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acetilcolina en la hendidura. La acetilcolina debe esperar a que el

antagonista se disocie espontáneamente antes de que pueda compe-

tir por el sitio liberado. Los RMND se unen al receptor durante un

período algo inferior a 1 milisegundo, que es mayor que la vida

normal de la acetilcolina. Normalmente, la destrucción de la acetil-

colina es tan rápida que la mayor parte es destruida antes de que una

proporción significativa de moléculas de antagonista se haya diso-

ciado del receptor. Prolongar el tiempo de permanencia de la acetil-

colina en la hendidura permite que la acetilcolina disponible se una

al receptor cuando el antagonista se disocia de los receptores.

Clases de fármacos que se utilizan

En la práctica clínica pueden emplearse tres clases de sustancias

para revertir la parálisis inducida por no despolarizantes

95,96

, agentes

bloqueantes de los canales de potasio, inhibidores de la acetilcoli-

nesterasa y derivados de la

g

-ciclodextrina. De los bloqueantes de

los canales de potasio el que mejor se conoce es la 4-aminopiridina.

Sus acciones son sobre todo presinápticas; impide el flujo de potasio

desde la terminación nerviosa. Puesto que el flujo de potasio es el

acontecimiento que habitualmente culmina el potencial de acción

de la terminación nerviosa, esta acción prolonga la despolarización

del nervio. Dado que el flujo de calcio dentro del nervio se prolonga

durante el tiempo que dura la despolarización, los fármacos de esta

clase aumentan indirectamente el flujo de calcio dentro de la termi-

nación nerviosa. El nervio libera más acetilcolina durante un

período de tiempo más prolongado del habitual, condiciones que

son efectivas para antagonizar los RMND. Debido a que actúan a

nivel presináptico, estas sustancias pueden antagonizar un bloqueo

producido por ciertos antibióticos que actúan sobre la terminación

nerviosa, particularmente las polimixinas. Aunque la 4-aminopiri-

dina y otras sustancias similares pueden emplearse en la clínica, su

uso está muy restringido porque no son específicas. Afectan a la

liberación de transmisores de todas las terminaciones nerviosas,

incluidos nervios motores, autonómicos y componentes del sistema

nervioso central. Su uso se acompaña de una variedad de efectos

indeseables y, en la práctica, sólo se utilizan en circunstancias espe-

ciales. Uno de los efectos adversos más serios de los bloqueantes de

los canales de potasio son las crisis epilépticas.

Los antagonistas del bloqueo neuromuscular que más se uti-

lizan (p. ej., la neostigmina, la piridostigmina y el edrofonio) inhiben

la acetilcolinesterasa mediante mecanismos similares, aunque no

idénticos

95

.

.

La neostigmina y la piridostigmina son atraídas por una

interacción electrostática entre el nitrógeno, cargado positivamente

en las moléculas, y el sitio catalítico de la enzima, cargado negativa-

mente. Esto produce una enzima carbamilada que no es capaz de

más acción (es decir, el centro catalítico está bloqueado y la enzima

inhibida). El edrofonio no es un éster ni un grupo carbamato, aunque

es atraído y unido al centro catalítico de la enzima por atracción

electrostática entre el nitrógeno con carga positiva del fármaco y el

centro de la enzima cargado negativamente. Parece también que el

edrofonio tiene efectos presinápticos, al potenciar la liberación de

acetilcolina desde la terminal nerviosa. Por tanto, este efecto es útil

cuando se necesita revertir un bloqueo neuromuscular profundo. De

los tres anticolinesterásicos que se usan habitualmente, el edrofonio

muestra con gran diferencia la mayor sensibilidad entre la acetilco-

linesterasa y la butirilcolinesterasa, la esterasa sérica que hidroliza

succinilcolina y mivacurio. El edrofonio favorece principalmente a

la primera enzima y, por tanto, parece el agente más deseable para

revertir el mivacurio. Sin embargo, si el paciente tiene una esterasa

sérica normal, los factores farmacocinéticos son los principales

determinantes de la duración del bloqueo, y la actividad de esterasa

sérica o su ausencia sólo desempeña un papel minoritario en la

recuperación. Con estas premisas hay pocos motivos para preferir la

reversión con uno u otro agente. Los anticolinesterásicos son admi-

nistrados durante períodos prolongados en el tratamiento de la

miastenia grave

4

y como profilaxis en casos de envenenamiento por

gases venenosos

54,55

. Paradójicamente, la administración prolongada

de anticolinesterásicos también puede conducir a un estado de tipo

miasteniforme con debilidad muscular

97

.

