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Una depresión adicional del sistema activador reticular

ascendente da lugar a hiperpolarización de neuronas

GABAérgicas del núcleo reticular del tálamo, que produce:

Bloqueo de las reverberaciones talamocorticales y de la per-

cepción subyacente a las oscilaciones

g

asociadas,

Desacoplamiento funcional de la actividad cortical parietal-

frontal, lo que interrumpe la cognición, y finalmente,

Reducción de la consciencia y aumento de la actividad de

las bandas

d

y

u

frontales.

Datos recientes sobre la relación temporal de los efectos

subcorticales de los anestésicos ponen en duda el primer paso

de la cadena

148 .

Además, no está claro cómo fármacos como la

ketamina y el óxido nitroso, que pueden producir activación del

EEG en lugar de depresió

n 159,160 ,

encajan en la cadena anestésica

propuesta. Sin embargo, la cadena anestésica es una de las

teorías más específicas y sólidas de la inconsciencia inducida

por anestésicos.

Walling y Hicks confirmaron la desintegración cognitiva y

la cadena anestésica mediante el análisis del espacio de fases del

EEG durante la salida de la anestesia con sevoflurano en seres

humano

s 161 .

La recuperación de la consciencia se caracterizó por

un espacio de fases de mayor dimensión, lo que refleja la comple-

jidad de la dinámica del encéfalo que podría mantener la conscien-

cia. Se determinó que los «atractores extraños» fractales que se

identificaron al salir de la anestesia eran la coherencia de las fre-

cuencias de las bandas

g

asociadas a la consciencia, en lo que los

autores denominaron «reintegración cognitiva».

Estos marcos de la inconsciencia inducida por anestési­

cos como disociación de la información están respaldados por es­

tudios recientes de otros estados inconscientes. Estudios de pa­

cientes con lesión cerebral en estado vegetativo han mostrado

fragmentación de la actividad cerebra

l 162

y pérdida de la conec-

tividad cortical efectiv

a 163 .

Por tanto, se ha propuesto que los

estados vegetativos son síndromes de «desconexión

» 164

. Las re­

giones neurales que están afectadas en los estados vegetativos

incluyen la corteza frontal, la corteza cingulada, las cortezas de

asociación y el tálam

o 164

, que también son dianas de los anesté-

sicos generales. Al igual que la anestesia, la recuperación de un

estado vegetativo se asocia a recuperación de la conectividad

talamocortica

l 165 .

Como ya se ha analizado, el sueño es un estado con diversas

características similares a la anestesia genera

l 166 .

Utilizando estimu-

lación magnética transcraneal y registros EEG de pacientes dormi-

dos o despiertos, Massimini y cols

. 167

demostraron que el sueño

NREM se caracteriza también por pérdida de la conectividad cor-

tical efectiva. La pérdida de la conectividad cortical asociada al

sueño indica un rasgo común con la inconsciencia inducida por

anestésicos y los estados vegetativos.

Consciencia en el quirófano

Aunque la consciencia se está convirtiendo en un problema cien-

tífico importante vinculado íntimamente al mecanismo de la anes-

tesia general, también puede plantear un problema clínico durante

la operación. La consciencia durante la anestesia general (se refiere

tanto a la consciencia como al posterior recuerdo explícito de los

acontecimientos intraoperatorios) es una complicación que recibe

cada vez más atención por parte de pacientes y médicos. El sueño

es otro estado subjetivo que puede producirse durante la anestesia,

con una incidencia del 22% en pacientes sometidos a cirugía pro-

gramad

a 168 .

Aunque algunos casos representaron experiencias de

consciencia de «muerte reanimada», se pensó que otros se habían

producido durante la recuperación de la anestesia.

A pesar de la reciente atención que recibe por parte de la

comunidad médica y la prensa general, la incidencia de consciencia

intraoperatoria (y, por ello, la magnitud del problema) sigue siendo

desconocida. Un estudio multicéntrico estadounidense de Sebel y

cols

. 169

estimó una incidencia de consciencia con recuerdo explícito

de aproximadamente el 0,13%, tasa congruente con la de extensos

estudios europeos que encontraron consciencia en 1-2 casos por

cada 1.00

0 170 .

