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un lactante anémico de 60 SA que para un lactante anémico de

45 SA. Incluso eliminando a los lactantes con tendencia a la apnea

en la reanimación y a los lactantes anémicos, el riesgo de apnea no

disminuye a menos del 1% (con una significación estadística del

95%) hasta las 56 SA con una edad gestacional de 32 semanas o

hasta una 54 SA con una edad gestacional de 35 semanas. En

general lo más simple es admitir a todos los lactantes, que fueron

prematuros, menores de 60 SA en unidades con monitorización,

como también a todos los lactantes anémicos que fueron prema-

turos por estar en riesgo.

A pesar de que el riesgo de apnea puede ser menor con

anestesia regional, la apnea también puede ocurrir e incluso estar

aumentada su incidencia si la anestesia regional se combina con

sedación (ketamina, midazolam

) 154-161 .

No hay un número sufi-

ciente de estudios bien controlados de anestesia regional frente a

anestesia general para poder determinar si el riesgo está significa-

tivamente reducido. También está claro que la apnea también se

presenta incluso tras anestesias con sevoflurano o desflurano, por

lo que los más modernos agentes inhalatorios no han eliminado

esta preocupació

n 162 .

Parte del problema de cómo tratar a estos niños es el hecho

de que no se conoce la importancia clínica de la tendencia a pre-

sentar episodios breves de apnea/bradicardia que no requieren

intervención. Debido a que el flujo sanguíneo cerebral está consi-

derablemente reducido con frecuencias cardíacas inferiores a 80

lpm, incluso episodios breves de apnea asociados con bradicardia

pueden tener efectos adverso

s 163 .

El problema al que se enfrentan

los clínicos es el control de los lactantes que fueron prematuros y

que están programados para cirugía ambulatoria. Serán necesarios

más estudios prospectivos para determinar si las técnicas regiona-

les son más seguras que la anestesia general. La pulsioximetría

ayudaría a definir la gravedad de la desaturación y la monitoriza-

ción electrocardiográfica ayudaría a definir los episodios de bradi-

cardia que pueden reducir el flujo sanguíneo cerebral. Parecería

razonable que la combinación de desaturación y bradicardia tenga

una mayor importancia fisiológica que la simple documentación

de una pausa respiratoria.

Si no se cuenta con las instalaciones adecuadas, un lactante

prematuro menor de 60 SA debería remitirse a un hospital que

las tenga. Se ha recomendado el uso de altas dosis de cafeína

(10mg/kg

) 164 .

Este tratamiento puede ser eficaz; sin embargo, la

semivida de la cafeína en lactantes antiguos prematuros es de sólo

6 horas y el primer episodio de apnea tras la anestesia puede no

manifestarse hasta pasadas 12 hora

s 116

. Por tanto, no se debe

administrar cafeína, enviar al lactante a casa y asumir que el pro-

blema está tratado.

Para hacer este asunto más complejo, he tratado a un lac-

tante a término que presentó apnea tras una anestesia general. Este

lactante tenía una respiración periódica, inusual en un lactante a

términ

o 165 .

Todavía no sabemos con certeza qué pacientes son

anestesiados de forma segura para un régimen ambulatorio y de

qué EDC o EG deberían ser. Como la mayoría de los órganos se

están todavía desarrollando rápidamente durante el primer mes de

vida (44 SA), es razonable retrasar la cirugía electiva durante este

período y considerar el ingreso postoperatorio y la monitorización

de la apnea, incluso en los lactantes a término menores de 1 mes.

Como alternativa, se puede realizar la intervención a primera hora

de la mañana y la observación durante un largo período de tiempo

puede permitir un alta con seguridad a última hora de la tarde.

Niños con cardiopatías corregidas

Con frecuencia, los anestesiólogos asumen que los niños tienen

una función cardíaca normal tras la «corrección» de una malfor-

mación cardíaca congénita. A pesar de que la circulación pueda ser

normal, no existe nunca la seguridad de que la función cardíaca

sea normal. En cualquier niño que haya sido sometido a una ven-

triculotomía podemos esperar algún grado de disfunción ventricu-

lar causada por la incisión; potencialmente la disfunción ventricular

será menor cuando el abordaje quirúrgico se hizo por atriotomí

a 166 .

De la misma manera, incluso procedimientos relativamente benig-

nos, como el cierre de un defecto septal ventricular o auricular,

pueden estar asociados a la aparición posterior de disritmia

s 166 .

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Anestesia pediátrica

V

Figura 72-23

 Predicción de la probabilidad de apnea en todos los pacientes en función de su edad gestacional y semanas después de la concepción. Los

pacientes con anemia se muestran en la

línea sólida horizontal

. Las marcas inferiores indican el número de datos en función de su edad después de la

concepción. El riesgo de apnea disminuye en los lactantes nacidos a edades gestacionales más tardías. Los

recuadros sombreados

representan las tasas

medias de apnea para lactantes en ese intervalo de edad gestacional. La probabilidad de apnea fue la misma con independencia de la edad después de la

concepción o la edad gestacional en lactantes anémicos

(línea sólida horizontal)

.

(Reproducida con autorización de Coté CJ, Zaslavsky A, Downes JJ y cols.:

Postoperative apnea in former preterm infants after inguinal herniorrhaphy. A combined analysis.

Anesthesiology

82:809-822, 1995.)