Table of Contents Table of Contents
Previous Page  117 / 2894 Next Page
Information
Show Menu
Previous Page 117 / 2894 Next Page
Page Background

considerar agonistas a pesar del hecho de que bloqueen la

neurotransmisión después de una estimulación inicial. Desde el

punto de vista estructural, la succinilcolina consiste en dos molé-

culas de acetilcolina unidas. Por tanto, no es sorprendente que

pueda mimetizar los efectos de la acetilcolina. La succinilcolina o

el decametonio pueden unirse al receptor, abrir el canal, hacer

pasar corriente y despolarizar la placa terminal. Estos agonistas,

similares a la acetilcolina, se adhieren sólo brevemente; cada aper-

tura de un canal tiene una duración muy corta, 1 milisegundo o

menos. Sin embargo, la respuesta a la acetilcolina es del orden de

milisegundos debido a su rápida degradación por la acetilcolines-

terasa, y la placa terminal vuelve a su estado de reposo durante un

tiempo prolongado antes de que llegue otro impulso nervioso. En

cambio, los relajantes despolarizantes tienen de manera caracte-

rística una acción bifásica sobre el músculo, una contracción

inicial, seguida de una relajación que puede durar minutos u

horas. Los relajantes despolarizantes, puesto que no son suscepti-

bles a la hidrólisis por acetilcolinesterasa, no se eliminan de la

hendidura sináptica hasta que son aclarados del plasma. El tiempo

necesario para aclarar el fármaco del organismo es el principal

determinante de la duración del efecto del fármaco. El aclara-

miento corporal total del relajante es muy lento en comparación

con la acetilcolina, incluso cuando la colinesterasa plasmática es

normal. Puesto que las moléculas del relajante no se aclaran de la

hendidura con celeridad, reaccionan de forma rápida con los

receptores, adhiriéndose a uno casi inmediatamente después de

haberse separado de otro, y por tanto despolarizando repetidas

veces la placa terminal y abriendo los canales.

El desplazamiento rápido desde la excitación de la contracción

muscular hasta el bloqueo de la transmisión por los relajantes despo-

larizantes se produce porque la placa terminal está continuamente

despolarizada.Esto ocurre por la yuxtaposición en el borde de la placa

terminal sobre la membrana muscular de una clase distinta de canal

iónico: el canal de sodio, que no responde a agentes químicos, aunque

se abre cuando se expone a un cambio del voltaje transmembrana. El

canal de sodio también es una proteína cilíndrica transmembranosa

a través de la cual pueden fluir los iones de sodio. Dos partes de su

estructura actúan como puertas que permiten o detienen el flujo de

iones de sodio

69

.Ambas puertas deben estar abiertas para que el sodio

fluya a través del canal; el cierre de una de ellas corta el flujo. Puesto

que estas dos puertas actúan secuencialmente, un canal de sodio tiene

tres estados conformacionales funcionales y puede moverse de

manera progresiva de un estado a otro (fig. 4-6).

Cuando el canal de sodio se encuentra en situación de reposo,

la puerta inferior (es decir, la puerta de inactivación o dependiente

de tiempo) está abierta, pero la puerta superior (es decir, la puerta

dependiente de voltaje) está cerrada, y los iones de sodio no pueden

pasar. Cuando la molécula está sujeta a un cambio brusco de voltaje

por despolarización de la membrana adyacente se abre la puerta

superior y, puesto que la puerta inferior (dependiente de tiempo)

sigue abierta, el sodio fluye a través del canal. La puerta dependiente

de voltaje permanece abierta tanto tiempo como la molécula esté

sujeta a la influencia despolarizadora de la membrana de alrededor;

no se cerrará hasta que desaparezca la despolarización. Sin embargo,

poco tiempo después de que la puerta dependiente de voltaje se

abre, la puerta inferior se cierra y corta de nuevo el flujo de iones.

