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Anestesia por subespecialidades en el adulto

IV

del volumen corriente. Aunque es posible administrar un opioide

a los receptores de la médula espinal a través de un catéter epidural

lumbar en cantidades adecuadas para lograr una analgesia torácica,

los efectos beneficiosos y sinérgicos del anestésico local sobre la

mecánica respiratoria requieren un catéter epidural torácico.

Las diferencias de solubilidad lipídica que crean diferencias

clínicas relativamente menores en los efectos de los opioides cuando

se usan por vía sistémica provocan unas disparidades considerables

en los efectos de los mismos opioides cuando se utilizan en el

neuroeje

( fig. 49-54 )

. Los fármacos muy liposolubles (p. ej, fenta-

nilo, sufentanilo) se asocian con una diseminación restringida en

los dermatomas, un inicio rápido de la acción y una baja incidencia

de prurito/náuseas, y pueden potenciarse por la epinefrina. Sin

embargo, estos fármacos liposolubles tienen una absorción y efectos

sistémicos significativos cuando se emplean como infusiones epi-

durale

s 260 .

Para las incisiones que abarcan muchos dermatomas (p.

ej., esternotomía) o para procedimientos que tienen incisiones

abdominal y torácica asociadas (p. ej., esofagectomía), los opioides

hidrófilos (p. ej., morfina, hidromorfona) son preferibles.

Bloqueo paravertebral

El espacio paravertebral es un espacio virtual profundo respecto a

la fascia endotorácica que se ve atravesado por el nervio intercostal

en su paso desde el agujero intervertebral para dirigirse al espacio

intercostal (v.

fig. 49-55

). Se puede colocar un catéter en el espacio

paravertebral por vía percutánea o accediendo al espacio por vía

anterior y directamente cuando el tórax está abierto en la operación

(v. cap. 42).

En la técnica de visión directa, se pasa en primer lugar un

catéter epidural en el hemitórax abierto a través de una aguja de

Tuhoy por un espacio intercostal en la pared lateral del tórax. Para

colocar el catéter, el cirujano a continuación realiza una incisión

pequeña en la pleura parietal y la fascia que cubre el surco para-

vertebral y, mediante disección roma, introduce la punta del catéter

cerca del fascículo neurovascular del siguiente espacio en sentido

cefálico

( fig. 49-56 ) 261 .

Se suele utilizar una sutura reabsorbible para

volver a sellar la herida y limitar la fuga de anestésico local.

También existe unmétodo combinado percutáneo y de visión

directa, en el que la punta de la aguja de Tuhoy se introduce por vía

percutánea en el espacio paravertebral bajo visión directa durante

una toracotomía abierta o en un procedimiento de VATS. La punta

de la aguja se observa a su entrada en el espacio paravertebral y la

pleura no se punciona. Se inyecta suero salino a través de la aguja

de Tuhoy para realizar la hidrodisección del espacio paravertebral,

y se introduce un catéter epidural en el bolsillo que se ha creado en

el espacio paravertebral, tras lo que se fija en la piel.

El anestésico local a nivel paravertebral proporciona un

bloqueo intercostal multinivel fiable que tiende a ser unilateral, con

una escasa tendencia a diseminarse al espacio epidural. Desde el

punto de vista clínico, la analgesia es comparable a la lograda con

anestésicos locales a nivel epidura

l 262

. Los estudios que comparan la

analgesia paravertebral con la epidural torácica para las toracotomías

han sugerido las siguientes ventajas del bloqueo paravertebra

l 263 :

analgesia comparable, menos fracasos del bloqueo, menor riesgo de

hematoma neuroaxial y menos hipotensión, náuseas o retención

urinaria. La posibilidad de colocar el catéter paravertebral bajo visión

directa, puede contribuir a la menor incidencia de fracasos del

bloqueo en comparación con la analgesia epidural torácica.

Las infusiones paravertebrales combinadas con los AINE y

los opioides sistémicos son una alternativa razonable a las técnicas

epidurales en los niños o los pacientes con contraindicaciones para

el bloqueo neuroaxia

l 56 .

Cuando se emplean dosis terapéuticas

habituales (p. ej., 0,1ml/kg/h de bupivacaína al 0,5%), la concen-

tración sérica de bupivacaína puede alcanzar niveles tóxicos en

unos 4 día

s 264 .

Un régimen alternativo para las infusiones paraver-

Figura 49-53

 Diferencias en la farmacología de las infusiones epidurales

postoracotomía de sufentanilo lumbar (S lumbar), sufentanilo torácico

(S torácico) y sufentanilo más bupivacaína torácicos (S+B torácicos). La

combinación S+B torácicos produjo una analgesia significativamente superior

en comparación con las otras dos técnicas. Obsérvese que, a pesar de una

menor posología, los pacientes de S+B torácicos tuvieron una concentración

media mayor de sufentanilo en el líquido cefalorraquídeo (LCR) lumbar que los

pacientes del grupo de sufentanilo torácico, medida por punciones lumbares

distintas a las 24 y 48 horas del postoperatorio. Esto sugiere un mecanismo

farmacocinético con el anestésico local que facilita la transferencia del

opioide epidural al LCR.

(Basada en los datos de Hansdottir V, Wostenborghs

R, Nordberg G: The pharmacokinetics of continuous epidural sufentanil and

bupivacaine infusion after thoracotomy.

Anesth Analg

83:394, 1996

.

)

Figura 49-54

 Gama de opioides neuroaxiales. A la hora de escoger un

opioide para usarlo en la analgesia epidural, el anestesiólogo debe sopesar los

pros y los contras de cada sustancia en el contexto clínico. Un factor

farmacocinético fundamental que determina las acciones y los efectos

secundarios de los opioides neuroaxiales es su liposolubilidad. Los fármacos

poco liposolubles (es decir, hidrofílicos, como la morfina) tienden a presentar

una ventana analgésica más amplia, con un inicio y desaparición de su acción

más lentos y más efectos secundarios leves. Las sustancias muy liposolubles

(lipofílicas) pueden provocar efectos en el sistema nervioso central por su

absorción sistémica cuando se usan durante períodos prolongados, y los

pacientes desarrollan taquifilaxia. La liposolubilidad de la meperidina está en la

zona media del rango, pero la acumulación de metabolitos activos es un

problema. Los factores del paciente que deben sopesarse a la hora de escoger

un opioide neuroaxial son la distancia rostrocaudal del área analgésica

requerida (toracotomía frente a esternotomía frente a incisión

toracoabdominal) y la duración prevista de la infusión epidural.

(De Conacher

ID, Slinger PD: Pain management. En Kaplan J, Slinger P [eds.]:

Thoracic

Anesthesia,

3.

a

ed. Filadelfia, Churchill Livingstone, 2003.)