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Para la prostatectomía radical, los objetivos de la cirugía

laparoscópica son reducir la morbilidad perioperatoria en compa-

ración con la cirugía convencional y permitir una intervención

quirúrgica más precisa. La calidad de la cirugía puede mejorar por

la mejor visualización del campo operatorio como consecuencia de

la magnificación óptima y la maniobrabilidad del laparoscopio, que

ofrece una visión anatómica hasta ahora imposible de obtener. El

abordaje laparoscópico no sólo mejora la evolución postoperatoria,

sino que también permite una mejor conservación de las estructu-

ras vasculares, musculares y neurovasculares periprostática

s 109 .

Un reto único en la cirugía laparoscópica conservadora de

nefronas es conseguir la hipotermia renal con éxito para la preser-

vación renal durante la oclusión de la arteria renal. Las técnicas

descritas para la hipotermia renal incluyen enfriamiento de la

superficie del riñón con hielo picado introducido por vía laparos-

cópica (opción preferida), infusión retrógrada de suero salino por

vía endoscópica, e hipotermia renal transarterial a través de una

vía de abordaje con un catéter en la arteria femoral.

Aunque todas las complicaciones y preocupaciones conven-

cionales asociadas a la laparoscopia se pueden aplicar a las operacio-

nes urológicas (v. cap. 58), también se identifican dos problemas

específicos. Primero, como el sistema urogenital es principalmente

retroperitoneal, se expone el extenso espacio retroperitoneal y sus

comunicaciones con el tórax y el tejido subcutáneo al dióxido de

carbono que se insufla. En estos pacientes con frecuencia se produce

enfisema subcutáneo, que se puede extender en dirección craneal

hacia la cabeza y el cuell

o 110

. En los casos más graves hay riesgo de

obstrucción de la vía aérea superior por edema faríngeo secundaria

al dióxido de carbono submucoso. Se debe tener en cuenta esta com-

plicación antes de extubar a estos pacientes. Segundo, las operaciones

tienden a ser prolongadas, lo que permite una absorción de dióxido

de carbono suficiente para producir acidemia y acidosis marcad

a 110 .

Debido a los aumentos significativos de la presión intraabdominal

intratorácica como consecuencia del dióxido de carbono insuflado,

la posición de Trendelenburg con mucha inclinación y la larga dura-

ción de la operación, la anestesia general con ventilación controlada

es el método de elección. A pesar de una hidratación adecuada se

puede producir oliguria intraoperatoria, a la que seguiría la diuresis

en el período postoperatorio inmediato. Aunque no está claro el

mecanismo exacto, se piensa que se debe a un aumento de la presión

perirrenal que ejerce el gas insuflado en el espacio retroperitoneal.

Litotricia extracorpórea con ondas de choque

La LEOC se ha convertido en el tratamiento de elección para la

desintegración de los cálculos urinarios en el riñón y en la parte

superior del uréter. El primer modelo clínico de litotrictor intro-

ducido en la práctica habitual (Dornier HM-3) utilizaba un baño

de agua en una bañera de acero y un bastidor con una silla metálica

para mantener al paciente suspendido en posición sentada. Este

litotrictor de primera generación se sigue utilizando en muchos

centros y plantea retos complejos en relación con la fisiología de la

inmersión y las dificultades para la monitorización. Los litotricto-

res de segunda y tercera generaciones (p. ej., Siemens, Lithostar,

Wolf Piezolith, Dornier HM-4, MFL 5000, MPL 9000) han evolu-

cionado principalmente en la dirección de su aplicación multiuso,

la eliminación del baño de agua y la producción de un litotrictor

sin dolor. Todos los litotrictores comparten principios tecnológicos

similares porque tienen tres componentes principales: 1) una

fuente de energía, la mayoría de las veces una bujía (de forma

alternativa, una membrana electromagnética o elementos piezo-

eléctricos); 2) un sistema para enfocar la onda de choque, como

espejos elipsoidales o reflectantes, y 3) fluoroscopia o ecografía

para visualizar y localizar el cálculo a trata

r 111 .

