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Control de la anestesia

III

ción que permite la colocación en un bolsillo pectoral y la estimulación

antibradicardia en múltiples cavidades y sensible a la respuesta), así

como los numerosos beneficios sobre la supervivenci

a 2,3 ,

han hecho

que aumente el uso de DCI. Estos cambios en la implantación y las

indicaciones de los DCI tienen dos resultados significativos para los

profesionales sanitarios.En primer lugar,unDCI situado en un bolsillo

pectoral (en lugar de abdominal) con capacidad de estimulación puede

confundirse, debido a las «espigas» de estimulación en el electrocar-

diograma de superficie, con un MP (no DCI). En muchos centros, los

electrocardiogramas se realizan en pacientes que tienen «MP» con el

uso de un imán. Debido a que algunos DCI de Boston Scientific/

Guidant Medical/CPI pueden sufrir una inactivación permanente del

tratamiento antitaquicardia por la colocación de un imán, este error

podría dejar a un paciente desprotegid

o 4

y podría causar su falleci-

mient

o 5 .

En segundo lugar, las funciones de estimulación en un DCI

suelen responder a estímulos externos (colocación de un imán, inter-

ferencia electromagnética [IEM]) de un modo distinto a un MP. Estos

aspectos se detallanmás adelante en este capítulo.Además, en la actua-

lidad todos los DCI realizan estimulación cardíaca permanente, por lo

que los aspectos de las secciones sobre estimulación también se aplican

a losDCI.UnMPconvencional puededistinguirsedeunDCImediante

el análisis del sistema de electrodos del ventrículo derecho (VD) en

una radiografía de tórax

( fig. 33-1 )

. La radiografía de tórax también se

puede utilizar para identificar al fabricante del generador

( fig. 33-2

).

Los sistemas de marcapasos y desfibrilación tienen un historial

considerable de fiabilidad, pero pueden fallar y de hecho lo hacen.

Maisel y cols. han revisado los registros de la FDA de fallos de los MP

y los DCI (fallecimiento o explantación por un funcionamiento inade-

cuado no debido al agotamiento de la batería) del período 1990-2002.

Incluso aunque las características de este esquema de notificación

favorecen la infranotificación de los problemas, en estos 12 años se

implantaron 2,25millones deMP,con 8.834 (0,4%) fallos confirmados

(y notificados) y 30 fallecimientos. En cuanto a los DCI, se implanta-

ron 415.780, con 8.489 (2%) fallos confirmados y 31 fallecimiento

s 6

.

Por tanto, en todos los pacientes con un generador cardíaco se debe

realizar un seguimiento periódico en la consulta. Para algunos dispo-

sitivos seleccionados de forma apropiada, se puede recurrir a compro-

baciones telefónicas para identificar el agotamiento de la batería (MP

y DCI) o detectar una taquicardia (DCI), pero este sistema no puede

garantizar la idoneidad de los márgenes de seguridad de captura y

detección de la estimulación por el momento. Para los MP, las direc-

trices publicadas en Estados Unidos recomiendan al menos una com-

probación telefónica cada 1-3 meses, dependiendo de la duración del

implant

e 7

. No existen directrices de este tipo para el seguimiento de

los DCI, aunque la mayoría de los fabricantes de estos aparatos reco-

miendan períodos de seguimiento inferiores a 4 meses.

También surgen problemas, que dan lugar a «avisos», «notas

del producto» o «retiradas del mercado» por parte de los distintos

fabricantes. Por ejemplo, Guidant tiene 46.000 DCI con sensores de

imán potencialmente defectuosos que podrían evitar la aplicación

de descargas o de EAT. Su acción recomendada fue desconectar de

forma permanente el interruptor del imán mediante la programa-

ción. Por tanto, un DCI programado de ese modo aplicará una

descarga incluso con un imán colocado

( fig. 33-3 ) 8

. La serie de

electrodos de DCI Sprint Fidelis de Medtronic notificará la activi-

dad ventricular en ausencia de auténticas sístoles eléctricas (sobre-

detección), lo que puede dar lugar a un fallo de la estimulación o a

la aplicación inadecuada de descarga

s 9

, y Guidant tiene uno de estos

electrodos con problemas similares (Modelo 0156) (

fig. 33-4 )

.

