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Herencia y penetrancia de la hipertermia maligna

La herencia de la HM humana ya no puede considerarse sólo auto-

sómica dominante con penetrancia variable porque se ha identifi-

cado más de una mutación ligada a la HM en algunos probandos y

familias. Seis familias no consanguíneas albergan al menos dos

mutaciones de

RYR1

que se han ligado al PHM y en dos familias una

es una mutación de

RYR1

y la segunda es una mutación de

CaV1.1

219

.

Aunque los homocigóticos de PHM son frecuentes entre los cerdos

afectados, son raros en poblaciones humanas y de ratones transgé-

nicos. Los seres humanos conocidos homocigóticos parecen norma-

les peromuestran respuestas más fuertes a la prueba de la contractura

in vitro (PCIV) y a las pruebas de la contractura con cafeína/halo-

tano (PCCH) que los sujetos heterocigóticos

220-223

. El carácter homo-

cigótico de dos mutaciones de HM en el «punto caliente» 1 lleva a

la muerte perinatal en los ratones

189,190

. Los sujetos doblemente hete-

rocigóticos no parecen mostrar ningún efecto aditivo por la segunda

mutación en PCIV

219

.

Discordancia entre genética y pruebas PCIV/PCCH

de hipertermia maligna

La discordancia ha confundido el análisis de ligamiento génico en

todo el mundo. Entre los ejemplos tenemos pacientes sin HM por-

tadores de una mutación de

RYR1

asociada a HM y pacientes con

PHM que no son portadores de la mutación familiar de

RYR1

. Son

posibles varias explicaciones, y la más probable es que las pruebas

PCIV/PCCH no sean precisas en la clínica y que los umbrales de

la PCIV o la PCCH sean inexactos. Esto llevaría a errores en la

determinación de si un paciente no tiene HM o tiene PHM. Una

segunda posibilidad es la penetrancia variable con posible silencia-

miento alélico

224

, y una tercera es que sujetos con discordancia

tengan mutaciones en otros genes o modificadores de genes des-

conocidos que influyan en la función de RyR1 y su penetrancia

fenotípica. La rareza de grandes familias con HM dificulta el aná-

lisis de ligamiento génico y la comprensión de la variabilidad en

las manifestaciones clínicas. Robinson y cols. demostraron por la

prueba del desequilibrio de la transmisión (PDT) que los locus de

los cromosomas 5 y 7 y, en menor grado, los locus de los cromo-

somas 1 y 7 influyen en la proclividad a la HM

213

.

Guías para el cribado genético

En 2000, el grupo europeo para la HM

225

formuló unas guías para

el cribado de la mutación de

RYR1

con datos de ligamiento a otros

locus para algunas familias con HM, pero todos los investigadores

de la HM subrayaron el papel vital de la PCIV en el diagnóstico de

la HM. Esas guías para el cribado han reducido el número de

familiares que requieren pruebas de contractura sin aumentar el

riesgo de errar el diagnóstico

226,227

y son las siguientes: 1) confir-

mación de PHM en un miembro de la familia (preferiblemente un

probando) por PCIV antes de las pruebas genéticas; 2) el uso de

15 mutaciones de

RYR1

caracterizadas por análisis funcionales de

laboratorio para el protocolo genético; 3) confirmación de PHM y

omisión de PCIV si se detecta una mutación causal en un familiar

de primer grado, y 4) necesidad de realizar una PCIV antes de

diagnosticar que no hay HM si no se detecta una mutación familiar

en un familiar de primer grado.

Sólo se ha investigado extensamente a un pequeño número

de familias proclives a la HM en Norteamérica mediante fenotipi-

ficación, análisis de ligamiento génico y cribado de genes específico.

Los protocolos realizados en colaboración en los últimos años

entre centros de biopsia de HM y biólogos moleculares han cribado

209 sujetos con PHM no emparentados en busca de mutaciones en

el gen

RYR1

(v. «Distribución de las mutaciones de

RYR1

»).