No puede abrirse de nuevo hasta que la puerta dependiente de

voltaje se cierre.Cuando cesa la despolarización de la placa terminal,

se cierra la puerta dependiente de voltaje; la puerta dependiente de

tiempo se abre y el canal de sodio vuelve a su situación de reposo.

El proceso completo es breve cuando la despolarización se produce

con acetilcolina. La respuesta inicial de un relajante muscular

despolarizante se parece a la de la acetilcolina, pero, dado que el

relajante no se hidroliza fácilmente, la despolarización de la placa

terminal no es breve.

La despolarización de la placa terminal por el relajante

determina al principio la apertura de la puerta mediada por voltaje

en los canales de sodio adyacentes, lo que produce una onda de

despolarización que barre a lo largo del músculo, provocando la

contracción muscular. Poco tiempo después de abrirse la puerta

dependiente de voltaje, se cierra la puerta dependiente de tiempo.

Puesto que el relajante no es retirado de la hendidura, la placa

terminal sigue despolarizándose. Como los canales de sodio inme-

diatamente adyacentes a la placa terminal están influidos por la

despolarización de la misma, sus puertas dependientes de voltaje

permanecen abiertas y sus puertas inactivadoras, cerradas. Dado

que el sodio no puede fluir a través de un canal que tiene cerrada

una puerta inactivadora, la membrana muscular perisináptica no

se despolariza. Cuando se detiene el flujo de iones a través de los

canales de sodio de la zona perisináptica porque se han cerrado las

puertas inactivadoras, los canales que se encuentran más abajo

(más allá de la región perisináptica) se liberan de la influencia

despolarizadora. En efecto, la zona perisináptica se convierte en un

tampón que protege al resto del músculo de los eventos que se

producen en la placa terminal. Por consiguiente, la membrana

muscular está separada en tres zonas: la placa terminal, que se

despolariza por la succinilcolina; la zona perisináptica, en la cual

los canales de sodio están congelados en un estado inactivo; y el

resto de la membrana muscular, en la que los canales de sodio están

en una situación de reposo. Dado que una descarga de acetilcolina

del nervio no puede sobrepasar los canales de sodio inactivados en

la zona perisináptica, la transmisión neuromuscular está bloqueada.

Este fenómeno también se denomina

acomodación.

Durante la

acomodación, cuando la sinapsis es inexcitable a través del nervio

(transmisor), la estimulación eléctrica directa del músculo causa

una contracción muscular porque los canales de sodio más allá de

la zona sináptica están en su situación de reposo excitable.

Los músculos extraoculares contienen fibras tónicas con

inervación múltiple y químicamente excitables a lo largo de la

mayoría de su superficie

20,21

.A pesar de su inervación, los músculos

oculares expresan tanto receptores maduros como fetales

20

. No se

produce la acomodación, por lo que estos músculos pueden sufrir

una contractura sostenida en presencia de succinilcolina.La tensión

así desarrollada fuerza al ojo contra la órbita y provoca, en parte,

el aumento de la presión intraocular producida por relajantes des-

polarizantes. También existe evidencia de que los músculos extrao-

culares contienenun tipo especial de receptor que no se desensibiliza

con la presencia continuada de acetilcolina u otros agonistas (como

se comenta más adelante)

21

. Se desconoce si es la subunidad

g

inmadura del RACh o la subunidad

a

7 del RACh la que desem-

peña una función en esta resistencia a la desensibilización en los

músculos oculares.

4

© ELSEVIER. Fotocopiar sin autorización es un delito

Sección I

Fisiología y anestesia

Fisiología y farmacología neuromusculares

117

Figura 4-6

 Esquema del canal de sodio. Las

barras

representan partes de la

molécula que actúan como puertas. La

barra superior

es voltaje dependiente;

la

barra inferior

es tiempo dependiente. El lado izquierdo del dibujo

representa la situación de reposo. Una vez activada por un cambio de voltaje,

la molécula y sus puertas progresan como se ilustra (de izquierda a derecha)

.

Véase el texto para los detalles.