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Fenoldopam

Estudios preliminares demostraron que la infusión de fenoldo-

pam prevenía la disminución del FSR inducido por los medios de

contrast

e 167

. Sin embargo, un gran ensayo clínico multicéntrico

aleatorizado en 315 pacientes con insuficiencia renal preexistente

(aclaramiento de creatinina

<

60ml/min) mostró que no ejercía

beneficio alguno sobre la función renal comparado con el

placeb

o 168 .

Nefropatía por pigmentos

La nefropatía por pigmentos implica una lesión renal aguda como

resultado del efecto nefrotóxico de los pigmentos hemo (mioglo-

bina, hemoglobina y bilirrubina).

Rabdomiólisis y mioglobinemia

La necrosis muscular (rabdomiólisis) suele producirse por trau-

matismos directos durante aplastamientos graves o lesiones térmi-

cas (v. cap. 62). Sin embargo, también ocurre en la isquemia

muscular aguda inducida por enfermedad o lesión vascular, o por

una inmovilización prolongada. Los síndromes compartimentales

agravan la rabdomiólisis. Es muy probable que se produzcan por

hemorragias graves de una extremidad o cuando coexista una

insuficiencia vascular con edema tisular (p. ej., colocación femoral

de un balón intraaórtico tras una resección venosa). Los aumentos

pronunciados del índice metabólico (ejercicio intenso, fiebre pro-

longada, estado epiléptico o mioclonías), la hipofosfatemia intensa

o la proteólisis directa (pancreatitis aguda) pueden precipitar una

rabdomiólisi

s 169

.

La mioglobina (el transportador muscular de oxígeno con

pigmento hemo) se libera al torrente sanguíneo (mioglobinemia)

y se excreta con rapidez por el glomérulo, con un umbral plasmá-

tico de 0,03mg/dl. El aporte de mioglobina al túbulo proximal es

mayor en una persona bien musculada con un FG normal que en

un paciente caquéctico con un FG bajo. A un pH urinario menor

de 5,6 la mioglobina se transforma en ferrihematina, que precipita

en el túbulo proxima

l 170 .

La lesión renal se facilita por la hipovole-

mia (es decir, flujo tubular bajo) y por una orina ácida. Debido

al estado hipercatabólico asociado, la oliguria se asocia de forma

aguda a hiperpotasemia, hipocalcemia, acidosis metabólica con

hiato aniónico y azoemia rápida. La creatinina sérica y el

BUN aumentan muy rápido (1-1,5mg/dl/día y 20-30mg/dl/día,

respectivamente).

La principal ayuda para el diagnóstico de rabdomiólisis es

un alto índice de sospecha. El músculo afectado puede aparecer de

forma clara isquémico o hinchado, doloroso y edematoso. La mio-

globina en orina suele ser positiva sin un color rojizo. El suero es

claro por el bajo umbral renal para la excreción de la mioglobina,

mientras que la hemoglobinemia se asocia a un suero rosado. La

creatinfosfocinasa (CPK) total seriada es una guía útil sobre la

gravedad de la rabdomiólisis (es decir, liberación de CPK-MM

) 171 .

La lesión renal resulta mucho más probable cuando la CPK total

supera las 10.000unidades/l.

La prevención de la necrosis tubular aguda nefrotóxica

depende del mantenimiento de un FSR y un flujo tubular elevados.

Se debería mantener una diuresis osmótica de 100-150ml/hora

mediante manitol intravenoso (6,25-12,5 g cada 6 horas), con o

sin furosemida intravenosa (10-20mg, según se precise

) 172 .

El

pH urinario debería mantenerse por encima de 5,6 con bicarbo-

nato sódico intravenoso (50 mEq por vía intravenosa, según se

precise) y/o acetazolamida (250mg cada 6 horas). Sin embargo,

como no hay datos prospectivos que hayan confirmado el efecto

beneficioso de la alcalinización urinaria, no debe elevarse el pH

urinario a costa de producir un desequilibrio acidobásico signi-

ficativo. El calcio sólo debe administrarse para tratar la

hiperpotasemia.

