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Anestesia fuera del quirófano
Paul E. Stensrud
Puntos clave
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1.
Los estándares sobre el cuidado anestésico y la
monitorización de los pacientes no varían en función
del lugar donde se realice la anestesia.
2.
La comunicación abierta entre los anestesiólogos y los
médicos que trabajan en lugares distintos del quirófano
en los que se anestesia resulta clave para una provisión
oportuna y eficaz de la asistencia anestésica a los
pacientes en estas áreas.
3.
Los anestesiólogos que trabajan en áreas donde se está
usando equipo radiológico deben conocer las normas de
seguridad relativas a la radiación y tomar las precauciones
adecuadas para asegurar su propia seguridad.
4.
Los contrastes yodados usados en las salas de radiología
y neurorradiología, así como en el laboratorio de
cateterismo cardíaco, pueden provocar reacciones
adversas significativas, y los pacientes que los reciben
deben monitorizarse estrechamente.
5.
La naturaleza especial de la sala de RM con sus
poderosos campos magnéticos exige un cuidado y
formación especiales para evitar efectos adversos
desastrosos.
6.
La provisión de una buena asistencia anestésica en el
laboratorio de cateterismo cardíaco exige conocer el
trastorno subyacente del paciente y la intervención que
se va a llevar a cabo.
7.
La terapia electroconvulsiva ejerce efectos fisiológicos
profundos que el anestesiólogo encargado de los
pacientes sometidos a él debe conocer y saber afrontar.
8.
La provisión de los servicios anestésicos en las áreas
donde se usa la radioterapia requiere el conocimiento
de las normas de seguridad en cuanto a la radiación y
se facilita por la instalación de dispositivos que permiten
una vigilancia a distancia de los pacientes sometidos a
anestesia general.
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Cada vez con más frecuencia se pide a los anestesiólogos hospitalarios
que presten asistencia anestesiológica a pacientes situados fuera del
quirófano. Estos lugares son las salas de radiología, los laboratorios de
cateterismo cardíaco y las unidades psiquiátricas. La asistencia debe
proporcionarse en esas áreas debido a las necesidades del paciente y a
las limitaciones logísticas en cuanto a los equipos especializados, sólo
disponibles en esas áreas del hospital, como los aparatos de tomografía
computarizada (TC) y de resonancia magnética (RM). Cuando pro-
porcionan asistencia en tales lugares, los anestesiólogos deben respetar
los mismos estándares altos de asistencia anestesiológica que en el
quirófan
o 1. El anestesiólogo debe estudiar estos lugares antes de la
anestesia para determinar si allí se puede prestar la asistencia aneste-
siológica con segurida
d 2. Las necesidades anestésicas y el estado del
paciente no varían sólo con la localización, sino que las condiciones
bajo las cuales se presta la asistencia anestesiológica pueden variar
mucho en función del espacio y el equipo disponibles en esos lugares.
Las piezas grandes y móviles del equipo radiológico, los riesgos de la
radiación, los campos magnéticos intensos, el personal paramédico no
familiarizado con el equipo de anestesia y otros factores pueden difi-
cultar la prestación de una buena asistencia anestesiológica. A pesar
de la publicación de directrices detalladas, un análisis reciente de
demandas por causa anestésica ha demostrado que la gravedad de las
lesiones era mayor y había un número más elevado de asistencia de
un nivel por debajo del estándar en comparación con las demandas
por procedimientos realizados en quirófan
o 3.
La ASA (American Society of Anesthesiology) ha publicado
unas directrices para la asistencia anestesiológica fuera del qui
rófan
o 4 .Las Guidelines for Non-Operating Room Anesthetizing
Locations de 1994 recomiendan disponer de 1) una fuente fiable de
oxígeno con respaldo; 2) una fuente de aspiración; 3) un sistema
de evacuación de gases; 4) un equipo de monitorización adecuado
que cumpla los estándares para una monitorización anestesiológica
básica y, además, un sistema manual para ventilación con bolsa;
5) suficientes enchufes; 6) una iluminación adecuada del paciente y de
lamáquina de anestesia con baterías de repuesto; 7) suficiente espacio
para el equipo de asistencia anestesiológico; 8) un carro de urgencias
con un desfibrilador, fármacos de urgencia y otros equipos de urgen-
cia; 9) un medio de comunicación bidireccional fiable para pedir
ayuda, y 10) una instalación que cumpla todos los requisitos de
seguridad y construcción exigibles. Es responsabilidad del anestesió-
logo proporcionar una asistencia que garantice que el lugar donde
se administra la anestesia responde a todos los estándares exigibles.
Monitorización
La monitorización adecuada del paciente constituye un requisito
universal para la administración segura de la anestesia (v. cap. 28).