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Priapismo

El priapismo es una erección dolorosa, patológica y prolon-

gada producida por ingurgitación y trombosis de las venas de la

pelvis. Se ve en pacientes con neoplasias malignas metastási-

cas, como cáncer pancreático y leucemia, traumatismo pélvico,

enfermedad drepanocítica y traumatismo medular. El priapismo

también puede estar producido por patología de los cuerpos

cavernosos y por alteraciones neurovasculares locales. Se debe

iniciar un tratamiento rápido para controlar el dolor y evitar

la posterior impotencia por fibrosis de los cuerpos cavernosos. La causa del priapismo puede ser importante para definir

el tratamiento. El priapismo por enfermedad drepanocítica se

trata con hidratación, alcalinización y transfusión de sangre

para aumentar la hemoglobina por encima de 10mg/dl. El pria-

pismo asociado a la leucemia responde a la radioterapia. Se reco-

mienda la inyección intracorpórea de fenilefrina en casos

seleccionados de priapismo. Se recomienda el inicio escalonado

de los analgésicos, desde AINE hasta opiáceos. En casos de dolor

intenso está justificada la administración parenteral de morfina o

de hidromorfona.

La enfermedad de Peyronie es una enfermedad incapaci-

tante desde el punto de vista sexual que produce dolor peneano

intenso durante las relaciones sexuales debido a la curvatura. El

tratamiento de elección es la cirugía, con AINE para el dolor.

Dolor genital femenino

La vulvodinia es una enfermedad dolorosa crónica de causa des-

conocida que se asocia a inactividad o disfunción sexual, depresión,

ansiedad y conducta obsesiva. La vestibulitis se caracteriza por

penetración dolorosa durante el coito. Es más frecuente en mujeres

blancas y es resistente a la mayoría de los tratamientos médicos. Se

ha descrito cierto éxito con los antidepresivos tricíclicos y los anti-

histamínicos. El tratamiento con calor (baños de asiento) también

es útil.

La dismenorrea crónica es una enfermedad dolorosa grave

producida por hipercontractilidad del músculo uterino durante la

menstruación. La supresión de la ovulación y los AINE son eficaces

debido a su efecto antiprostaglandínico. Se puede plantear la neu-

rectomía presacra como último recurso cuando hayan fracasado

otras opciones.

La contracción incoordinada de los músculos del suelo de la

pelvis (elevador del ano, pubococcígeo y transverso profundo del

perineo) produce vaginismo. Produce espasmos extremos y dis-

función sexual dolorosa. Factores psicológicos, como una educa-

ción sexual rígida y una experiencia sexual traumática, refuerzan

de forma inadvertida el espasmo vaginal. El tratamiento supone la

corrección de cualquier enfermedad física y después la modifica-

ción conductual, que incluye técnicas de desensibilización.

La dispareunia se define como el dolor genital recurrente y

persistente antes o después de las relaciones sexuales; se puede

deber a infección, traumatismo o ausencia de lubricación. El tra-

tamiento incluye psicoterapia y desensibilización sistémica.

El dolor pélvico crónico también se conoce como conges-

tión pélvica, fibrosis pélvica, neurodinia pélvica y síndrome

simpático pélvico. El dolor con frecuencia es multifactorial y

precisa un abordaje multidisciplinar que incluya psicoterapia, fár-

macos e inyecciones en los puntos gatillo. En casos seleccionados

los bloqueos de las raíces nerviosas y el tratamiento con opioides

del neuroeje son prometedores. La enfermedad metastásica del

cuello uterino y del útero puede producir un síndrome de dolor

vulvovaginal intenso y precisa tratamiento intensivo con opioides

y adyuvante

s 172 .

Papel de los bloqueos simpáticos

Las vísceras pélvicas en varones y mujeres (los órganos

urogenitales, el colon y el recto) están inervadas por fibras aferen-

tes procedentes de la cadena simpática lumbar. El dolor

pélvico producido por enfermedades inflamatorias o por cáncer

se puede aliviar mediante interrupción de las vías simpáticas

bilaterale

s 173,174 ,

lo cual se puede conseguir con un bloqueo

del plexo hipogástrico superior (v.

cap. 48).

El plexo hipogás-

trico superior es una estructura retroperitoneal formada por

la confluencia de las cadenas simpáticas lumbares bilaterales;

está situado entre el cuerpo de las vértebras L5 y S1. Se

realiza interrupción del ganglio impar para actuar sobre el

dolor somático y simpático mixto que se origina en el extremo

distal de la uretra, la vulvar, el perineo y el tercio distal de la

vagina.

Consideraciones generales

Las consideraciones generales sobre el tratamiento del dolor

genitourinario siguen los mismos principios del tratamiento del

dolor en otras localizaciones. Para el dolor agudo no maligno

el tratamiento médico es la primera elección. Están indicados

fármacos narcóticos y no narcóticos, como paracetamol, ácido

acetilsalicílico y AINE, para el control del dolor agudo. Los

antidepresivos tricíclicos (amitriptilina y nortriptilina) son con

frecuencia la primera elección para el dolor neuropático. El dolor

neuropático difícil puede responder bien a la combinación de

antidepresivos tricíclicos y anticonvulsivos (gabapentina y

pregabalina). Cuando no es posible la administración oral, se

deben administrar narcóticos por vía parenteral. La analgesia epi-

dural controlada por el paciente y la infusión epidural continua

producen analgesia segmentaria relacionada con la dosis e impiden

la atelectasia. El uso de narcóticos lipófilos o hidrófilos depende

del nivel segmentario de colocación del catéter epidural. La

analgesia intravenosa controlada por el paciente debe ser la

siguiente opción. Se debe evitar la meperidina y la morfina

en pacientes con deterioro de la función renal debido a la prolon-

gada semivida de los metabolitos. Se pueden acumular normepe-

ridina, un metabolito de la meperidina que reduce el umbral

convulsivo e induce excitabilidad del SNC, y morfina-6-glucuró-

nido y morfina-3-glucurónido, metabolitos de la morfina que

pueden potenciar la sedación y la depresión respiratoria en pacien-

tes con insuficiencia renal. Se recomienda la hidromorfona,

un opioide semisintético, en pacientes con insuficiencia renal,

debido a la ausencia de metabolitos identificables. El efecto anti-

prostaglandínico de los AINE afecta a la regulación del flujo san-

guíneo renal en pacientes susceptibles. Se debe monitorizar

adecuadamente la función renal de los pacientes que precisen

AINE de forma crónica.

En la

figura 55-5

se muestra un algoritmo para el trata-

miento del dolor basado en el abordaje escalonado recomendado

por la Organización Mundial de la Salud para el tratamiento de los

síndromes de dolor maligno. Las técnicas intervencionistas son

una parte integral del control del dolor en los síndromes de dolor

crónico no maligno y maligno. La infusión epidural continua de

opioides produce una fluctuación mínima de la concentración del

fármaco en el líquido cefalorraquídeo. Antes de plantearse un

catéter epidural tunelizado se debe tratar de forma intensiva el

dolor con preparados de morfina de liberación sostenida, meta-

dona y parches transdérmicos de fentanilo para optimizar las nece-

sidades de medicamentos. Si persiste el dolor intratable a pesar del

tratamiento sistémico intensivo con opioides y tratamiento farma-

cológico adyuvante, se debe plantear el tratamiento con un sistema

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Anestesia por subespecialidades en el adulto

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