Aspectos técnicos

Se sumerge al paciente en agua hasta las clavículas. Se coloca un

electrodo (o bujía) en el agua en la base de la bañera en una elipse,

y se conecta a un generador que suministra 16 a 24kV de electri-

cidad. La energía eléctrica crea una chispa que atraviesa la distancia

del electrodo con la generación de ruido intenso, calor intenso y

vaporización explosiva del agua. La expansión súbita de las burbu-

jas de agua que se crea genera una onda de presión (onda de choque)

con propiedades mecánicas y acústicas específicas. La onda de

choque es enfocada por la elipse en un punto focal denominado

foco F2 (la punta del electrodo es el primer foco). La onda de

choque viaja por el agua y los tejidos corporales sin una disipación

localizada significativa de la energía porque la impedancia acústica

de los dos medios es similar. Sin embargo, cuando la onda de

choque llega a la superficie de entrada del cálculo encuentra un

cambio súbito de la impedancia que hace que se libere energía

compresiva de unamagnitud de varias atmósferas. De forma similar,

cuando la onda sale por la superficie opuesta del cálculo encuentra

de nuevo una interfase, y se libera energía de choque en una explo-

sión. Las aplicaciones repetidas hacen que el cálculo se desintegre.

La energía de la onda de choque tiene su máxima concentración en

la zona focal F2 y disminuye rápidamente más allá de la mism

a 112

.

Efectos biomecánicos del tratamiento con ondas

de choque

Para que las ondas de choque tengan su máxima eficacia, el cálculo

debe permanecer en el foco F2 durante el tratamient

o 79 .

Las medi-

ciones de la energía de presión muestran una disminución expo-

nencial más allá de esta pequeña zona focal. Los riñones y los

cálculos renales siguen los movimientos hacia arriba y hacia abajo

del diafragma durante la respiración. Es probable que el cálculo

entre y salga de la zona focal durante la respiración. Se ha estudiado

este problema, y se han utilizado técnicas ventilatorias como dis-

minución del volumen circulante con aumento de la frecuencia

respiratoria y respiración con chorro de alta frecuencia para

aumentar la eficacia del tratamient

o 113 .

Otros dato

s 114

y una amplia

experiencia clínica con elevadas tasas de éxito de la litotricia, no

respaldan ni justifican el uso habitual de estas técnicas, que añaden

su propia complejidad y sus complicaciones a la intervenció

n 115 .

Para la litotricia con frecuencia se utiliza anestesia regional y anal-

gesia-sedación, en cuyo caso la ventilación espontánea es la única

opción. Estudios en pacientes sedados con bloqueos intercostales

y anestesia mediante infiltración local han documentado que el

movimiento de los cálculos con la respiración espontánea está

restringido principalmente a la zona focal F2 durante la LEOC

116 .

La ventilación convencional durante la anestesia general y la

respiración espontánea durante la anestesia regional habitualmente

son aceptables para la litotricia. De forma ocasional, en un paciente

despierto puede ser necesario ajustar cuidadosamente la sedación,

o si el paciente está bajo anestesia general puede ser necesario

manipular los parámetros respiratorios para reducir un movi-

miento anormalmente grande de los cálculos.

Para una desintegración eficaz de los cálculos las ondas de

choque deben llegar al cálculo sin impedimentos. Se debe mantener

el área del flanco libre de cualquier medio que pudiera constituir una

interfase para la disipación de la energía de las ondas de choque. Se

deben quitar las curas de la nefrostomía, y se debe fijar con cinta la

sonda de nefrostomía para retirarla del trayecto de la explosión. De

forma similar, los catéteres epidurales y las curas se deben fijar con

cinta para retirarlos del trayecto de la onda de choque. Pandit y cols

. 117

observaron una tasa anormalmente elevada de fracaso de la litotricia

en sus pacientes a los que se realizó analgesia epidural con fentanilo.

Descubrieron que la cinta de espuma colocada para fijar el catéter

epidural estaba con frecuencia en el trayecto de las ondas de choque

y podría absorber el 80% de la energía de las ondas de choque.

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Anestesia por subespecialidades en el adulto

IV