diferenciadas por sexos que publican los Centers for Disease Control
and Prevention (CDC
) 37. Estas curvas de percentiles se aplican a
niños y jóvenes de edades comprendidas entre 2 y 20 años de edad,
utilizándose la modalidad de percentil debido a que el IMC presenta
una variación no lineal durante el crecimiento. Según los CDC, los
niños con percentiles comprendidos entre 5-85 presentan un «peso
saludable», los de percentil comprendido entre 85-95 se consideran
con «riesgo de sobrepeso» y los de valores de 95 o más son conside-
rados «con sobrepeso», aunque esta categoría antes de diferenciaba
en «sobrepeso» y «obesidad», respectivamente. Este cambio en la
terminología continúa siendo una fuente de confusión. El percentil
que supera el valor 99 se califica como obesidad pediátrica extrema.
Datos correspondientes al National Health and Nutrition
Examination Survey (2003-2004) indican que la prevalencia de
sobrepeso en niños de edades comprendidas entre 2 y 5 años, entre
6 y 11, y entre 12 y 19 es del 13,9%, del 18,8% y del 17,4%, respec-
tivamente. En niños de más de 6 años no parece que el sexo influya
en la prevalencia del sobrepeso. No obstante, en una cohorte de
niños de edades comprendidas entre 2 y 5 años, las niñas presen-
taron el doble de prevalencia en los últimos 20 años, mientras que
en los niños sólo se registró un aumento del 25%. Países en desa-
rrollo como Egipto, Argelia, Perú, Sudáfrica o Jamaica presentan
prevalencias infantiles superiores a las registradas en Estados
Unido
s 38 ,lo que indica que la obesidad en niños y adolescentes no
es ya un problema exclusivo del «mundo desarrollado».
El tratamiento de la obesidad pediátrica se basa en el equilibrio
de la ingesta y el gasto calóricos. La introducción de cambios en el estilo
de vida es siempre más eficaz con intervención y apoyo de la familia.
Los tres pilares del éxito de este tratamiento son lamejora de los hábitos
alimentarios, el aumento de las actividades físicas y la reducción de las
sedentaria
s 39 .El éxito no sólo requiere educación del niño y de sus
familiares, sino también establecimiento de objetivos, autovigilancia,
incentivos y control de estímulos. Entre los fármacos aprobados para
el tratamiento de la obesidad pediátrica están el orlistat y la sibutra-
mina (v. sección previa «Farmacoterapia para la pérdida de peso»).
Aunque menos del 1% de los pacientes sometidos a cirugía
bariátrica en 2003 en Estados Unidos tenía menos de 20 año
s 40, el
número total de intervenciones en este grupo de población es
creciente. Por desgracia, cada vez es mayor el número de adoles-
centes que se somete a cirugía para perder peso, generalmente
mediante bandas gástricas, tras fracasar en la reducción del peso o
de las patologías comórbidas en programas de pérdida de peso bajo
supervisión médica y farmacológica. Aunque muchos programas
de cirugía bariátrica para adultos están bien dotados para ofrecer
una asistencia perioperatoria adecuada, es posible que no estén tan
bien equipados para satisfacer las necesidades metabólicas y psico-
lógicas específicas de los adolescentes. Por la menor duración de la
obesidad y el menor número de enfermedades comórbidas relacio-
nadas con la edad, la duración del ingreso hospitalario en los ado-
lescentes es menor y la tasa de mortalidad postoperatoria inmediata
comparada con la de los adultos es más baj
a 40.
El consentimiento es un factor importante en este contexto.
¿Es adecuado el consentimiento de los padres para una intervención
semielectiva, de riesgo relativamente alto? ¿Comprende realmente
el niño o el adolescente la noción de alto riesgo de fallecimiento
durante el mes siguiente a la operación? Éstas y otras cuestiones han
de ser cuidadosamente evaluadas en el futuro, aunque van más allá
del ámbito de cobertura del presente capítulo.
El rápido aumento de la prevalencia de la obesidad mórbida
y de la superobesidad, junto con el incremento del riesgo de muerte
temprana entre la población obesa, han hecho crecer significativa-
mente el número de intervenciones bariátricas que se practican al
año. El término
cirugía bariátrica
hace referencia a la modificación
quirúrgica del intestino delgado o el estómago, orientada a la con-
secución de perder peso. Se calcula que en 2006 se realizaron más
de 175.000 operaciones de cirugía bariátrica y que el número
llegará a más de 200.000 en 2008 y los años siguientes. No obstante,
los cuidados a los pacientes obesos no se limitan a la propia cirugía
de la obesidad, ya que este tipo de pacientes se somete a interven-
ciones de toda índole. En cualquier caso, los beneficios del trata-
miento quirúrgico de la obesidad parecen tener un evidente valor
endocrinológico y cardiovascular en lo que respecta a la reversión
de los efectos fisiopatológicos del síndrome metabólico, la diabetes
tipo 2 y demás patologías comórbidas de la obesidad, además de
aportar medios mecánicos favorecedores de la pérdida de pes
o 41-47 .En el campo de la cirugía bariátrica existen varias alternativas. Sin
embargo, todas ellas quedan encuadradas en dos grupos: las técni-
cas gastrorrestrictivas y las que combinan restricción gástrica e
inducción de malabsorción de nutriente
s 48-57 .Técnicas restrictivas
El objetivo quirúrgico de las técnicas restrictivas es reducir y limitar
la capacidad del paciente para ingerir aliment
o 54 .Habitualmente se
consigue creando una pequeña bolsa desde la porción proximal del
estómago, justo por debajo de la unión gastroesofágica. La creación
de esta bolsa permite que el drenaje se produzca a través de una
abertura estrecha. Esto aumenta la resistencia mecánica al vaciado
gástrico de los sólidos ingeridos, mientras que el de los líquidos tiene
lugar con normalidad. La gastroplastia de banda vertical (GBV) se ha
empleado con profusión como técnica restrictiva en las dos últimas
décadas, aunque en la actualidad ha sido reemplazada en buena
medida por la banda gástrica laparoscópica (BGL) mínimamente
invasiva
( fig. 54-2). Una ventaja específica de la técnica de BGL es que
evita la alteración permanente de la anatomía gástrica por el grapado
de tejidos. La BGL presenta índices de seguridad excelentes, con una
Anestesia para la cirugía bariátrica
1861
54
Sección IV
Anestesia por subespecialidades en el adulto
© ELSEVIER. Fotocopiar sin autorización es un delito
Figura 54-2
Banda gástrica. Se coloca en el estómago una banda ajustable,
a la que se conecta un trozo de tubo con un portal en el otro extremo. Este
portal se coloca bajo la piel y en él se inserta una aguja especial que permite
ajustar la tensión de la banda. El dispositivo cuenta con un pequeño depósito
desde el que se puede incorporar o retirar líquido para aumentar o disminuir
el calibre de paso de la banda.