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Muchos otros fármacos que utilizan los anestesiólogos también

promueven el cambio de los receptores desde un estado normal hasta

un estado desensibilizado

70-73

. Estas sustancias, algunas de las cuales

se enumeran en el cuadro 4-1, pueden debilitar la transmisión neu-

romuscular al reducir el margen de seguridad que existe normalmente

en la unión neuromuscular, o pueden provocar un aumento aparente

en la capacidad de los agentes no despolarizantes para bloquear la

transmisión. Estas acciones son independientes de los efectos clásicos

basados en la inhibición competitiva de la acetilcolina. La presencia

de receptores desensibilizados significa que hay disponibles menos

canales de receptores de lo habitual para transportar la corriente

transmembrana. La producción de receptores desensibilizados dismi-

nuye la eficacia de la transmisión neuromuscular. Si existen muchos

receptores desensibilizados, los normales, que son insuficientes, son

los únicos disponibles para despolarizar la placa terminal, por lo que

no se producirá la transmisión neuromuscular.Incluso si sólo algunos

receptores están desensibilizados, la transmisión neuromuscular se

verá alterada y el sistema será más susceptible al bloqueo por antago-

nistas convencionales, como la tubocurarina o el pancuronio.

Bloqueo del canal

Los anestésicos locales y los bloqueantes de la entrada de calcio

impiden el flujo de sodio o calcio a través de sus canales respectivos,

lo que explica el término

fármaco bloqueante del canal.

De manera

similar, puede producirse un bloqueo en el flujo de iones en el RACh

con concentraciones de fármacos que se utilizan en la clínica, y esto

puede contribuir a alguno de los fenómenos e interacciones farma-

cológicas observados en el receptor. Pueden producirse fundamen-

talmente dos tipos de bloqueo, el del canal abierto y el del canal

cerrado

76,77

. En un bloqueo del canal cerrado, ciertas sustancias

pueden ocupar la boca del canal, impidiendo el paso de iones a través

del mismo para despolarizar la placa terminal. El proceso puede

tener lugar incluso aunque el canal no esté abierto. En un bloqueo

de canal abierto, una molécula del fármaco entra en el canal que ha

sido abierto mediante reacción con la acetilcolina pero no penetra

necesariamente por todo el recorrido. El bloqueo del canal abierto

es un tipo de bloqueo dependiente del uso, lo que quiere decir que

las moléculas solo pueden entrar en el canal cuando éste se encuen-

tra abierto. En los bloqueos del canal abierto y cerrado, el flujo

normal de iones a través del receptor está alterado, lo que da lugar a

una prevención de la despolarización de la placa terminal y a una

transmisión neuromuscular más débil o bloqueada. Sin embargo,

puesto que la acción no se produce en el sitio de reconocimiento de

la acetilcolina, no se trata de un antagonismo competitivo de la

acetilcolina y no se revierte por anticolinesterásicos que aumenten

la concentración de acetilcolina. El incremento en la concentración

de acetilcolina puede provocar la apertura de los canales con más

frecuencia y, por tanto, hacer que se vuelvan más susceptibles al

bloqueo por compuestos dependientes del uso. Hay evidencias de

que la neostigmina y los inhibidores de la colinesterasa relacionados

pueden actuar como fármacos bloqueantes de canales

76

.

Se cree que el bloqueo del canal está involucrado en las alte-

raciones de la función neuromuscular inducidas por algunos anti-

bióticos, cocaína, quinidina, piperocaína, antidepresivos tricíclicos,

naltrexona, naloxona e histrionicotoxina. Por el contrario, los rela-

jantes musculares pueden unirse al sitio de acción de la acetilcolina

del receptor y ocupar el canal. El pancuronio se une preferente-

mente al sitio de reconocimiento. La gallamina parece actuar por

igual en ambos sitios. La tubocurarina está en el medio; a dosis

bajas, las que clínicamente producen un bloqueo mínimo de la

transmisión, el fármaco es, ante todo, un antagonista puro en el sitio

de reconocimiento; a dosis mayores, también penetra en el canal y

lo bloquea. El decametonio y la succinilcolina, como agonistas,

pueden abrir los canales y, como moléculas sinuosas, también pene-

trar y bloquearlos. El decametonio y algunas otras moléculas largas

y finas pueden penetrar en todo el trayecto del canal abierto y entrar

en el sarcoplasma. Se desconoce si en situaciones de administración

prolongada de RMND, como en un contexto de cuidados intensivos,

puede producirse la entrada del relajante, la ocupación del canal y

el paso del fármaco al citosol. Este efecto puede parcialmente expli-

car la debilidad muscular asociada al tratamiento con relajantes en

la unidad de cuidados intensivos.

Bloqueo de fase II

El bloqueo de fase II es un fenómeno complejo que se produce

lentamente en las uniones que están expuestas de forma continuada

a agentes despolarizantes. La unión está despolarizada por la aplica-

ción inicial de un relajante despolarizante, pero luego el potencial de

membrana se recupera gradualmente hacia la normalidad, incluso

aunque la unión siga expuesta al agente. La transmisión neuromus-

cular permanece habitualmente bloqueada durante toda la exposi-

ción.Varios factores están involucrados en este fenómeno.La apertura

repetida de canales permite un aflujo continuo de potasio y un

influjo de sodio, y el desequilibrio electrolítico resultante altera la

función de la membrana sináptica. El calcio que penetra en el

músculo a través de los canales abiertos puede provocar un trastorno

en los propios receptores y en los elementos subyacentes de la placa

terminal. La actividad de una bomba de sodio-potasio adenosín

trifosfatasa en la membrana aumenta con el incremento de sodio

intracelular y, al bombear sodio fuera de la célula y potasio dentro

de ella, trabaja para restaurar el balance iónico y el potencial de

membrana hacia la normalidad. Durante el tiempo que está presente

la sustancia despolarizante, los canales del receptor permanecen

abiertos y el flujo de iones a través de ellos se mantiene alto

78

.

Los factores que influyen en el desarrollo del bloqueo de fase II

son la duración de la exposición al fármaco, la sustancia utilizada

y su concentración, e incluso el tipo de músculo (es decir, rápido o

lento). Las interacciones con anestésicos y otros agentes también

afectan al proceso. Todas estas sustancias pueden tener también

efectos presinápticos sobre la proporción y la cantidad de libera-

ción y movilización del transmisor. Con tantas variables involucra-

das en la interferencia con la transmisión neuromuscular,el bloqueo

de fase II es un fenómeno complejo y de notable variabilidad. Es

difícil predecir la reversión de la respuesta a un bloqueo de fase II

producido por un relajante muscular despolarizante a la adminis-

tración de inhibidores de la colinesterasa. Por tanto, es mejor que

no se intente revertir mediante inhibidores de la colinesterasa,

aunque la respuesta a la tetania o a la estimulación en tren de cuatro

se parece a la que es producida por los no despolarizantes.

Biología de los receptores

nicotínicos de acetilcolina

pre y postsinápticos

Receptores convencionales postsinápticos

de acetilcolina en el músculo frente a

receptores neuronales maduros en el

músculo

A día de hoy se han identificado tres variantes de RACh postsinápti-

cos.La isoformadeRAChque estápresente en launiónneuromuscular

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Sección I

Fisiología y anestesia

Fisiología y farmacología neuromusculares

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