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SALUD/ATENCIÓN PRIMARIA DE LA MUJER
Maltrato físico y abuso sexual
MALTRATO FÍSICO
Y ABUSO SEXUAL
INTRODUCCIÓN
Descripción:
Patrón de traumatismo físico que tie-
ne lugar en una relación continuada. Aunque
la definición de maltrato requiere solamente
un episodio de maltrato físico, lo más típico es
un patrón de violencia escalonada. (Al menos
en uno de cada cuatro casos ha habido tres o
más episodios de violencia en los seis meses
anteriores a la comunicación del maltrato.) En
Estados Unidos, las mujeres corren un mayor
riesgo de ser agredidas o asesinadas en manos
de su pareja que de un agresor desconocido.
El abuso sexual es una forma específica de
maltrato físico que se relaciona con un trau-
matismo de naturaleza sexual o un patrón de
actividades sexuales bajo coacción. El abuso
sexual incluye (aunque no está limitado a)
desnudar, exponer, fotografiar o posar, mante-
ner contacto oral-genital, insertar cuerpos extra-
ños y mantener relaciones vaginales o anales.
Incidencia:
Más de 1,5 millones de casos de violen-
cia doméstica cada año. Se estima que entre un
5 y un 25% de las mujeres tratadas por lesiones
en urgencias reciben dichas lesiones como
resultado de violencia doméstica. Del 20 al
40% de los adultos informan que sufrieron
abusos o fueron víctimas sexuales antes de los
18 años, y entre el 10 y el 25% de las mujeres
relatan uno o más episodios de abuso sexual.
Edad predominante:
Cualquiera, más frecuentemen-
te desde la adolescencia hasta la tercera déca-
da de vida.
Genética:
Las mujeres son las principales víctimas
de la violencia doméstica y representan casi el
95% de los casos.
ETIOPATOGENIA
Causas:
Factores múltiples. El alcohol y las drogas
frecuentemente se encuentran relacionados,
aunque no son factores causales.
Factores de riesgo
: Tasa ligeramente más elevada
en los estamentos socioculturales o socioeco-
nómicos más bajos.
MANIFESTACIONES CLÍNICAS
Signos y síntomas:
Maltrato físico: Signos y síntomas muy varia-
bles. (En casi el 85% de los casos comuni-
cados, las lesiones inflingidas eran sufi-
cientemente importantes para necesitar
tratamiento médico. Entre el 5 y el 25% de
las mujeres tratadas por lesiones en urgen-
cias reciben estas lesiones como resultado
de violencia doméstica. En menos del 5%
de las mujeres se llega al diagnóstico correc-
to. Las localizaciones más frecuentes de las
lesiones son la cabeza, el cuello, el tórax, el
abdomen y las mamas. Las lesiones en las
extremidades superiores se producen como
consecuencia de maniobras defensivas.)
Abuso sexual: Inespecífico.
DIAGNÓSTICO
Diagnóstico diferencial:
Depresión (pueden simular vagas dolencias
que deberían sugerir la sospecha de mal-
trato).
Coagulopatía (hematomas).
Trastornos asociados:
Más de la mitad de los hom-
bres que abusan de sus mujeres abusan tam-
bién de sus hijos. Entre un tercio y la mitad de
todos los asesinatos de mujeres ocurren a ma-
nos de su compañero.
Estudio y valoración
Laboratorio:
Ninguna prueba está indicada.
Técnicas de imagen:
No está indicada ninguna
prueba de imagen excepto en caso de sospe-
cha de fractura o alguna otra lesión.
Pruebas específicas:
Las cinco preguntas del Abuse
Assessment Screen (del Colegio Americano de
Obstetras y Ginecólogos) aumentan la proba-
bilidad de detectar abusos. Es más probable
que el motivo principal de consulta no guarde
relación con el problema real cuanto más
tiempo haya pasado desde la agresión o cuan-
do ésta se encuentra en curso. Las quejas so-
máticas y los cambios sutiles de comporta-
miento pueden sugerir la posibilidad de vio-
lencia doméstica o de maltrato.
Procedimientos diagnósticos:
Anamnesis y sospecha.
Ya que uno de los aspectos fundamentales de
la agresión sexual es la pérdida de control, to-
dos los esfuerzos deberían dirigirse a que la
paciente controle hasta los aspectos más tri-
viales de su exploración física.
Hallazgos anatomopatológicos
En las relaciones típicas de maltrato existen tres
fases: una primera de tensión emergente que se
incrementa de forma gradual; el acto de violen-
cia, que puede ser desencadenado por cualquier
acontecimiento, y un período de arrepentimiento
en que el maltratador se disculpa y pide perdón.
Este ciclo tiende a repetirse, aumentando la gra-
vedad de la agresión y disminuyendo el arrepen-
timiento.