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equivalente y se usa una inclinación de Trendelenburg ligera para

nivelar las caderas con los hombros si se desea. Estas modificaciones

reducen la acumulación de sangre venosa en las piernas y permiten

que el soporte del brazo o la camilla estén paralelos con el suelo si

se desea una intervención quirúrgica sobre la extremidad superior.

La

posición con patas de rana,

en la que las caderas y las rodillas

se flexionan y las caderas se rotan en sentido externo con las plantas

de los pies mirándose entre sí, permite el acceso al perineo, la región

medial de los muslos, los genitales y el recto. Hay que tener cuidado

de minimizar la tensión y el dolor postoperatorio en las caderas y de

evitar la luxación apoyando las rodillas apropiadamente.

La inclinación del paciente en decúbito supino con la cabeza

hacia abajo, la

posición de Trendelenburg

( fig. 26-5 )

, se usa a menudo

para aumentar el retorno venoso durante la hipotensión, para

mejorar la exposición durante las intervenciones abdominales y

laparoscópicas y evitar émbolos de aire y facilitar la canulación

durante la colocación de una vía central. Su nombre está ligado a

un cirujano alemán del siglo xix, Trendelenburg, que describió su

uso para las intervenciones abdominales. Se recomiendan colchones

que no sean deslizantes para evitar que el paciente se desplace en

sentido cefálico. No se recomiendan apoyos para los hombros por

el riesgo considerable de lesión por compresión del plexo braquial.

La posición de Trendelenburg tiene consecuencias cardio-

vasculares y respiratorias significativas. La posición con la cabeza

hacia abajo aumenta las presiones venosa central, intracraneal e

intraocular. La posición prolongada con la cabeza hacia abajo

puede provocar una tumefacción de la cara, las conjuntivas, la

laringe y la lengua con un aumento potencial de obstrucción posto-

peratoria de la vía respiratoria superior. El movimiento cefálico de

las vísceras abdominales contra el diafragma también reduce la

capacidad residual funcional y la distensibilidad pulmonar. En los

pacientes que ventilan espontáneamente, aumenta el trabajo respi-

ratorio. En los pacientes con ventilación mecánica, las presiones en

la vía respiratoria deben ser superiores para asegurar una ventila-

ción adecuada. El estómago también se dispone por encima de la

glotis. La intubación endotraqueal se prefiere a menudo para pro-

teger la vía respiratoria de la aspiración pulmonar relacionada con

el reflujo y reducir las atelectasias. Debido al riesgo de edema de la

tráquea y de la mucosa que rodea a la vía respiratoria durante las

intervenciones quirúrgicas en las que los pacientes han estado en

posición de Trendelenburg durante períodos prolongados, puede

ser prudente verificar la presencia de fugas de aire alrededor del

tubo endotraqueal o visualizar la laringe antes de la extubación.

La posición de

Trendelenburg inversa

(cabeza hacia arriba) (v.

fig. 26-5 )

se emplea a menudo para facilitar la intervención quirúr-

gica sobre la porción superior del abdomen al desplazar el contenido

abdominal en sentido caudal. Esta posición se ha hecho cada vez más

popular debido al número creciente de intervenciones laparoscópi-

cas. Se aconseja precaución para evitar que los pacientes se deslicen

por la mesa, y puede ser aconsejable una monitorización más fre-

cuente de la presión arterial para detectar la hipotensión debida a un

descenso del retorno venoso. Además, la posición de la cabeza por

encima del corazón reduce la presión de perfusión en el encéfalo y

debe tenerse en cuenta al determinar la presión sanguínea óptima.

En todas las posiciones en las que la cabeza esté a un nivel

diferente del corazón, el efecto del gradiente hidrostático sobre las

presiones cerebrales arterial y venosa debe considerarse cuidado-

samente en términos de presión de perfusión cerebral. Es especial-

mente prudente registrar con cuidado cualquier posible gradiente

de presión arterial.

920

Control de la anestesia

III

Figura 26-3

 Brazo envuelto a un lado del paciente. El brazo en posición

neutra con la palma en la cadera. El codo se acolcha y debemos asegurarnos

de que el brazo esté apoyado.

Figura 26-4

 Posición en «tumbona». La flexión de las caderas y las rodillas reduce la tensión sobre la espalda.