Una reunión de consenso reciente estuvo de acuerdo en lo

siguiente: 1) entre las limitaciones de las pruebas genéticas está su

baja sensibilidad debido a la diversidad de mutaciones y genes; 2) el

gen

RYR1

es el principal objetivo de las pruebas genéticas, pero son

necesarios más estudios para comprender completamente la rela-

ción que hay entre mutaciones y proclividad; 3) son necesarias

guías para el envío a especialistas y educación con el fin de esta-

blecer pruebas clínicas en un laboratorio certificado por la Clinical

Laboratories Improvement Act (CLIA), y 4) el grupo de mutaciones

de

RYR1

de HM norteamericano no ha cambiado desde el grupo

original establecido en 2002 (tabla 27-1).

Hipertermia maligna fulminante

La HM fulminante es rara. Los episodios agudos de HM dependen

de cuatro variables: una predisposición génica (quizá raramente

adquirida), la falta de factores inhibidores, la presencia o no de un

desencadenante anestésico y la presencia de factores ambientales

que podrían potenciar la acción de una o más de las tres variables.

Desencadenantes anestésicos

Los fármacos anestésicos que desencadenan la HM son el éter, el

halotano, el enflurano, el isoflurano, el desflurano, el sevoflurano y

los relajantes musculares despolarizantes, entre los que el único

usado en la actualidad es el suxametonio. El desflurano y el sevo-

flurano parecen desencadenantes menos potentes que el halotano

y producen una HM de comienzo más gradual

228,229

. El comienzo

puede ser explosivo si se usa suxametonio. A los cerdos proclives

a la HM se les estudia tradicionalmente mediante la inducción con

un anestésicos volátil, lo que conduce a una rigidez pronunciada

de las extremidades traseras en menos de 5 minutos, y con frecuen-

cia antes

230

. El ejercicio previo incluso una hora antes de la induc-

ción de la anestesia aumenta la gravedad y apremia el inicio de la

rigidez en los cerdos

230

. De forma análoga, en los nuevos modelos

múridos con genes anulados, el comienzo de la rigidez en las extre-

midades tras comenzar la exposición a los anestésicos locales es

muy rápido. También existen varios factores modificadores que son

más probables en seres humanos que en cerdos o ratones y que

pueden alterar (o incluso impedir) el comienzo de la HM clínica.

La hipotermia leve y la administración previa de barbitúricos, tran-

quilizantes, propofol o relajantes musculares no despolarizantes

retrasa o evita el comienzo de la HM

163,230-232

en seres humanos

proclives a la HM, lo que les hace responder de forma menos pre-

decible que los cerdos o los ratones con genes anulados que padecen

HM. Existen muchos casos en los que se ha descrito una HM ful-

minante en pacientes que previamente habían tolerado desencade-

nantes potentes sin dificultad

233

. Se desconoce por qué ocurre esto,

pero es probable que se relacione con la administración previa o

concurrente de fármacos que impidan o retrasen el comienzo del

síndrome, como se describió antes, o con influencias ambientales

desconocidas que ayuden a provocar el incidente positivo. De este

modo, el comienzo del síndrome en los seres humanos es suma-

mente variable en los síntomas iniciales y en el momento de

comienzo del síndrome. Su comienzo es tan variable que realizar

el diagnóstico en el marco de una anestesia clínica puede ser muy

difícil. Aunque no es perfecta, la escala de clasificación clínica

ideada por Larach y cols.

234

es una forma útil para los médicos de

determinar de forma retrospectiva si un paciente que respondió de

forma anómala a la anestesia tiene en realidad alguna probabilidad

de sufrir un episodio de HM clínica. Sin embargo, la HM es más

fácil de diagnosticar de forma prospectiva mediante vigilancia,

reconociendo sus signos y síntomas y sabiendo cómo tratar el

síndrome.

952

Control de la anestesia

III