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(es decir, rígidos) y la masa total del líquido en el sistema debe

ser mínima, lo que se consigue con tubos de pequeño diámetro

y tan cortos como sea posible. En la mayoría de sistemas clínicos

la frecuencia de resonancia natural es de 10 a 15Hz, muy superior

a la frecuencia primaria de la curva arterial (la frecuencia cardíaca

es de 60 a 120 latidos/minuto o 1 a 2Hz). Sin embargo, la curva

arterial no es una onda sinusoidal, sino que es una forma más

compleja que se muestra en la

figura 28-10

y está compuesta por

la suma de ondas sinusoidales de frecuencias que son varios múlti-

plos de las frecuencias cardíacas, una serie de Fourier. Los com-

ponentes de alta frecuencia de la curva arterial (armónicos más

altos) son los que se encuentran más cerca de la frecuencia natural

del sistema y son amplificados. Por esto se ve la onda con forma

de «látigo» cuando la presión sistólica máxima y la curva ascen-

dente inicial se amplían significativamente sobre la verdadera

presión sistólica, incluso aunque la propia frecuencia cardíaca no

esté en el rango de la frecuencia resonante. En teoría, la presión

arterial media debe ser la misma, porque este aumento de la

presión sistólica también produce una disminución de la presión

diastólica (v. apéndice 4).

Medición de la presión procesada por señal

(monitor de presión arterial no invasivo)

La presión sistólica puede estimarse notando el retorno del pulso

de flujo después de la oclusión de la arteria braquial con un man-

guito. El retorno de flujo puede detectarse: 1) por palpación simple

de la arteria radial, 2) escuchando con un dispositivo Doppler

colocado encima de la arteria radial o 3) usando un pulsioxímetro.

La mayoría de los anestesistas están familiarizados con la pérdida

de la señal del pulsioxímetro cuando está ciclando el monitor de

la presión arterial no invasivo.

Los dispositivos no invasivos automáticos para vigilar la

presión arterial que se utilizan en la mayoría de los quirófanos

emplean una aplicación más sofisticada de este principio. Estos

dispositivos monitorizan la señal oscilante generada en el man-

guito por los cambios de presión arterial. Primero se infla el

manguito por encima de la presión sistólica, hasta el punto en que

se eliminan la señal y las oscilaciones. Luego se desinfla el mangui-

to lentamente, de manera progresiva. La presión oscilante en el

momento en que la señal empieza a aparecer se interpreta como

presión sistólica. La señal aumenta en amplitud al ir disminuyendo

la presión del manguito. El punto en el que la señal tiene la máxima

amplitud se interpreta como presión arterial media. Cuando la

presión del manguito disminuye más, las oscilaciones caen con

rapidez. La presión diastólica se deduce matemáticamente de los

valores sistólicos y medios

( fig. 28-18 ) 8 .

Pueden producirse errores de la misma manera que en la

auscultación manual de los sonidos de Korotkoff: los manguitos

demasiado grandes o demasiado pequeños necesitan una presión

mayor o menor para ocluir el flujo arterial, y las arterias ateros-

cleróticas rígidas son resistentes a la compresión. La compresión

externa causada por los movimientos del paciente o el cirujano que

se apoyan sobre el manguito del monitor de presión arterial no

invasivo pueden producir oscilaciones en la presión del manguito

que no se relacionan con la presión arterial y pueden dar lugar a

una lectura errónea, generalmente una presión diastólica alta. En

algunos países y hospitales se están dejando de utilizar los esfig-

momanómetros de mercurio, y se están estudiando la exactitud y

precisión de dispositivos alternativos, como los monitores de

presión arterial automatizados no invasivos mencionados antes y

los esfigmomanómetros aneroide

s 9,10 .

Medición mediante sonido (onda

de presión longitudinal)

Principios del sonido

Las ondas sonoras son fluctuaciones pequeñas de presión, densidad

y velocidad que pueden propagarse a través de cualquier forma de

materia: sólida, líquida o gaseosa (v.

fig. 28-15 )

. A diferencia de las

ondas electromagnéticas, como la luz (v. sección sobre la luz),

el sonido no se puede propagar a través del vacío. La unidad de

sonido que más se utiliza, el decibelio (dB), no es una unidad del

SI, sino una proporción logarítmica de la energía sonora de refe-

rencia para 20

m

Pa (o 0,0002 milibares), el umbral de la audición

humana normal.

El sonido se ha usado durante muchos años para el diagnós-

tico médico y la monitorización. Puede emplearse como método

diagnóstico de dos maneras: pasiva y activa. En un examen pasivo

se estudian los sonidos que genera el paciente. El examen básico

de este tipo usa el estetoscopio. En un examen activo, la energía

acústica se transmite al paciente, y la interacción resultante de esta

energía con el paciente se analiza para obtener información.Ambos

tipos de exploraciones utilizan los mismos principios físicos.

En 1842, Doppler fue el primero en describir el cambio apa-

rente que se produce en el diapasón de un sonido cuando la fuente

del mismo o el oyente se estánmoviend

o 11 .

Actualmente, este «efecto

Doppler» tiene varias aplicaciones en la monitorización del paciente,

incluidos los monitores de ultrasonidos Doppler precordial y eso-

fágico de la velocidad local de la sangre o el gasto cardíaco.

Cuando una fuente de sonido está acercándose al oyente, el

tono aparente aumenta y viceversa. La cantidad exacta del cambio

de frecuencia depende de si se mueve el oyente o la fuente del

sonido

( fig. 28-19 ;

v. apéndice 7). Puesto que los cambios de fre-

cuencia de las ondas sinusales pueden medirse con precisión, el

principio de Doppler proporciona un método muy exacto para

medir la velocidad de los reflectores de sonido en movimiento. A

las altas frecuencias que suelen utilizarse (

>

5MHz), objetos tan

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Control de la anestesia

III

Figura 28-18

 Medida de la presión arterial no invasiva. Mediante la señal

procedente del pulso arterial se obtienen las medidas de la presión arterial

oscilométrica determinando el punto en el que empieza a detectarse la señal,

su amplitud máxima y el momento en el que disminuye.

(Adaptada de

Ehrenwerth J, Eisenkraft J:

Anesthesia Equipment: Principles and Applications.

St. Louis, Mosby-Year Book, 1993.)