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Anestesia por subespecialidades en el adulto

IV

La ASA ha diseñado y publicado unos estándares para la monitori-

zación anestésica básica que exigen la presencia de personal aneste-

siológico cualificado a lo largo de la intervención y que se evalúen

continuamente la oxigenación, la ventilación, la circulación y la tem-

peratura del pacient

e 5 .

Se acepta que pueda no haber personal anes-

tesiológico presente en la vecindad inmediata del paciente por

razones de seguridad (es decir, en presencia de riesgos derivados de

la radiación), siempre que se monitorice al paciente de forma ade-

cuada a pesar de la separación física entre el anestesiólogo y el

paciente. Debe monitorizarse la concentración de oxígeno del gas

inspirado con una alarma de concentración baja. La oxigenación

sanguínea debe monitorizarse con pulsioximetría. La ventilación

debe vigilarse observando al paciente. Cuando se ha colocado un tubo

endotraqueal, debe verificarse su posición mediante observación y

capnografía teleespiratoria, que debe analizarse de forma continua.

Cuando se utiliza la ventilación mecánica, debe disponerse de una

alarma de desconexión audible. La circulación se monitoriza con una

pantalla que muestra un electrocardiograma continuo, así como

midiendo la presión arterial de oxígeno al menos cada 5 minutos, y

mediante otras evaluaciones, como la auscultación, la palpación del

pulso, la monitorización invasiva de la presión arterial o la oximetría.

Cuando se prevén o sospechan cambios en la temperatura corporal,

debe evaluarse la temperatura del paciente.

Instalaciones y equipo

Muchas características de los lugares donde se presta asistencia

anestesiológica fuera del quirófano pueden dificultar en gran

medida una buena asistencia (v. cap. 90). Tales características son

una mala distribución física de la instalación desde el punto de

vista del anestesiólogo, la falta de familiaridad con el equipo anes-

tésico, las implicaciones anestésicas de la intervención realizada, la

lejanía de la ayuda disponible y un personal menos familiarizado

con los aspectos anestesiológicos de la asistencia del paciente que

el personal del quirófano

Los lugares diferentes del quirófano donde se anestesia están

diseñados con frecuencia para su función principal, y los requisitos

para la anestesia se han considerado en segundo lugar. El acceso al

paciente para la asistencia anestesiológica se ve dificultado por el

equipo diagnóstico y terapéutico, como los brazos en C, otros equipos

angiográficos, lasmáquinas de ecografía y otros dispositivos. El espacio

para el equipo y los fármacos anestésicos puede ser limitado y encon-

trarse en una posición incómoda. La planificación previa y la comu-

nicación con el personal implicado resultan claves para proporcionar

una asistencia anestesiológica segura al paciente en tales lugares.

No siempre se dispone de gases a través de tuberías, aspira-

ción o baterías aisladas en estos lugares diferentes del quirófano. El

personal de anestesia debe estar familiarizado con la bombona de

gas para las máquinas de anestesia. Las propias máquinas pueden

ser modelos antiguos relegados del quirófano hacia áreas donde su

uso es menos frecuente. La ASA ha diseñado y publicado las Gui-

delines for Determining Anestesia Machine Obsolescenc

e 6 .

Estas

directrices no han sido revisadas ni aprobadas como norma, pero

son prácticas, instructivas y dignas de revisión. De forma resumida,

la máquina de anestesia debe tener características esenciales en

torno a la seguridad como un dispositivo de intensidad de gas

mínima y una alarma de fallo del oxígeno, carecer de características

inaceptables como vaporizadores de flujo medidos, y disponer de

mantenimiento y servicio. No deben utilizarse en ningún lugar

máquinas de anestesia que no cumplan estos estándares. El perso-

nal de anestesia debe realizar comprobaciones convencionales de

la máquina antes de administrar la anestesia y debe familiarizarse

con su manejo, que puede ser muy diferente de las máquinas de

anestesia del quirófano con las que está ya familiarizado. Lo ideal

es que la familiarización y las comprobaciones de la máquina se

lleven a cabo antes de la intervención. Los enchufes con toma de

tierra constituyen un requisito eléctrico mínimo.

Personal

El personal no anestésico implicado en la asistencia del paciente en

lugares distintos de quirófano, incluido el personal de enfermería cir-

culante y los técnicos de radiología, suelen estar menos familiarizados

con el tratamiento de los pacientes anestesiados que sus compañeros

del quirófano. En consecuencia, muchas veces no son capaces de pro-

porcionar la asistencia entrenada que el personal de anestesia supone

en otras áreas. La comunicación abierta entre el equipo de asistencia

es esencial, porque la ayuda entrenada para el equipo de anestesia

puede encontrarse a cierta distancia. Por tanto, es vital la presencia de

un número adecuado de miembros del personal de anestesia en la

vecindad inmediata de la zona en que se presta la asistencia. A este

respecto pueden ser útiles los programas educativos para el personal

que presta asistencia anestesiológica fuera del quirófano.

Muchas intervenciones en lugares diferentes al quirófano

pueden realizarse con sedación consciente administrada por médicos

no especializados en anestesiología. La ASA ha publicado las Practice

Guidelines for Sedation and Anesthesia by Non-Anesthesiologist

s 7 ,

que proporcionan numerosas recomendaciones. Personal cualificado

debe evaluar al paciente antes de la intervención para verificar que

no está afectado por ningún trastorno médico, que se encuentra en

ayunas y que ha dado su consentimiento informado. Durante la inter-

vención se monitorizan el nivel de conciencia, la ventilación, la oxi-

genación y los parámetros hemodinámicos. Debe emplearse la

práctica estándar de monitorización expuesta antes. Es preciso que

haya una persona designada especialmente, no la que realiza la inter-

vención, que monitorice al paciente y se asegure de mantener un nivel

adecuado de sedación y analgesia. Esta persona designada debe estar

entrenada en el reconocimiento de las complicaciones de la analgesia

y la sedación, y debe haber presente continuamente al menos una

persona entrenada en apoyo vital básico cuando se utiliza una seda-

ción moderada o profunda. Es preciso utilizar oxígeno complemen-

tario en la sedación moderada o profunda y disponer de equipo de

urgencias, incluidos antagonistas farmacológicos. Hay que contar con

desfibriladores para los pacientes de alto riesgo sometidos a una

sedación moderada y para todos los pacientes sometidos a sedación

profunda. Durante la recuperación debe proporcionarse una asisten-

cia adecuada, observando al paciente en una sala de recuperación con

el equipo y el personal adecuados. Al paciente se le debe dar el alta

cuando cumpla los criterios aceptados al respecto.

La asignación eficaz del personal de anestesia a las diversas

localizaciones del hospital es compleja. Hay muchos factores que

intervienen, como las necesidades del paciente, los requisitos de una

evaluación preanestésica adecuada por parte del personal que

trabaja en múltiples áreas y la minimización del «tiempo muerto»

que transcurre durante el recambio de las habitaciones o a la espera

del siguiente paciente. La organización del departamento de anes-

tesia para dar servicios dentro y fuera del quirófano resulta clave

para una asistencia eficiente. Las recomendaciones específicas para

tales organizaciones dependen en gran medida del sistema de asis-

tencia sanitaria que se considere. Los lugares diferentes del quiró-

fano donde se prevé la realización de procedimientos anestésicos

deberían contar con una plantilla a tiempo completo de personal

de anestesia. Las áreas donde se prevé una utilización menor

podrían contar con una asignación a tiempo completo de tiempos