La complejidad de los MP y DCI, así como la multitud de

parámetros programables, limita el número de generalizaciones que

pueden realizarse sobre los cuidados perioperatorios del paciente con

un generador de pulso cardíaco implantable. El envejecimiento de la

población, los avances continuos de la tecnología implantable y las

nuevas indicaciones para la implantación de dispositivos cardíacos

seguirán aumentando el número de implantes. La American Society

of Anesthesiologists ha tomado nota de estos temas y está desarro-

llando unos consejos prácticos perioperatorios (Perioperative Practice

Advisory

) 10 ,

que quedan reflejados en los «Puntos clave». El American

College of Cardiology (ACC) ha publicado unas recomendaciones

(directrices de laACC

) 11

prácticas al respecto,al igual que laAmerican

Heart Association (AHA) y la Heart Rhythm Society (antigua North

American Society of Pacing and Electrophysiology [NASPE]

) 12 .

También pueden consultarse revisiones en varias revista

s 13-15 .

Los pacientes conun generador de pulso implantable amenudo

tienen otras enfermedades significativas, además de sus alteraciones

del ritmo cardíaco. La capacidad para atender a estos pacientes

requiere prestar atención a sus problemas médicos y psicológicos.

Asimismo, se necesita una comprensión del generador de pulso car-

díaco, sus funciones y sus probables especificidades en el quirófano o

la sala de técnicas.

Por último, no todos los generadores electrónicos implantados

en el tórax son dispositivos cardíacos, pues cada vez se están implan-

tando más dispositivos parecidos a estos generadores para indicacio-

nesno relacionadas conenfermedades cardíacas.Cuando se implantan

en la región pectoral (el lugar habitual de los generadores cardíacos

actuales), estos dispositivos no cardíacos pueden identificarse de

forma errónea como generadores cardíaco

s 16 .

La FDA ha aprobado la

implantación de los generadores de pulso para el control del dolor,

la estimulación talámica para el control de la enfermedad de Parkin-

son, la del nervio frénico para estimular el diafragma en los pacientes

con parálisis, y la del nervio vago para el control de la epilepsia y la

depresió

n 17 .

También se está estudiando la estimulación del nervio

vago para el tratamiento de la insuficiencia cardíac

a 18

y, quizá, la

obesidad. Por tanto, cuando se evalúa a un paciente con cualquier

generador de pulso, debe determinarse si el mismo está funcionando

como marcapasos cardíaco o como estimulador del sistema nervioso

central, de la médula espinal o del nervio vago.

Marcapasos

Los fabricantes de marcapasos han informado de que 26 empresas

han producido más de 2.500 modelos en los últimos 40 años. En

la actualidad, en Estados Unidos más de 250.000 adultos y niños

se someten anualmente a una implantación nueva de un MP, y casi

2 millones de pacientes tienen un marcapasos en este momento.

Muchos factores producen confusiones sobre el comportamiento

de un dispositivo y la atención perioperatoria de un paciente con

estos dispositivos, sobre todo a causa de que los informes de casos,

los libros de texto y las revisiones de la bibliografía no han mante-

nido el ritmo de los desarrollos tecnológicos.

Un sistema de marcapasos consta de un generador de impulsos

y de uno o varios cables que transportan el impulso eléctrico al corazón

del paciente. Estos cables se conectan a las cavidades cardíacas a través

de la vena cava (cables endovenosos) o se suturan directamente a la

superficie del corazón (cables epicárdicos). Pueden ser unipolares (un

electrodo por cable), bipolares (dos electrodos por cable) o multipo-

lares (múltiples electrodos y cables incluidos en un cable con conexio-

nes en distintas cavidades) (v.

fig. 33-1A

). Como se precisan dos

electrodos para completar un circuito, en una configuración unipolar,

el segundo electrodo será la funda metálica del generador. El uso de

la funda como electrodo requiere que el bolsillo del generador esté

desprovisto de gas, y se ha documentado la alteración de la continui-

dad eléctrica como consecuencia del uso de óxido nitros

o 19 .

Los MP con cables unipolares parecen más sensibles a los

efectos de la interferencia electromagnética (IEM), y dichos sistemas

producen «espigas» más grandes en un electrocardiograma analó-

gico. La mayoría de los sistemas de MP (excepto muchos dispositivos