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El sistema nervioso autónomo

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Sección I

Fisiología y anestesia

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Glucosa sanguínea

La estimulación nerviosa simpática de los

b

-receptores incrementa

la glucogenólisis en el hígado y el músculo y libera ácidos grasos

libres a partir de los tejidos adiposos, aumentando en última ins-

tancia los niveles de glucosa en sangre. En neonatos, la adrenalina

desempeña una función adicional en la degradación exógena de la

grasa parda para mantener la temperatura corporal (termogénesis

sin estremecimiento).

En el páncreas también están presentes

a

2

y

b

2

-receptores.

La activación de los

a

2

-receptores suprime la secreción de insulina

a cargo de las células de los islotes pancreáticos. El bloqueo de

dichos receptores puede intensificar la liberación de insulina y, por

consiguiente, se asocia en ocasiones a significativas reducciones de

la glucosa sanguínea. La estimulación de los

b

2

-receptores incre-

menta la secreción de glucagón e insulina y atenúa la sensibilidad

periférica a la insulina.

Intercambio de potasio

La adrenalina plasmática también toma parte en la regulación de la

concentración de potasio sérico. La actividad

b

-adrenérgica induce

en ocasiones una hiperpotasemia transitoria a medida que el potasio

sale de las células hepáticas con el flujo de glucosa generado por la

estimulación

b

2

-adrenérgica. Este efecto va seguido de una hipopo-

tasemia, más prolongada, que tiene lugar cuando la estimulación

b

2

-adrenérgica conduce el potasio a los eritrocitos y a las células

musculares. La estimulación de los

b

2

-receptores eritrocitarios por

acción de la adrenalina, administrada de forma exógena o de libe-

ración endógena, activa la adenilato ciclasa y la adenosintrifosfatasa

de sodio-potasio (ATPasa) haciendo llegar el potasio a las células.

Ello da lugar a una reducción del potasio sérico y contribuye al

desarrollo de las arritmias cardíacas que acompañan al IM y a otros

cuadros de estrés cardíaco. El bloqueo

b

2

-adrenérgico tiene la

teórica ventaja de inhibir este intercambio de potasio. Sin embargo,

se ha demostrado que los

b

-bloqueantes, selectivos o no, tienen el

mismo efecto en la protección postinfarto contra las arritmia

s 7-11

.

Función colinérgica

Perspectiva general de los efectos de la acetilcolina

En contraste con la descarga difusa del sistema nervioso simpático

que constituye la respuesta de lucha o huida, el sistema parasimpático presenta unos efectos anatómica y funcionalmente más localiza-

dos. La activación parasimpática conserva la energía de los órganos

y mantiene su función. Una respuesta parasimpática masiva dejaría

al organismo postrado e indefenso, con salivación, lagrimeo, res­

piración jadeante, vómitos, micción, defecación y convulsiones.

Aunque el sistema simpático es necesario para la respuesta de

urgencia ante las situaciones de estrés, no es necesario para la

supervivencia. En cambio, el parasimpático resulta esencial para el

mantenimiento de la vida.

La liberación de acetilcolina es el carácter identificativo de

la activación parasimpática. Las acciones de la acetilcolina son

diametralmente opuestas a las de la adrenalina y noradrenalina. En

general, los efectos muscarínicos de la acetilcolina son cualitativa-

mente los mismos que los de la estimulación vagal.

La acetilcolina reduce la frecuencia cardíaca, la velocidad de

conducción de los nódulos sinoauricular y AV y la contractilidad

auricular (aunque esta disminución no es del mismo alcance que el

aumento de la contractilidad inducido por la estimulación simpática.

En el nódulo sinoauricular, la acetilcolina causa hiperpolarización de

membranas, lo que retrasa la generación del potencial umbral, dis-

minuyendo la frecuencia cardíaca. En el nódulo AV, la acetilcolina

reduce la velocidad de conducción y hace que se prolongue el período

refractario efectivo. Esta reducción de la conducción es responsable

del bloqueo cardíaco completo que se registra cuando se administran

agonistas colinérgicos en grandes cantidades. En el ventrículo, la

acetilcolina reduce el automatismo del sistema de Purkinje, con lo

que se eleva el umbral de fibrilación. Los receptores muscarínicos

pre y postsinápticos están relacionados con tales efectos. La acetilco-

lina inhibe la estimulación adrenérgica del corazón presináptica-

mente, evitando la liberación de noradrenalina por parte de las

terminaciones nerviosas simpáticas, y postsinápticamente, oponién-

dose a los efectos de las catecolaminas sobre el miocardio.

La activación parasimpática tiene diversos efectos fuera del

sistema cardiovascular. La estimulación colinérgica induce cons-

tricción del músculo liso, incluyendo el de las paredes bronquiales.

En los tractos gastrointestinal y genitourinario, el músculo liso de

las paredes se contrae, pero los músculos esfinterianos se relajan,

lo que produce incontinencia. Administrada tópicamente, la acetil-

colina contrae el músculo liso del iris y causa miosis.

Los signos y síntomas de la sobrecarga colinérgica reflejan

todos estos efectos, e inducen además náuseas y vómitos, calambres

abdominales, arcadas, micción y urgencia de defecación. Todas las

Figura 2-5

 Interacciones del sistema

renina-angiotensina-aldosterona y el

sistema nervioso simpático en el

mantenimiento de la presión arterial y el

volumen sanguíneo. AI, angiotensina I;

AII, angiotensina II; EC, enzima convertidora;

FSR, flujo sanguíneo renal;

NA, noradrenalina; +, efectos estimuladores;

–, efectos inhibidores.