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Anestesia fuera del quirófano

Paul E. Stensrud

Puntos clave

2227

1.

Los estándares sobre el cuidado anestésico y la

monitorización de los pacientes no varían en función

del lugar donde se realice la anestesia.

2.

La comunicación abierta entre los anestesiólogos y los

médicos que trabajan en lugares distintos del quirófano

en los que se anestesia resulta clave para una provisión

oportuna y eficaz de la asistencia anestésica a los

pacientes en estas áreas.

3.

Los anestesiólogos que trabajan en áreas donde se está

usando equipo radiológico deben conocer las normas de

seguridad relativas a la radiación y tomar las precauciones

adecuadas para asegurar su propia seguridad.

4.

Los contrastes yodados usados en las salas de radiología

y neurorradiología, así como en el laboratorio de

cateterismo cardíaco, pueden provocar reacciones

adversas significativas, y los pacientes que los reciben

deben monitorizarse estrechamente.

5.

La naturaleza especial de la sala de RM con sus

poderosos campos magnéticos exige un cuidado y

formación especiales para evitar efectos adversos

desastrosos.

6.

La provisión de una buena asistencia anestésica en el

laboratorio de cateterismo cardíaco exige conocer el

trastorno subyacente del paciente y la intervención que

se va a llevar a cabo.

7.

La terapia electroconvulsiva ejerce efectos fisiológicos

profundos que el anestesiólogo encargado de los

pacientes sometidos a él debe conocer y saber afrontar.

8.

La provisión de los servicios anestésicos en las áreas

donde se usa la radioterapia requiere el conocimiento

de las normas de seguridad en cuanto a la radiación y

se facilita por la instalación de dispositivos que permiten

una vigilancia a distancia de los pacientes sometidos a

anestesia general.

© 2010. Elsevier España, S.L. Reservados todos los derechos

Cada vez con más frecuencia se pide a los anestesiólogos hospitalarios

que presten asistencia anestesiológica a pacientes situados fuera del

quirófano. Estos lugares son las salas de radiología, los laboratorios de

cateterismo cardíaco y las unidades psiquiátricas. La asistencia debe

proporcionarse en esas áreas debido a las necesidades del paciente y a

las limitaciones logísticas en cuanto a los equipos especializados, sólo

disponibles en esas áreas del hospital, como los aparatos de tomografía

computarizada (TC) y de resonancia magnética (RM). Cuando pro-

porcionan asistencia en tales lugares, los anestesiólogos deben respetar

los mismos estándares altos de asistencia anestesiológica que en el

quirófan

o 1

. El anestesiólogo debe estudiar estos lugares antes de la

anestesia para determinar si allí se puede prestar la asistencia aneste-

siológica con segurida

d 2

. Las necesidades anestésicas y el estado del

paciente no varían sólo con la localización, sino que las condiciones

bajo las cuales se presta la asistencia anestesiológica pueden variar

mucho en función del espacio y el equipo disponibles en esos lugares.

Las piezas grandes y móviles del equipo radiológico, los riesgos de la

radiación, los campos magnéticos intensos, el personal paramédico no

familiarizado con el equipo de anestesia y otros factores pueden difi-

cultar la prestación de una buena asistencia anestesiológica. A pesar

de la publicación de directrices detalladas, un análisis reciente de

demandas por causa anestésica ha demostrado que la gravedad de las

lesiones era mayor y había un número más elevado de asistencia de

un nivel por debajo del estándar en comparación con las demandas

por procedimientos realizados en quirófan

o 3

.

La ASA (American Society of Anesthesiology) ha publicado

unas directrices para la asistencia anestesiológica fuera del qui­

rófan

o 4 .

Las Guidelines for Non-Operating Room Anesthetizing

Locations de 1994 recomiendan disponer de 1) una fuente fiable de

oxígeno con respaldo; 2) una fuente de aspiración; 3) un sistema

de evacuación de gases; 4) un equipo de monitorización adecuado

que cumpla los estándares para una monitorización anestesiológica

básica y, además, un sistema manual para ventilación con bolsa;

5) suficientes enchufes; 6) una iluminación adecuada del paciente y de

lamáquina de anestesia con baterías de repuesto; 7) suficiente espacio

para el equipo de asistencia anestesiológico; 8) un carro de urgencias

con un desfibrilador, fármacos de urgencia y otros equipos de urgen-

cia; 9) un medio de comunicación bidireccional fiable para pedir

ayuda, y 10) una instalación que cumpla todos los requisitos de

seguridad y construcción exigibles. Es responsabilidad del anestesió-

logo proporcionar una asistencia que garantice que el lugar donde

se administra la anestesia responde a todos los estándares exigibles.

Monitorización

La monitorización adecuada del paciente constituye un requisito

universal para la administración segura de la anestesia (v. cap. 28).