Hemólisis y hemoglobinemia

La hemólisis intravascular aguda (v. cap. 42) producida por una

trasfusión sanguínea no compatible (incompatibilidad ABO) es

una agresión renal directa y devastadora. Se cree que la lesión renal

se debe sobre todo al estroma de los hematíes más que a la hemo-

globina libre. El tratamiento es en esencia el mismo que para la

rabdomiólisis.

Ictericia y bilirrubinemia

Se ha encontrado una correlación directa entre el grado de ictericia

obstructiva preoperatoria y la disfunción renal postoperatori

a 173 .

Cuando la colestasis hace que la bilirrubina conjugada aumente

por encima de 8mg/dl, cesa de hecho la excreción de sales biliares,

y a continuación se producen septicemia portal y lesión renal. Esta

situación es análoga al síndrome hepatorrenal y la sepsis, en las que

las endotoxinas circulantes inducen vasoconstricción y lesión

renales (nefropatía vasomotora).

La administración preoperatoria oral de sales biliares (p. ej.,

taurocolato sódico) o de manitol intravenoso puede proporcionar

una protección renal perioperatoria en pacientes con ictericia obs-

tructiva grave. En un estudio prospectivo aleatorizado sobre

pacientes con ictericia obstructiva que iban a someterse a cirugía,

Plusa y Clar

k 174

no encontraron diferencias en el pronóstico renal

entre ambas pautas. Sin embargo, el manitol provoca una diuresis

osmótica brusca, por lo que se deben reemplazar las pérdidas uri-

narias de forma adecuada. La hipovolemia inducida por la diuresis

elimina el efecto protector del manito

l 175 .

Sepsis

La sepsis es la causa más frecuente de insuficiencia renal aguda de

reciente comienzo en el período postoperatorio (v. caps. 81 y 82).

La función renal puede deteriorarse de forma progresiva sin epi-

sodios definidos de hipotensión. Además, la sepsis predispone al

riñón a nuevas agresiones isquémicas y nefrotóxicas (p. ej., la uti-

lización concomitante de aminoglucósidos

) 176 .

La propia insufi-

ciencia renal aguda y la hemodiálisis, perpetúan la sepsis al activar

los leucocitos. Bastantes pruebas sugieren que la autorregulación

renal puede encontrarse alterada en la sepsis y que el FSR y el FG

disminuyen en paralelo con la resistencia vascular sistémica y la

presión arterial media. La hipotensión, a su vez, desencadena una

cascada de respuestas neurohormonales (actividad simpaticosu-

prarrenal, activación del sistema renina-angiotensina, la vasopre-

sina y el tromboxano) que disminuyen el FSR, el FG, la excreción

de sodio y la diuresis. La intensidad de la insuficiencia renal parece

relacionada de forma directa con la gravedad de la sepsis y con el

grado de activación de la renina plasmátic

a 177 .

La insuficiencia renal en la sepsis se describe como una

nefropatía vasomotora, lo que implica una vasoconstricción renal

ante un índice cardíaco total elevado. Las endotoxinas y los com-

puestos activados de la sepsis inducen vasoconstricción renal, con-

tracción de las células mesangiales, disminución del coeficiente de

ultrafiltración y reducción del F

G 178 .

Entre estos compuestos se

incluyen la endotelina y los eicosanoides, tales como el tromboxano,

la prostaglandina F

2

y los leucotrienos C4 y D4. La prostaglandina

F

2

, que simula la acción del tromboxano, se forma durante la leu-

costasia, cuando el ácido araquidónico se oxida por radicales libres

de oxígeno.

Se ha estimado que se desarrollará una insuficiencia renal

nefrotóxica en el 10-26% de los pacientes sépticos que reciban

antibióticos aminoglucósido

s 153 .

La nefrotoxicidad por estos fárma-

cos se potencia por la interacción con la fiebre, la vasoconstricción

renal, la hipovolemia y la endotoxina. En presencia de estos y de

Fisiología renal

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Sección I

Fisiología y anestesia

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