Los inhibidores de la colinesterasa actúan preferentemente

en la unión neuromuscular, aunque lo hacen también en otras

sinapsis que utilizan el mismo transmisor, incluidos los receptores

muscarínicos. Debe administrarse una sustancia similar a la atro-

pina junto con el inhibidor de la colinesterasa para contrarrestar

los efectos de la acetilcolina que se acumula en las sinapsis musca-

rínicas del intestino, los bronquios y el sistema cardiovascular.

Estos tres inhibidores de la acetilcolinesterasa no afectan a las

sinapsis en el sistema nervioso central, puesto que todos son aminas

cuaternarias, las cuales no penetran fácilmente la barrera hema-

toencefálica. Un amonio cuaternario derivado de la atropina, como

es el glicopirrolato, que no se difunde a través de la barrera hema-

toencefálica, se utiliza con frecuencia para limitar los efectos anti-

colinérgicos periféricos. Otros inhibidores de la colinesterasa, la

fisostigmina y la tacrina, no son compuestos de amonio cuaterna-

rio y tienen efectos profundos sobre el sistema nervioso central.

Pueden ser antagonizados por atropina pero no por sus análogos

derivados de amonio cuaternario. A diferencia de los otros inhibi-

dores de la colinesterasa, la fisostigmina y la tacrina son también

potentes inhibidores de la enzima fosfodiesterasa, que tiene un

papel importante en la regulación de la liberación del transmisor

en bastantes sinapsis del sistema nervioso central. Esta acción

puede estar relacionada con la eficacia comunicada de estos dos

agentes en el tratamiento de la demencia de Alzheimer.

Los inhibidores de la colinesterasa tienen también acciones

en la membrana postsináptica independientes de sus efectos sobre

la enzima. Varios de estos compuestos contienen grupos metilo

sobre un nitrógeno cargado positivamente, y pueden actuar como

agonistas sobre los canales del receptor al iniciar el flujo de iones

y favorecer la transmisión neuromuscular. La neostigmina, la

fisostigmina y algunos organofosforados pueden aumentar la

frecuencia de los PMPT y elevar el contenido de cuantos de los

potenciales de placa terminal, pero la importancia del incremento

en la liberación del transmisor para revertir el bloqueo neuromus-

cular no está clara. La exposición continuada a los inhibidores que

contienen carbamato u organofosforados provoca la degeneración

de estructuras pre y postsinápticas, aparentemente porque estas

estructuras acumulan cantidades tóxicas de calcio

54,55

. Los blo-

queantes de los canales de calcio, como el verapamilo, previenen

las acciones neuronales de estos agentes. Todas las sustancias de

esta clase también actúan en o sobre los receptores al influir en la

cinética del ciclo apertura-cierre y al bloquear el canal iónico

76,77

.

Se desconoce el significado clínico de los fármacos en la reversión

de los no RMND.

Una nueva aproximación para revertir el bloqueo neuro-

muscular residual es la unión directa del relajante mediante inte-

racción química. Los agentes antídoto que funcionan mediante la

unión a otras sustancias son la protamina, la anticoagulación con

citrato, los quelantes de plomo o cobre y las moléculas de ARN

sometidas a ingeniería recombinante para unirse a fármacos. Las

ciclodextrinas (es decir, pequeños polisacáridos cíclicos) son uno

de esos compuestos sintetizados por bacterias a partir del almidón,

desde al menos 1891. El derivado de la

g

-ciclodextrina ORG25969

(sugammadex) se une a los relajantes esteroideos con una afinidad

muy elevada, lo que produce relajantes musculares inactivos. El

riñón depura luego estos complejos. El sugammadex tiene el poten-

cial de cambiar drásticamente los patrones clínicos de uso de los

fármacos bloqueantes neuromusculares y de sus antagonistas (es

decir, la neostigmina)

96

.

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Fisiología y anestesia

I