Table of Contents Table of Contents
Previous Page  1844 / 2894 Next Page
Information
Show Menu
Previous Page 1844 / 2894 Next Page
Page Background

estimuladores cerebrales profundos en pacientes con enfermedad de

Parkinson. Ellos administraron dexmedetomidina en dosis suficiente

como para mantener una respuesta letárgica al habla normal.

Una cuestión adicional que surge en algunas personas con

trastornos del movimiento es el problema de obtener imágenes

radiológicas de alta calidad en presencia de un temblor persistente,

por lo que puede resultar inevitable la sedación justo antes de la

colocación estereotáxica. Se ha empleado el propofol, pero el

período ventana entre su administración y el posterior registro de

imágenes debería ser lo más largo posible. Si se administran sedan-

tes, debe hacerse de forma que se garantice la capacidad de realizar

exploraciones neurológicas intermitentes precisas del paciente.

Durante el procedimiento posterior, entre los objetivos del

anestesiólogo se encuentra la prevención o el tratamiento de la

hipertensión. Existe la preocupación de que al realizar múltiples

punciones con aguja a través del cerebro, la hipertensión precipi-

tará el desarrollo de un hematoma intracerebral. La dexmedetomi-

dina tiene la ventaja añadida de que puede reducir la hipertensión.

En el caso de un hematoma significativo, puede precisarse una

craneotomía de urgencia y el anestesiólogo debe estar preparado

por si surge tal posibilidad.

Procedimientos neurorradiológicos

Resonancia magnética

Las principales limitaciones para este procedimiento proceden del

poderoso campo magnético utilizado. Esto origina al menos dos

condiciones que influirán sobre la técnica anestésica. La primera

es que cualquier objeto ferromagnético que se aproxime al imán

puede convertirse en un peligroso proyectil. La segunda es que una

amplia variedad de instrumentos electrónicos no funcionará ade-

cuadamente en las proximidades del imán. Sin embargo, las limi-

taciones de equipamiento se han subsanado en gran medida.

Actualmente se dispone de ECG, oxímetros, capnógrafos, monito-

res no invasivos de presión arterial y equipos de gases compatibles

con la RM. La monitorización de la temperatura es la única que no

puede realizarse de forma adecuada, y salvo esa excepción, ya no

existe ninguna justificación para una monitorización incompleta

de los pacientes que van a someterse a una RM.

Los niños, los adultos claustrofóbicos y los pacientes con

alteraciones dolorosas son quienes requieren anestesia con mayor

frecuencia para someterse a una RM. Se han empleado con éxito

la sedación con propofol y vía aérea desprotegida y la anestesia

general con ML o con tubo endotraqueal.

Neurorradiología intervencionista

Existen numerosos y variados procedimientos que se realizan para

evaluar y tratar trastornos intracraneales y extracraneales, entre los

que se incluyen principalmente los intentos de obliterar aneuris-

mas o de desvascularizar tumores y MAV. Está disponible una

revisión exhaustiv

a 320 .

Tumores y malformaciones arteriovenosas.

La hiperventi-

lación puede resultar adecuada en un intento para desplazar el flujo

del cerebro normal hacia una lesión donde se pretenda colocar el dis-

positivo omaterial oclusor. Enocasiones se pedirá al anestesiólogo que

disminuya la presión arterial sistémica, lo que reduce el flujo a través

de la lesione fistulosa. Se solicita habitualmente hipotensión con el fin

de lograr una mayor precisión por el depósito de los pegamentos de

cianoacrilato y evitar su paso a las venas de drenaje o a la circulación

venosa sistémica. La elección del agente hipotensor dependerá de la

experiencia del anestesiólogo y de consideraciones cardiovasculares

sistémicas. Frecuentemente resulta eficaz la adenosin

a 321

.

Aneurismas intracraneales.

