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Anestesia por subespecialidades en el adulto

IV

de radiología pueden presentar trastornos médicos graves como

enfermedades cardiovasculares, pulmonares o neurológicas. De

hecho, pueden encontrarse en la sala de radiología y no en el qui-

rófano precisamente porque su trastorno grave subyacente excluye

una intervención quirúrgica. Finalmente, se puede llamar al anes-

tesiólogo relativamente tarde durante la asistencia tras un fracaso

de la sedación/analgesia administrada por el radiólogo o por el

personal no anestésico. Está claro que esta situación no es deseable,

y es esencial mantener una comunicación abierta entre los depar-

tamentos de radiología y anestesiología.

El ambiente de trabajo en la sala de radiología suele estar mal

adaptado a la seguridad de la asistencia anestésica de los pacientes.

Las salas pueden estar hacinadas, especialmente en las de radiología

antiguas o en aquéllas en las que no se consultó con los anestesiólo-

gos durante la fase de diseño. A los pacientes y al equipo se les mueve

con frecuencia durante la intervención para facilitar su visualización,

y si tal movimiento no está coordinado con el equipo de anestesia,

se pueden descolocar los dispositivos ubicados en la vía respiratoria

o las vías intravasculares. El equipo de alto voltaje o la presencia de

campos magnéticos intensos puede provocar fugas de corriente que

sean conducidas hasta el paciente a través de electrodos de monito-

rización conductores. La falta de equipos de evacuación de gases

puede limitar las opciones de los anestesiólogos en el caso de que sea

necesaria la anestesia general para la intervención. La familiaridad

del personal de anestesia con el ambiente en que ésta se administra

es esencial para que la asistencia al paciente resulte segura.

Seguridad con la radiación

Un riesgo especial de la sala de radiología es la exposición a la

radiación, (v. cap. 91) que puede provocar efectos somáticos lesivos

durante toda la vida de la persona expuesta (p. ej., producción de

leucemia) y lesiones que provoquen anomalías genéticas por la

lesión de las células gonadales o del feto en desarrollo. En el

ambiente de la sala de radiología, el personal de anestesia debe ser

consciente de las normas de seguridad relacionadas con la radia-

ción y tomar precauciones cuando sea posible para evitar expo-

nerse a ella. Deben llevarse dosímetros para vigilar la exposición.

En Estados Unidos, por ejemplo, la dosis máxima de radiación

permisible en las personas expuestas en su trabajo es de 50 mili-

sieverts (mSv) al año, una dosis acumulada a lo largo de la vida de

10 mSv×edad, y una exposición mensual de 0,5 mSv en mujeres

embarazada

s 15 .

La exposición a la radiación puede limitarse lle-

vando delantales de plomo adecuados y protecciones tiroideas,

utilizando pantallas con cristal plomado portátiles y mediante téc-

nicas innovadoras, como la monitorización con vídeo y el reflejo a

distancia de los datos del monitor para permitir una dirección

a distancia de la anestesia cuando sea adecuado y necesario para

la seguridad del personal de anestesia. La comunicación abierta y

el aviso de que se comienza la visualización por parte del equipo

de radiología permiten al personal de anestesia tomar las precau-

ciones adecuadas en el momento preciso.

Contrastes yodados

En las intervenciones radiológicas diagnósticas y terapéuticas se

usan a menudo contrastes yodados para ayudar en la visualización.

Los contrastes solubles utilizan yodo (número atómico 53) para

absorber rayos X. Los contrastes iónicos antiguos eran hiperosmo-

lares y relativamente tóxico

s 16 .

Los contrastes no iónicos tienen una

osmolalidad baja, un perfil mejorado de efectos adversos y se usan

cada vez con más frecuenci

a 17 .

Las reacciones adversas a los contras-

tes pueden ser desde leves hasta peligrosas para la vida, y entre sus

causas se encuentran los efectos tóxicos directos, las reacciones idio-

sincrásicas y las reacciones alérgicas, ya sean anafilácticas o anafilac-

toides

( tabla 69-1

). Los factores predisponentes son el antecedente

de broncoespasmo o de alergia, la cardiopatía subyacente, la hipovo-

lemia, las enfermedades hematológicas, la disfunción renal, los extre-

mos de la edad, la ansiedad ymedicamentos como los

b

-bloqueantes,

la aspirina y los antiinflamatorios no esteroideo

s 18

. El reconocimiento

y tratamiento rápidos de las reacciones a los contrastes son impor-

tantes para evitar la progresión de las reacciones menos graves y para

reducir el impacto de las reacciones graves. El tratamiento es sinto-

mático, por ejemplo, oxígeno y broncodilatadores para tratar el bron-

coespasmo. El broncoespasmo grave o refractario puede precisar

tratamiento con adrenalina. Se suelen administrar corticoides y anti-

histamínicos a los pacientes sintomáticos por la suposición de que

la causa es inmunitaria. A los pacientes que han sufrido reacciones

previas a los contrastes les puede ser útil un tratamiento previo con

50mg de prednisolona 12 y 2 horas antes de la intervención

con contraste y 50mg de difenhidramina inmediatamente antes de

ell

a 17,19

. Se debería contar con protocolos tanto para el tratamiento

de las reacciones agudas a los contrastes como para la profilaxis en

pacientes con antecedentes de estas reacciones.

La nefropatía inducida por contraste es una complicación

significativa de los procedimientos radiológicos y una causa prin-

cipal de insuficiencia renal aguda adquirida en el hospita

l 18,20

. Los

contrastes de osmolalidad alta se acompañan de una mayor nefro-

toxicidad que los de osmolalidad baja. La mayoría de los casos de

reducción o empeoramiento de la función renal relacionados con

los contrastes son autolimitados o se resuelven en menos de 2 se­

manas. Sin embargo, en algunos pacientes el problema puede

progresar hasta el punto de precisar diálisis. La prevención de la

disfunción renal relacionada con los contrastes se ha basado en

la administración de líquidos antes, durante y después de la inter-

vención, y en el uso de contrastes de baja osmolalidad. Estudios

recientes han demostrado una reducción de la nefrotoxicidad de

los contrastes radiológicos mediante la administración de acetilcis-

teín

a 21-23

o de ácido ascórbic

o 24 .

Puede producirse una acidosis

láctica peligrosa para la vida en pacientes con diabetes no depen-

diente de insulina que reciben metformina y tienen una disfunción

renal previa si su función renal empeora más

18,25

. Es necesario un

cuidado extra cuando los pacientes que toman metformina reciben

contrastes radiológicos.

Anestesia en la sala de radiología

A partir de la descripción previa, es obvio que la administración

de la anestesia en la sala de radiología no debe tomarse a la ligera.

Tabla 69-1

 Reacciones a los contrastes yodados

Leves

Graves

Peligrosas para la vida

Náuseas, arcadas

Percepción de calor

Cefalea

Exantema pruriginoso

Urticaria leve

Vómito

Rigidez

Mareo

Dolor torácico

Urticaria grave

Broncoespasmo, disnea

Dolor torácico

Dolor abdominal/diarrea

Arritmias

Insuficiencia renal

Edema de glotis/

broncoespasmo

Edema pulmonar

Arritmias graves

Parada cardíaca

Convulsiones/

inconsciencia