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Anestesia para la cirugía bariátrica
Ashish C. Sinha y David M. Eckmann
Puntos clave
1855
1.
En Estados Unidos 200 millones de personas padecen
sobrepeso u obesidad. A nivel global, hay más personas
obesas que desnutridas. De hecho, la obesidad puede
convertirse en la principal causa evitable de muerte, con
consecuencias notables sobre la morbimortalidad.
2.
El síndrome metabólico consiste en obesidad abdominal,
disminución de las lipoproteínas de alta densidad,
aumento de la insulina, tolerancia a la glucosa e
hipertensión, y afecta a casi 50 millones de personas,
sólo en Estados Unidos.
3.
El principal factor de riesgo aislado de apnea del sueño
es la obesidad. La mayoría de los pacientes afectados de
apnea presentan incremento del tejido oral y faríngeo, lo
que dificulta la ventilación, la intubación y la extubación.
4.
Las opciones terapéuticas en caso de obesidad son
limitadas y su tratamiento satisfactorio exclusivamente
por medios médicos es poco frecuente. En este contexto
son esenciales los cambios de comportamiento.
5.
La cirugía contra la obesidad se recomienda para índices
de masa corporal (IMC) de 40kg/m
2
, o superior a 30kg/m
2
con patologías comórbidas que puedan responder a
pérdida de peso mediante cirugía, como hipertensión,
diabetes o hipercolesterolemia. En ensayos clínicos, la
supervivencia a largo plazo es mejor en pacientes
tratados quirúrgicamente que en los que reciben
tratamiento médico.
6.
La evaluación preoperatoria debe centrarse en los aspectos
cardiopulmonares y en el control de las vías respiratorias,
además de en los problemas inherentes como diabetes,
hipertensión, apnea del sueño y otras patologías.
7.
Los anestésicos han de adecuarse en función de su
liposolubilidad y conociendo sus efectos depresores
persistentes sobre la respiración.
8.
La preparación y la postura son esenciales para que el
control de las vías respiratorias no plantee problemas.
La ventilación con soporte de presión ha de emplearse
como complemento, siempre que sea posible.
9.
La ventilación intraoperatoria se facilita mediante una
parálisis completa, una presión teleespiratoria positiva
moderada y volúmenes corrientes basados en el peso ideal,
y con maniobras de reclutamiento cuando sea necesario.
10.
La trombosis venosa y los problemas relacionados con la
línea de grapado son complicaciones postoperatorias
graves habituales.
11.
Los pacientes obesos sometidos a intervenciones no
relacionadas con la pérdida de peso se pueden beneficiar
de las mismas premisas válidas para la cirugía bariátrica.
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2010. Elsevier España, S.L. Reservados todos los derechos
La obesidad como enfermedad
A nivel mundial, la obesidad era poco frecuente hasta mediados del
siglo x
x 1 .En la actualidad, una proporción significativa de la pobla-
ción adulta de Estados Unidos y del mundo desarrollado en general
padece obesida
d 2-4. Hoy día se considera que unos 200 millones de
estadounidenses, el 65% de la población del país, padece sobrepeso
u obesidad. La obesidad y los problemas de salud asociados a ella
son causas importantes de morbimortalidad y tienen consecuencias
trascendentales en el gasto sanitario. En Estados Unidos, más de
300.000 muertes al año y más de 100.000 millones de dólares en
gasto sanitario anual son atribuibles a esta patología. Es la segunda
causa evitable de muerte, sólo después del consumo de tabac
o 5.
La obesidad ha de considerase sin duda una «enfermedad»,
ya que se trata de una disfunción fisiológica del organismo, que
tiene causas ambientales, genéticas y endocrinológica
s 5 .En la mayoría de los casos se desarrolla cuando la ingesta
calórica alimentaria supera al gasto energético durante un período
prolongado. Los factores que influyen en la obesidad implican a la
ingesta y al gasto energético (o a ambos) y están influenciados por
condicionantes genéticos, conductuales, culturales y socioeconómi-
cos. Por ejemplo, entre los síndromes asociados a la obesidad están
la deficiencia de leptina, el síndrome de Prader-Willi y el síndrome
de Lawrence-Moon-Bied
l 3. Factores metabólicos, tales como hormo-
nas, péptidos, nutrientes, proteínas desacoplantes y sustancias regu-
ladoras neurales producidas en el intestino, el hígado, el cerebro y los
adipocitos, influyen en la regulación energética, aunque en la mayor
parte de los casos no se conocen bien los mecanismos implicados.
El índice de masa corporal (IMC) se ha convertido en el
instrumento de clasificación más extendido para valorar el peso
individua
l 6. Se define como el peso del paciente, medido en kilo-
gramos, dividido por su altura al cuadrado, medida en metros, lo
que la unidad de medición se expresa en kg/m
2
. La
figura 54-1