Una exposición sobre las ven-

tajas relativas de una técnica abierta de colocación de clips frente

al tratamiento endovascular (habitualmente con espirales) para

los aneurismas intracraneales se encuentra fuera de los objetivos

de este capítulo. El International Subarachnoid Aneurysm Trial

(ISAT) ha confirmado las amplias aplicaciones del tratamiento

endovascula

r 322 ,

por lo que la mayoría de los aneurismas se tratan

actualmente por vía endovascular. No obstante, numerosos pacien-

tes siguen siendo sometidos a colocación quirúrgica de clip

s 323 ,

principalmente pacientes con aneurismas de cuello amplio o con

anatomías por lo demás complejas. En la actualidad, la durabilidad

del tratamiento con espirales es inferior a la de la colocación directa

de clip

s 324 ;

un número pequeño pero significativo de pacientes tra-

tado con espirales precisa tratamiento adicional, lo que se determi-

na habitualmente en angiografías de seguimiento. Se están llevando

a cabo intentos para definir las características de los pacientes que

se tratarían mejor con clips quirúrgicos.

Muchos de estos procedimientos (en particular los que

incluyen el tratamiento del vasoespasmo mediante instilación

intraarterial selectiva de papaverina o más habitualmente a través

de dilatación con balón) se pueden llevar a cabo sin la participación

de un anestesiólogo. La duración del procedimiento, los factores

individuales del paciente y, en ocasiones, la necesidad de un control

fisiológico preciso pueden generar una solicitud de asistencia anes-

tésica monitorizada o de una anestesia general. El radiólogo suele

requerir una posición con la mandíbula retirada (para apartar los

huesos faciales de la línea de la fuente anteroposterior de rayos X)

y la absoluta inmovilidad, por lo que a menudo se precisará una

anestesia general. Además, los anestesiólogos pueden verse impli-

cados para la fase de reanimación en el caso de una rotura vascular

o de la migración de un dispositivo intravascular a una localización

incorrecta. En el caso de una rotura, el radiólogo intervensionista

puede solicitar la reducción de la presión sanguínea mientras

acumula progresivamente los espirales en el aneurisma. También

puede resultar necesaria una reversión inmediata de la hepariniza-

ción. Cuando los dispositivos extraíbles (es decir, espirales, balones)

se colocan mal y se produce isquemia, pueden requerirse una carga

de líquidos y la administración de vasopresores para mejorar el

FSC colateral mientras se retira el dispositivo.

Angioplastia carotídea y colocación de endoprótesis

vasculares.

El papel de la angioplastia carotídea está sin definir.

La angioplastia carotídea y colocación de endoprótesis (ACE) fue

propuesta originalmente como una alternativa para los pacientes

considerados de alto riesgo clínico. Una comparación prospectiva

en fases iniciales de la ACE y la endarterectomía carotídea (EAC)

sobre pacientes con riesgo moderado, puso de manifiesto pronós-

ticos similares para ambos procedimiento

s 325 .

Han surgido sub-

secuentemente los resultados de dos ensayos clínicos adicionales,

uno de los cuales se detuvo cuando el análisis de los datos reveló

una tasa «de accidente cerebrovascular o fallecimiento» aumenta-

da entre los pacientes de AC

E 326 .

El segundo ensayo obtuvo tasas

similares de accidente cerebrovascular o fallecimiento para ACE y

EA

C 327 .

No hubo, sin embargo, una tendencia significativa hacia un

aumento de la tasa de aparición de «accidentes cerebrovasculares

incapacitantes o fallecimiento» en el grupo de ACE.

Finalmente, un estudio interno sobre los pacientes alistados

en el Carotid Revascularization versus Stent Trial (CREST) en

marcha reveló una tasa inesperadamente alta de accidentes cere-

brovasculares y fallecimiento entre los pacientes de más de 75 años,

la cual no se explicaba por el ajuste de las comorbilidade

s 328 .

La

sospecha es que el aumento de la incidencia de accidentes cere-

brovasculares puede estar relacionado con embolias desde el

cayado aórtico o de las carótidas, y se ha indicado de forma no

1844

Anestesia por subespecialidades en el adulto

IV