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Fisiología y anestesia
I
Sistema nervioso parasimpático
El sistema nervioso parasimpático arranca de los nervios craneales
II, VII, IX y X, así como de los segmentos sacros. A diferencia de
los del sistema nervioso simpático, los ganglios parasimpáticos
están en estrecha proximidad del órgano diana o en el propio
órgano. Ello hace que el sistema nervioso parasimpático sea más
específico y dirigido y menos robusto que el simpático.
Las fibras preganglionares parasimpáticas se originan en tres
áreas del SNC: el mesencéfalo, el bulbo raquídeo y la parte sacra
de la médula espinal. Las fibras que arrancan del núcleo de
Edinger-Westphal del nervio oculomotor discurren en el mesen-
céfalo para sinapsarse en el ganglio ciliar. Esta vía inerva el músculo
liso del iris y el músculo ciliar. En el bulbo raquídeo se encuentran
los componentes parasimpáticos de los nervios facial (núcleo lagri-
mal), glosofaríngeo y vago (núcleo dorsal). El nervio facial emite
fibras parasimpáticas hacia la cuerda del tímpano, que a continua-
ción se sinapsa en los ganglios de las glándulas submaxilares o
sublinguales, y otras dirigidas al nervio petroso superficial mayor,
que se sinapsa en el ganglio esfenopalatino. El nervio glosofaríngeo
se sinapsa en el ganglio ótico. Estas fibras posganglionares inervan
las glándulas mucosas, salivales y lagrimales y portan también
fibras vasodilatadoras.
El vago es el más importante de los nervios parasimpáticos,
ya que transmite tres cuartas partes de los impulsos nerviosos
parasimpáticos. Inerva el corazón, el árbol traqueobronquial, el
hígado, el bazo, el riñón y el conjunto del tracto gastrointestinal,
con excepción de la parte distal del colon. Las fibras preganglio-
nares del nervio vago son largas, mientras que las posgangliona-
res son cortas. La mayoría de las fibras vagales no se sinapsan
hasta llegar a los pequeños ganglios situados sobre las vísceras
torácicas y abdominales y en torno a ellas. Aunque los nervios
parasimpáticos pueden sinapsarse manteniendo una relación 1:1
a las células efectoras, la inervación vagal del plexo de Auerbach
puede en cambio conectar una fibra nerviosa a un total de hasta
8.000 células.
Los segmentos sacros comprendidos entre el segundo y el
cuarto aportan los nervios erectores o nervios esplácnicos pélvicos,
que se sinapsan en los ganglios terminales asociados al recto y a
los órganos genitourinarios.
Sistema nervioso entérico
Considerando la importancia de fenómenos clínicos tales como
náuseas, vómitos y alteraciones de las funciones intestinal y vesical
asociadas a la anestesia, resulta sorprendente lo poco que se sabe
sobre la tercera rama del SNA. El sistema nervioso entérico es la
red de neuronas y de células de soporte que se encuentran dentro
de las paredes del tracto gastrointestinal, incluyendo las neuronas
del páncreas y la vesícula biliar. El sistema nervioso entérico, que
contiene tantas células nerviosas como la médula espinal, deriva
de neuroblastos de la cresta neural que migran al tracto gastroin-
testinal a través del nervio vago.
Una diferencia esencial entre el sistema nervioso entérico y
las ramas simpática y parasimpática del SNA es su extraordinario
grado de autonomía local. La digestión y el peristaltismo tienen
lugar tras una transección de la médula espinal o durante la anes-
tesia raquídea, si bien la función esfinteriana puede verse deteri
orada.
Aunque funcionalmente diferenciado, el intestino se ve
influido por las actividades simpática y parasimpática. Desde D8 a
L3, las fibras simpáticas preganglionares inhiben la acción intesti-
nal por medio de los ganglios celíacos, y mesentéricos superiores
e inferiores. Un anestésico espinal o epidural que cubre los niveles
torácicos medios anula esta inhibición y da lugar a un intestino
delgado contraído que puede determinar mejores condiciones qui-
rúrgicas, en combinación con la relajación muscular profunda
Figura 2-3
Sistema nervioso autónomo. Post, neurona posganglionar; Pre, neurona preganglionar; RC, ramo comunicante.(
De Ganong W: The autonomic
neurvous system. En Ganong W [ed.]
: Review of Medical Physiology,
15.
a
ed. Norwalk, CT, Appleton & Lange, 1991, pág. 210.
)