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Anestesia fuera del quirófano

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Sección IV

Anestesia por subespecialidades en el adulto

© ELSEVIER. Fotocopiar sin autorización es un delito

dispositivos de monitorizació

n 34 .

Por esta razón, el área de explo-

ración está encerrada en un blindaje de RF incorporado en la

estructura de la sala de RM. Puede resultar difícil evitar las inter-

ferencias producidas por los dispositivos de monitorización situa-

dos dentro del blindaje de RF. Se ha intentado superar este problema

utilizando fuentes de alimentación o baterías aisladas, filtros, colo-

cando el dispositivo de monitorización dentro de su propio blin-

daje de RF o combinando todas estas medidas. Las implicaciones

de este problema para los anestesiólogos son obvias.

Limitaciones y riesgos de la RM

La RM tiene diversas limitaciones. La exploración consume mucho

tiempo y cada una de ellas puede tardar hasta 20 minutos, con una

duración total de todo el estudio de más de 1 hora. Cualquier movi-

miento del paciente, incluso el movimiento fisiológico (p. ej., pulsos

debidos a los flujos cardíaco o vascular, flujo y latido del LCR, la

excursión respiratoria y el peristaltismo en el aparato digestivo)

puede producir artefactos en la imagen. Para optimizar la informa-

ción en el momento de visualizar el sistema cardiovascular, la adqui-

sición de la señal se sincroniza con fases del ciclo cardíaco (onda R

electrocardiográfica [ECG]) para casi congelar el movimiento car-

díaco. El imán que genera el gran campo magnético estático tiene

un hueco con un diámetro pequeño, habitualmente de 50-65 cm.

A los pacientes obesos no se les puede explorar en este pequeño hueco

y algunos pacientes por lo demás adecuados para la exploración

pueden no tolerar períodos largos dentro de los confines del imán.

El encendido y apagado de los generadores de RF produce un ruido

intenso (

>

90dB). Es necesario que el paciente y el personal sanita-

rio presentes en la sala se protejan la audición. No se ha demostrado

que el calor producido por la energía de RF sobre las prótesis no

ferromagnéticas constituya problema

s 40 .

Las superficies corporales

absorben esta energía de RF, pero es improbable que la temperatura

del paciente aumente más de 1 °C.

No parece que existan efectos biológicos adversos directos

derivados del campo magnético de la RM. Sin embargo, varios

riesgos graves son atribuibles a los campos magnéticos inten-

sos necesarios en la R

M 41 .

Aunque el calentamiento de todo el

paciente no suele ser un problema, podría elevarse la temperatura

de los cables de monitorización por la inducción electromagnética,

la resonancia del circuito o por un «efecto antena». Se han descrito

lesiones térmicas en el área de los electros de ECG y de las sondas de

pulsioximetrí

a 42 .

Las recomendaciones para evitar las lesiones tér-

micas consisten en mantener los cables de monitorización rectos

(evitar los bucles), impedir el contacto de los conductores con el

paciente en más de una localización e inspeccionar los cables de

los monitores antes de cada uso para evitar el uso de aquellos que

estén desprotegidos o deshilachados.

El riesgo más significativo de la sala de RM es el efecto del

imán sobre los objetos de hierr

o 34,39-42 .

La descolocación y el mal

funcionamiento de los dispositivos biológicos implantados o de

otros objetos que contienen material ferromagnético también son

posibilidades reales. Entre estos objetos están la metralla, las grapas

y derivaciones vasculares, los tubos endotraqueales con espiral de

alambre, losmarcapasos, los cardioversores-desfibriladores implan-

tables (CDI) automáticos, las válvulas cardíacas mecánicas y las

bombas biológicas implantables. Los posibles problemas relaciona-

dos con los marcapasos cardíacos y los CDI son el calentamiento de

los electrodos por la corriente inducida, la inhibición de la salida

del marcapasos de estimulación rápida, la mala función del cambio

de lengüeta, la mala función del CDI o la torsión del marcapa-

so

s 43,44

. Los pacientes con tales dispositivos no deben someterse a

exploraciones de RM. Los tatuajes de tinta pueden contener con-

centraciones elevadas de óxido de hierro. Se han descrito quema-

duras en las zonas de los tatuajes tras la exposición a campos

magnéticos de RM, pero estos incidentes son muy raros y la pre-

sencia de, por ejemplo, un perfilador de ojos permanente, no debe

excluir al paciente de la R

M 45,46

. Los cuerpos extraños ferromagné-

ticos intraoculares pueden migrar dentro del campo magnético de

la RM, y no debe realizarse una RM a los pacientes con sospecha

de cuerpos extraños oculares ferromagnético

s 47

.

