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200

Tobillo

12.1. Infiltración de la vaina del tendón

tibial posterior

G. Morvan

Nivel de dificultad **

1. INDICACIONES

j

Terapéuticas: tenosinovitis, tendinopatía. Hay dos grandes tipos de tenosinovitis

del tibial posterior: las tenosinovitis mecánicas de pacientes mayores de 60 años con

sobrepeso en un contexto de pie plano valgo y las tenosinovitis reumáticas. Mien-

tras que en las primeras la infiltración es lógica y eficaz, en las segundas esta práctica

debe sopesarse con gran cautela: el tendón tibial posterior suele estar lesionado

(rotura parcial, elongado a modo de chicle) y la analgesia que produce la infiltración

de corticoides conlleva el riesgo de acelerar su rotura completa, cuyas consecuencias

funcionales son catastróficas. Por tanto, en el contexto de una tenosinovitis posterior

mecánica, la decisión de infiltrar es muy seria, puede asociarse a consecuencias graves

y sólo puede tomarse cuando se está totalmente de acuerdo por parte del médico

conocedor del riesgo y con el paciente debidamente advertido de esta posibilidad

de rotura secundaria.

j

Diagnósticas: tenografía.

2. MATERIAL

j

Aguja: 21 G (aguja i.m. corta) o aguja s.c. larga.

j

Pequeño transductor de tipo «palo de golf», si es posible.

j

Jeringa: 2 o 5 cm

3

, cargada con clorhidrato de lidocaína (10 mg/ml) para una

prueba antes de la inyección del derivado corticoideo.

j

Campo estéril: no.

j

Amplia desinfección cutánea.

3. COLOCACIÓN DEL PACIENTE

Paciente tumbado cómodamente en decúbito lateral, bien fijado. El pie que se va a

infiltrar se apoya sobre su borde lateral.

4. VÍA DE ABORDAJE

Aunque se pueden utilizar varias vías de abordaje (vía retromaleolar [paralela o per-

pendicular al eje del tendón], vía submaleolar, etc.), nosotros damos prioridad a la vía

submaleolar, que en nuestra opinión es más fácil y más segura.