Por el contrario, un reciente estudio de consciencia

en un sistema médico regional halló una incidencia mucho menor,

de 1 episodio de consciencia por cada 14.560 casos, o el 0,0069

% 171 .

El momento y el contenido de las entrevistas postoperatorias pro-

bablemente son importantes en esta discrepancia.

Parte de los pacientes que tienen consciencia pueden sub-

siguientemente tener secuelas psicológicas graves, como trastorno

de estrés postraumátic

o 172 .

En estudios anteriores se halló que la

incidencia del trastorno de estrés postraumático era mayor del

50%, mientras que estudios más recientes señalan una tasa de

aparición mucho meno

r 173 .

Debido al profundo sufrimiento que

puede inducir en los pacientes, conseguir un método práctico para

detectar la consciencia intraoperatoria sería un avance clínico

importante.

Evaluación intraoperatoria de la consciencia

Ya en 1937 Gibbs y cols. señalaron que las mediciones EEG eran

sensibles a los efectos de los anestésicos generale

s 174 .

Sin embargo,

utilizar datos de EEG no procesados para evaluar la profundidad

de la anestesia en el quirófano no es práctico por diversos motivos:

1) no hay ninguna «firma» eléctrica única de un EEG no procesado

que sea invariante, 2) el uso de dispositivos de EEG diagnósticos

de múltiples canales es difícil en el ambiente intraoperatorio y

3) el uso de estos dispositivos diagnósticos (que permiten localizar

el origen de patrones de señales anormales) requiere generalmente

un intérprete específico. Debido a estas limitaciones se han desa-

rrollado monitores de EEG con un número mínimo de canales que

utilizan algoritmos de procesamiento en un intento de monitorizar

la profundidad de la anestesia y de detectar la consciencia intrao-

peratoria (v. cap. 29).

La transformación de Fourier de los datos crudos de EEG

permite la derivación de la mediana de la potencia y de las fre-

cuencias del límite espectral, y una serie de dispositivos disponi-

bles para su uso intraoperatorio se basan en datos de EEG que

han sido sometidos a la transformación de Fourie

r 175 .

El índice

biespectral analiza la supresión de las ráfagas, la potencia de las

bandas

b

y la coherencia biespectra

l 176 .

El monitor Narcotrend

Monitor (MonitorTechnik, Bad Bramstedt, Alemania) analiza las

fases y las subfases de la anestesia y se basó en un proceso de

desarrollo similar al del BIS (con un algoritmo distinto)

177 .

El

dispositivo Patient State Index (PSI; Physiometrix, Inc., N. Bille-

rica, MA) deriva de técnicas de EEG cuantitativo y se basa en las

relaciones de señales que hay entre las regiones frontal y occipital

del cerebr

o 178 .

Los monitores de entropía (p. ej., S/5, Instru­

mentarium Corp. [Datex-Ohmeda], Helsinki, Finlandia) se basan

en el concepto de entropía de la información propuesto por

Shanno

n 179

y analizan la aleatoriedad de la frecuencia y las rela-

ciones de fase con el uso de EEG y EMG fronta

l 180

. Los monitores

de entropía miden la entropía como estado (respuesta por encima

del intervalo de 0,8 a 32Hz, que refleja el espectro dominante en

el EEG) y la entropía como respuesta (respuesta en el intervalo

de 0,8 a 47Hz, que refleja los aspectos tanto del EEG como del

EMG). Mientras que los monitores ya mencionados registran el

EEG espontáneo, también se ha utilizado la técnica de estímulo-

respuesta de potenciales evocados auditivos para evaluar la pro-

fundidad de la anestesia, y se puede analizar junto a otros

parámetros de las señales del EE

G 181,182 .

Dado que se ha estudiado

mucho el dispositivo BIS y que es el monitor que más se utiliza

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Fisiología y anestesia

I