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Anestesia regional en los niños

Bernard J. Dalens

2285

©

2010. Elsevier España, S.L. Reservados todos los derechos

Durante los últimos 30 años, la anestesia regional se ha convertido

en una técnica esencial para el tratamiento del dolor en los pacien-

tes pediátricos, tanto quirúrgicos como no quirúrgicos. Los adelan-

tos en las agujas y los catéteres, diseñados especialmente para los

niños, han facilitado su realización y han mejorado su seguridad.

Con el paso de los años, numerosos estudios pediátricos con series

amplias de pacientes, desde el período neonatal hasta el final de la

adolescencia, han evaluado la práctica totalidad de las técnicas de

bloqueos nerviosos, permitiendo de este modo delimitar sus indi-

caciones, contraindicaciones y efectos secundarios. Gracias al uso

de los neuroestimuladores, los bloqueos periféricos pueden llevarse

a cabo hoy en día con seguridad en pacientes anestesiados, siempre

que no se hayan administrado previamente relajantes musculares.

Las técnicas de ecografía han supuesto la segunda revolu-

ción de la anestesia regional (v. cap. 43). La ventaja de la ecografía

sobre la neuroestimulación es que permite visualizar la distribu-

ción del anestésico local, con lo cual es posible ajustar la posición

de la aguja en los casos de una distribución inadecuada, y reducir

la dosis cuando se obtiene claramente una distribución circunfe-

rencial de los anestésicos locales.

Diferencias relevantes entre

los niños y los adultos

Diferencias anatómicas

Cambio en el tamaño corporal debido al proceso

de crecimiento

La diferencia más obvia entre los niños y los adultos es el tamaño del

cuerpo: los recién nacidos a término «normales» pesan entre 3-3,5kg

y miden 50cm, y a lo largo de los 10-15 años siguientes multiplicarán

su pesomás de 12 veces (

>

1.200%) y su tallamás de 3 veces (

>

300%).

Durante las primeras etapas del desarrollo, la médula espinal ocupa

la práctica totalidad del canal vertebral, pero más tarde, el creci-

miento de las vértebras supera al de la médul

a 1

, y los últimos nervios

raquídeos, la médula y sus envolturas son «atraídos» hacia el interior

del canal vertebral. Al nacer, la duramadre finaliza a la altura de las

vértebras sacras S3-S4, mientras que la médula (cono medular) lo

hace a la altura de L3-L4. Hacia el final del primer año de vida va

alcanzándose la altura a la que se situará en el adulto, esto es, L1 para

el cono medular y S2 para el saco dural.

Las relaciones y las referencias anatómicas van variando

constantemente durante la lactancia y la infancia, interfiriendo en

los procedimientos de anestesia regional y exigiendo un conoci-

miento detallado del desarrollo anatómico, así como la necesidad

de técnicas precisas para localizar los espacios anatómicos y los

troncos nerviosos.

Las malformaciones congénitas, los trastornos genéticos y

las consecuencias de la asfixia fetal o neonatal (parálisis cerebral)

son frecuentes y específicas del período pediátrico. Dan lugar a un

desarrollo anormal y a deformidades óseas, articulares y de estruc-

turas neurológicas que suelen agravarse durante la infancia.

En la

tabla 71-1

se enumeran los peculiaridades pediátricas

anatómicas y fisiológicas que influyen en las indicaciones o en la

realización de bloqueos regionales.

Retraso de la osificación de los huesos y de la fusión

de las vertebras sacras

Los huesos de los recién nacidos, incluidas las vértebras, son fun-

damentalmente cartilaginosos. Pueden atravesarse fácilmente con

agujas afiladas, ya que el cartílago ofrece poca resistencia a la pene-

tración, de manera que los núcleos de osificación pueden dañarse

gravemente, comprometiendo de este modo el desarrollo posterior

de los huesos y las articulaciones. Como consecuencia, debería

evitarse el contacto óseo en la medida de lo posible durante la

realización de los bloqueos, y en especial en los lactantes. Esta

estructura cartilaginosa permite además que penetren fácilmente

los rayos X y los ultrasonidos

( fig. 71-1

).

Retraso de la mielinización de las fibras nerviosas

La mielinización comienza durante el período fetal en los neuró-

meros cervicales y se extiende en dirección cefálica y cauda

l 2,3

, pero

el proceso no concluye antes de los 12 años de vida. La mieliniza-

ción es especialmente escasa en los lactantes; esta falta de fibras

nerviosas completamente desarrolladas es la razón primordial de

que sean incapaces de caminar. Una consecuencia importante de

este hecho es que los anestésicos locales pueden penetrar y blo-

quear a las fibras nerviosas con más facilidad: las soluciones dilui-

das de anestésicos locales proporcionan la misma calidad de

bloqueo nervioso que soluciones con una concentración de, al

menos, el doble que en los adultos. La latencia está acortada, pero

por otra parte, la duración del bloqueo es menor por el atrapa-

miento de los anestésicos locales en el interior de la mielina, con

lo que la liberación progresiva subsiguiente es menor, y porque la

circulación local, y por tanto la absorción vascular, son mayores en

los lactantes.

Desarrollo de las flexuras de la columna

Al nacer, la columna tiene una única flexura y la orientación de las

agujas epidurales es la misma, independientemente de cuál sea el

espacio intervertebral. No obstante, las flexuras no están fijas y

pueden contrarrestarse fácilmente mediante una flexión forzada a

lo largo de prácticamente toda la infancia por la flexibilidad