Se ha descrito un caso de fallecimiento por torsión de una

grapa vascular dentro del campo magnético de la R

M 48

. Los fabri-

cantes de algunos dispositivos implantables, como las grapas usadas

en cirugía vascular y neurocirugía, están tratando ahora de usar

aleaciones con propiedades ferromagnéticas bajas que sean seguras

en las salas de RM. Las grapas con propiedades ferromagnéticas

bajas son seguras en los sistemas de RM con campos magnéticos de

1,5 T o menos. Cada vez se usan más sistemas de RM con campos

magnéticos de hasta 3 T que obligan a utilizar grapas que no con-

tengan hierro (p. ej., de titanio) con el fin de evitar el movimiento

de la grapa dentro del imán de exploració

n 49

. Antes de la RM deben

reunirse el radiólogo y el cirujano que colocó la grapa vascular, y

debe determinarse la seguridad en la RM de la grapa concreta

implantada en el paciente. Sin un conocimiento positivo de la com-

posición exacta de la grapa en cuestión no debe realizarse la RM.

Aunque pueden ser significativos, los movimientos relativa-

mente pequeños de los dispositivos ferromagnéticos implantados

y la lesión local causada por la generación de calor dentro de los

sistemas de derivaciones están eclipsados en la bibliografía médica

y popular por los movimientos rápidos y grandes que son posibles

cuando se dejan objetos que contienen hierro cerca del campo

magnético de la RM. Los objetos típicos son tijeras, bolígrafos,

llaves y cilindros de gas. Cuando estos objetos están cerca del

aparato de RM, el campo magnético intenso puede atraerlos hacia

el orificio del aparato a una velocidad elevada. Esto puede provocar

la muerte del paciente presente en el aparat

o 50,51

. Incluso cuando

no hay un paciente, el personal sanitario, el de mantenimiento o

los visitantes presentes en la sala de la RM podrían resultar lesio-

nados por los objetos que vuelan a alta velocidad hacia el aparato

de R

M 51

. Por esta razón, nunca deben permitirse objetos ferromag-

néticos en la vecindad del imán de la RM.

Debido a los numerosos y graves riesgos expuestos, el Ame-

rican College of Radiology ha formulado recomendaciones sobre

la seguridad de la R

M 41

. Resumiendo, las recomendaciones son la

redacción de normas y procedimientos formales sobre la RM que

deben estar presentes en todas las salas de RM. Estas normas han

de estar siempre bajo la tutela de personal competente designado de

forma oficial, y deben ponerse en marcha mecanismos de revisión

para asegurar una buena asistencia. Las normas recomendadas

comprenden la restricción de acceso a la sala de RM. Dicha sala

debe dividirse en cuatro zonas. La zona I es la zona pública de

acceso libre. La zona II es el límite entre la zona pública y la sala

de RM, donde el personal de la RM supervisa todo el movimiento

del personal ajeno a ella. La zona III es el área en que la introducción

de objetos ferromagnéticos puede constituir un riesgo. La zona II debe

estar separada de la III por una restricción física (puertas cerradas).

El personal de la RM es responsable de controlar todos los movi-

mientos dentro de la zona III de cualquier persona, incluidos los

pacientes, el público, los profesionales sanitarios, la administración

del hospital, el personal de mantenimiento, la seguridad y el per­

sonal del departamento de bomberos. Obsérvese que esta restric-

ción incluye en concreto a los médicos no formados en RM. La

zona IV es la zona de exploración, que debe estar separada de

la zona III y marcada con claridad mediante señales luminosas. El

personal de la RM debe seguir programas de formación. Nadie será

considerado «personal de RM» hasta que no haya completado el

programa formativo oficial. El personal de la RM evaluará a todas