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longitudinal y circunferencial de los anestésicos locales más amplia,

y 3) y una duración de acción más corta por la disminución de la

liberación secundaria desde sus puntos de unión locales.

Distribución regional hasta la zona diana

Los anestésicos locales fijan su diana de acción en los canales de

Na

+

dependientes de voltaje en el interior de las fibras nerviosas.

Las moléculas no ionizadas son las únicas que pueden atravesar las

membranas biológicas y la velocidad de dicho proceso depende del

número y el grosor de las vainas (que aumenta con la edad).

Absorción sistémica y distribución

U

nión a

proteínas

plasmáticas

.

 Los anestésicos locales,

en su forma no ionizada, cruzan casi sin problemas el endotelio de

los capilares que rodean la zona de inyección. Como el gasto car-

díaco y el flujo sanguíneo local de los lactantes es entre dos y tres

veces mayor que en los adultos, la absorción de los anestésicos

locales hacia la circulación sistémica aumenta en conformidad, y

los fármacos vasoactivos, como la epinefrina, ralentizan con suma

eficacia la absorción sistémica.

Una vez que han accedido al interior del lecho vascular, los

anestésicos locales se unen a proteínas plasmáticas, y principal-

mente a la albúmina sérica (ASH) y a la glucoproteína

a

1

-ácida

(AAG), u orosomucoide. La ASHmuestra una afinidad baja por los

anestésicos locales y numerosas sustancias farmacológicas pueden

competir por los lugares de unión disponibles. Además, las concen-

traciones plasmáticas de ASH son bajas durante los primeros meses

de vida, especialmente en los lactantes prematuros y en ayunas; así

pues, la protección ofrecida por la ASH contra la toxicidad sisté-

mica de los anestésicos locales es baja y disminuye en el período

postoperatorio. La afinidad de la AAG por los anestésicos locales

es entre 5.000-10.000 veces mayor que la de la ASH, lo que la con-

vierte en una proteína sumamente eficaz para proteger al paciente

contra la toxicidad sistémica (la cual depende de la fracción libre

de los anestésicos locales no unida a las proteínas). Sin embargo,

también la concentración plasmática de AAG es muy baja al nacer

(0,2-0,3 g/l) y no alcanza los valores del adulto (0,7-1,0 g/l) antes

del primer año de vid

a 11-13

.

Como la concentración plasmática de las dos proteínas

capaces de unirse a los anestésicos locales es baja en el momento

de nacer, la fracción libre de todos los anestésicos locales está

aumentada en los lactantes; por tanto, deben reducirse notable-

mente las dosis máximas de todas las aminoamidas, aunque la

concentración plasmática de AAG aumenta en el período postope-

ratorio, salvo en el caso de la insuficiencia hepátic

a 13 .

A

lmacenamiento

en

los

eritrocitos

.

 Los anestésicos

locales, una vez dentro del torrente sanguíneo, se distribuyen en los

eritrocitos, que retienen del 20-30% de la dosis total, según el anes-

tésico y el hematocrito. El almacenamiento en los eritrocitos suele

tener un impacto poco relevante sobre la farmacocinética de los

anestésicos locales, salvo:

En los recién nacidos: los valores de hematocrito altos (que

pueden superar el 70%) y el aumento de tamaño de los

mismos (macrocitosis fisiológica) provocan un «atrapa-

miento» de los anestésicos locales, disminuyendo de este

modo los valores de Cmax después de una inyección única,

pero con un incremento en la liberación secundaria,

aumentando de este modo la semivida de todos los anesté-

sicos locales.

En los lactantes: la anemia fisiológica disminuye el almace-

namiento en los eritrocitos y su efecto protector contra la

toxicidad sistémica de los anestésicos locales (únicamente

después de una inyección única) al saturarse los lugares de

unión a las proteínas plasmáticas, es decir, cerca de las con-

centraciones sanguíneas tóxicas.

A

bsorción

desde

el

espacio

epidural

.

 La absorción en

el espacio epidural está bastante bien estudiada. La cinética de

absorción es la misma en los niños y en los lactantes, pero cuanto

más pequeño sea el paciente menos acentuada es la configuración

bifásica de la curva de concentración plasmática. La concentración

plasmática máxima y la pendiente de disminución de la curva de

concentración están aumentada

s 14,15

, mientras que el tiempo

(Tmax) hasta alcanzar la concentración plasmática máxima (Cmax)

permanece básicamente invariable; por ejemplo, el Tmax de la

bupivacaína es aproximadamente de 30 minutos, independiente-

mente de la edad del paciente.

La ropivacaína es una excepción notable. La Tmax puede

prolongarse en los lactantes hasta 2 horas tras la inyección epidu-

ral caudal o lumbar, y la Cmax también está aumentada

( fig. 71-2 ) 16 .

Este perfil farmacocinético inusual resulta difícil de comprender;

se han planteado algunas hipótesis tentadoras, como inmadurez

enzimática, captación sistémica más lenta y disminución del

volumen de distribució

n 17,18 .

Las propiedades vasoconstrictoras

intrínsecas de la ropivacaína también pueden desempeñar el

mismo papel que se manifiesta al añadir epinefrina. De cualquier

forma, este incremento en los valores de Cmax y Tmax no puede

pasarse por alto, ya que muchas intervenciones quirúrgicas en los

lactantes son breves y por el hecho de que los niños pueden aban-

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Anestesia pediátrica

V

Figura 71-2

 Valores de Cmax de la

ropivacaína después de una inyección caudal

de 2mg/kg en grupos de edad diferentes.