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mover al paciente de la mesa. Las ondas de choque están muy

enfocadas, por lo que producenmenos dolor en el punto de entrada,

y la analgesia y la sedación intravenosas son el pilar de la anestesia

con estos nuevos litotrictores. Otras intervenciones que pueden ser

necesarias, como cistoscopia, manipulación del cálculo o implan-

tación de una endoprótesis, modifican las necesidades anestésicas.

Muchos de estos nuevos litotrictores tienen una zona focal mucho

más pequeña para las ondas de choque. Es incluso más necesario

obtener una analgesia y una sedación adecuadas, para que el movi-

miento de los cálculos con la respiración esté limitado a la zona

focal. La mayor parte de las combinaciones de analgesia-sedación

son adecuadas. Se ha utilizado incluso analgesia controlada por el

paciente con alfentanilo y una combinación de propofol y

alfentanil

o 141,142 .

Muchos centros utilizan de forma habitual aneste-

sia general con anestésicos inhalatorios o intravenosos de acción

corta y para la ventilación emplean una mascarilla laríngea.

Contraindicaciones

La gestación y los trastornos hemorrágicos no tratados son las

únicas contraindicaciones a la litotricia. En las mujeres en edad

fértil se debe tener una prueba de gestación documentada negativa

antes de la litotricia. Se deben realizar pruebas de coagulación

estándar, como recuento plaquetario, tiempo de protrombina y

tiempo de tromboplastina parcial. Ya no se considera que los mar-

capasos, los desfibriladores automáticos implantables (DAI), el

aneurisma de la aorta abdominal, las prótesis ortopédicas y la

obesidad sean contraindicaciones.

Se puede tratar de forma segura a pacientes con marcapasos

si el marcapasos está implantado en la región pectoral y se obser-

van las siguientes precauciones (v. cap. 33

) 143-145 .

Se debe establecer

la posibilidad de programar el marcapasos antes del tratamiento, y

se debe cambiar el marcapasos a un modo de no a demanda para

el caso de que las ondas de choque interfieran con la función del

marcapasos. Se debe disponer de métodos alternativos de estimu-

lación. Aunque la mayoría de los marcapasos localizados en la

región pectoral está a una distancia segura del trayecto de la onda

de choque, algunos se pueden dañar. Weber y cols

. 143

examinaron

43 marcapasos diferentes y encontraron que se vieron afectados

tres. Los marcapasos bicavitarios tienden a ser más sensibles a las

interferencias. El tratamiento se debe iniciar a un nivel de energía

muy bajo y se debe aumentar gradualmente mientras se observa la

función del marcapasos.

Los fabricantes de los DAI y los litotrictores en general con-

sideran que la implantación de un DAI es una contraindicación a

la litotricia. Sin embargo, se ha tratado con éxito con litotricia a

pacientes con DA

I 144 .

Los DAI transvenosos son menos preocu-

pantes que los antiguos desfibriladores implantados por vía abdo-

minal.LosdispositivosdeDAIsedebendesconectarinmediatamente

antes de la litotricia y se deben reactivar inmediatamente después

del tratamient

o 146 .

Se ha tratado de forma segura a pacientes con aneurismas

aórticos pequeños siempre que el cálculo no esté cerca del aneu-

risma. Las prótesis ortopédicas, como las prótesis de cadera e

incluso las barras de Harrington, no son problemáticas si no están

en el trayecto de la onda de choque, como ocurre habitualmente.

La colocación de los pacientes obesos puede ser problemática en

ocasiones. Aparte de presentar retos anestésicos en relación con la

obesidad, en los pacientes con obesidad extrema puede ser muy

difícil enfocar el haz en el cálculo, y es frecuente suspender la

intervención en estos pacientes por imposibilidad de llevar el

cálculo renal a la zona focal F2. Es prudente intentar el enfoque del

cálculo antes de administrar cualquier anestésico en esta población

de riesgo elevado. Con los nuevos litotrictores puede ser necesario

colocar a algunos de estos pacientes en decúbito prono, posición

que pueden no tolerar de forma segura.

Cirugía radical en urología

La cirugía radical es cada vez más frecuente en el quirófano de

urología con la introducción de nefrectomía radical, cistectomía

radical y prostatectomía retropúbica radical. Las características

comunes incluyen intervenciones prolongadas, hemorragia aso-

ciada súbita y significativa, y atención a la conservación de la

función renal. Con la nefrectomía radical, los cambios cardiorres-

piratorios significativos relacionados con la colocación sobre el

flanco son preocupantes. Las modificaciones respiratorias incluyen

disminución de la distensibilidad torácica, del volumen circulante,

de la capacidad vital y de la capacidad residual funcional. La ate-

lectasia en la zona inferior es frecuente y puede producir hipoxe-

mia. Puede producirse neumotórax, que puede tener consecuencias

respiratorias y hemodinámicas significativas durante la operación.

Es frecuente ver disminución de la tensión arterial cuando se

coloca el apoyo renal debajo del flanco. Esta disminución habitual-

mente se debe a la compresión de la vena cava inferior. Además, la

compresión de la vena cava por el hígado y el desplazamiento

mediastínico pueden reducir aún más el retorno venoso y el

volumen sistólico. Pueden producirse neuropatías del plexo cervi-

cal, el plexo braquial y el nervio peroneo común por distensión o

compresión de los nervios en decúbito lateral.

Nefrectomía radical por carcinoma de células renales

La neoplasia maligna más frecuente del riñón es el carcinoma de

células renales; entre el 85 y el 90% de todas las masas sólidas

renales son carcinomas de células renale

s 147 .

Como el carcinoma

de células renales es refractario a la quimioterapia y la radioterapia,

la resección quirúrgica y la ablación pueden ser un tratamiento

curativo de la enfermedad localizada (

tabla 55-17

). Más reciente-

mente, la resección de la glándula suprarrenal ipsilateral se ha

reservado a pacientes con lesiones grandes en el polo superior o

cuando la glándula suprarrenal está aumentada de tamaño o parece

anorma

l 148 .

Se plantea la nefrectomía parcial (cirugía conservadora

de nefrona) en pacientes con lesiones pequeñas o con tumores

bilaterales, y en pacientes con riesgo por otras enfermedades, como

diabetes o hipertensió

n 147-150 .

En el 5-10% de los pacientes del tumor se extiende hasta

la vena renal, la vena cava inferior y la aurícula derecha. La

extensión del tumor hasta la vena cava inferior y la aurícula

se produce con más frecuencia en el carcinoma de células renales

derecho. En estos pacientes se pueden producir varios proble-

mas que van desde insuficiencia circulatoria por oclusión

1892



Anestesia por subespecialidades en el adulto

IV

Tabla 55-17

 Implicaciones anestésicas de la nefrectomía radical por tumores

El 85-90% se realiza por cáncer de células renales

En el 5-10% de extensión a la VCI y a la aurícula derecha

Acceso i.v. de calibre grueso, catéter A, catéter en la VYI (preferiblemente

en el lado izquierdo si está afectada la VCI)

Síndrome paraneoplásico

Hipercalcemia, eosinofilia; aumento de prolactina, eritropoyetina y

glucocorticoides

Varones

>

mujeres

Habitualmente asociado a antecedente de tabaquismo crónico

AC, EPOC

Insuficiencia renal

AC, arteriopatía coronaria; EPOC, enfermedad pulmonar obstructiva crónica;

VCI, vena cava inferior; VYI, vena yugular interna.