Hay que asegurarse de disponer de monitorización

a distancia, similar a la de la RM descrita antes y a los monitores

remotos de la radioterapia intraoperatoria (RTIO) que se expon-

drán más adelante.

A los pacientes con síndromes coronarios agudos les es

beneficioso el tratamiento trombolítico, antiplaquetario y, posible-

mente, una IPC para restaurar el flujo sanguíneo miocárdic

o 97 .

Este

tratamiento debe administrarse con rapidez para maximizar la via-

bilidad miocárdica y reducir la morbilidad y la mortalidad. Los

retrasos en la reperfusión mediante IPC de los pacientes con sín-

dromes coronarios agudos los controlan la Joint Commission on

Accreditation of Health Care Organizations (JCAHO) y el Center

for Medicare and Medicaid Services (CMS) como un componente

de la evaluación de la calidad del centro. Estos pacientes pueden

tener el estómago lleno e inestabilidad hemodinámica. La anestesia

general ha sido satisfactoria en los pacientes que no toleran la

intervención por el dolor, la ansiedad o la disne

a 100 .

Los avances en la tecnología de la perfusión han aumentado

las posibilidades de desplazar las máquinas de circulación extra-

corpórea. Esta intervención mantiene la estabilidad hemodinámica

durante intervenciones que de otro modo provocarían grados

inaceptables de inestabilidad hemodinámica, como la IPC de la

arteria coronaria principal izquierda o los procedimientos inter-

vencionistas realizados en pacientes en estado de shock cardiogé-

nico. En la actualidad esta intervención se realiza sobre todo en

pacientes que no son candidatos a la IDC, como los que tienen una

función ventricular inaceptable o una arteriopatía coronaria distal

que impediría la realización de la ID

C 101,102 .

Sin embargo, el uso de

estos dispositivos se está expandiendo a otros procedimientos

de cateterismo cardíaco, como la ablación compleja con RF a nivel

endo y epicárdic

o 103 .

La circulación extracorpórea se establece a

través de la arteria o la vena femorales (o ambas, dependiendo de

la tecnología usada) tras la inducción de la anestesia general y

de una heparinización sistémica. La monitorización es la misma

que en la IDC en el quirófano y suele consistir en la colocación de

catéteres arterial y venoso central o de arteria pulmonar. La eco-

cardiografía transesofágica también se utiliza para la hepariniza-

ción ventricular, así como la colocación de cánulas. Dado que estos

pacientes suelen estar inestables, puede que estos elementos de

monitorización invasiva se tengan que colocar con el paciente des-

pierto. La inducción y las técnicas de mantenimiento deberían

tener en cuenta el trastorno subyacente del paciente. Tras la inter-

vención, la extubación se realiza tan pronto como lo permita el

estado del paciente. La técnica anestésica elegida debe proporcio-

nar estabilidad hemodinámica y permitir una fácil extubación. Un

régimen anestésico equilibrado de fentanilo y un fármaco volátil

con bloqueo neuromuscular proporciona estas condiciones. A los

pacientes se les debe vigilar estrechamente en busca de compli­

caciones hemorrágicas porque con frecuencia la monitorización

se continúa tras la intervención. Por lo general se administran

antiagregantes. Si aparecen complicaciones en estos pacientes, que

tienen un soporte de circulación extracorpórea pero no son can-

didatos quirúrgicos, pueden surgir dilemas éticos. La posibilidad

de complicaciones y las posibles opciones terapéuticas, o la falta de

ellas, deben ser entendidas claramente por el paciente y por todo

el personal médico al cargo antes de emprender tales intervencio-

nes. En esta situación es esencial una comunicación abierta.

Cateterismo cardíaco

La colocación de catéteres transvenosos o transarteriales en el

corazón y en los grandes vasos (cateterismo cardíaco) permite

determinar la anatomía cardíaca, la función ventricular, la