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Monitorización cardiovascular

Rebecca A. Schroeder, Atilio Barbeito, Shahar Bar-Yosef

y Jonathan B. Mark

Puntos clave

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1.

Aunque debería haber un estetoscopio en todos los

lugares en los que se anestesia, la auscultación continua

es un método no sensible para detectar de forma precoz

los acontecimientos hemodinámicos adversos.

2.

La mayoría de los dispositivos de determinación no

invasiva de la presión arterial usa una técnica de medida

oscilométrica, y raramente causa complicaciones. Debería

tenerse cuidado con los enfermos que no pueden referir

dolor en el brazo, aquéllos con ritmos cardíacos

irregulares que obligan al inflado repetido del manguito e

individuos en tratamiento anticoagulante.

3.

La monitorización directa de la presión arterial debería

utilizarse habitualmente en los pacientes quirúrgicos con

enfermedades cardiovasculares graves o en aquéllos

sometidos a técnicas quirúrgicas graves que implican una

pérdida sanguínea o un desplazamiento significativo de

líquidos.

4.

La prueba de Allen del flujo arterial colateral del arco

palmar no es un método fiable para predecir

complicaciones secundarias a la canalización de la arteria

radial. Pese a la ausencia de flujo colateral anatómico, la

cateterización de la arteria braquial para la monitorización

perioperatoria de la presión arterial es una alternativa

segura a la cateterización de las arterias radial o femoral.

5.

La precisión de una onda de presión arterial registrada

directamente está determinada por la frecuencia natural y

el coeficiente de atenuación del sistema de monitorización

de la presión. La respuesta dinámica óptima del sistema se

logrará cuando la frecuencia natural sea alta, por lo que se

permite un registro preciso de presión en un amplio

intervalo de coeficientes de atenuación.

6.

En lugar de la posición habitual en la línea media axilar, la

posición preferida para el alineamiento (o «nivelación») de

los transductores externos de presión es

aproximadamente 5 cm posteriores a la unión

manubrioesternal. Cuando se utilizan transductores

externos y sistemas de monitorización llenos de líquido,

esta posición del transductor eliminará artefactos de

medición por la presión hidrostática.

7.

Debido a la reflexión de la onda y otros fenómenos

físicos, la presión arterial registrada desde los puntos

periféricos tiene una presión de pulso más amplia que la

presión aórtica central.

8.

Las mediciones dinámicas de la precarga cardíaca, tales

como la variación de la presión arterial sistólica y la

variación de la presión del pulso son mejores predictores

de la respuesta a la carga de volumen que los indicadores

estáticos, como son como la presión venosa central (PVC)

o la presión de enclavamiento capilar pulmonar.

9.

A la hora de seleccionar la mejor localización, catéter y

método para una canulación venosa central segura y

efectiva, es preciso que el médico tenga en cuenta el

objetivo de la cateterización, la condición médica

subyacente del paciente, la intervención prevista y la

habilidad y experiencia del médico que lleva a cabo el

procedimiento. La mayoría de los anestesiólogos

prefiere la canulación de la vena yugular interna

derecha, debido a su consistente y predecible

localización anatómica y la relativa facilidad de acceso

en el intraoperatorio.

10.

Los métodos para reducir las complicaciones mecánicas

de los catéteres venosos centrales son: el uso de la

ecografía para la localización del vaso, la determinación

de la presión venosa antes de insertar catéteres de gran

calibre y la confirmación radiológica de que el extremo

del catéter está fuera del pericardio y paralelo a las

paredes de la vena cava superior.

11.

Cuando se utiliza la PVC como medida del volumen

intravascular, se deben tener en cuenta las influencias de

la distensibilidad ventricular y de la presión intratorácica.

En general, es más fiable la tendencia de los valores de la

PVC o los cambios que presentan con las maniobras

terapéuticas que una única medida. De la valoración de la

morfología de las ondas de la PVC se puede obtener

importante información fisiopatológica.

12.

De las numerosas complicaciones de los catéteres

venosos centrales y arteriales pulmonares, el mal uso de

los catéteres y la mala interpretación de los datos se

encuentran entre las más frecuentes.

13.

La presión de enclavamiento de la arteria pulmonar es

una representación tardía y atenuada de la presión de la

aurícula izquierda que proporciona una estimación

cercana de la presión capilar pulmonar en muchos casos,

pero puede subestimar la presión capilar cuando la

resistencia vascular pulmonar poscapilar se encuentra

aumentada, como en los pacientes con sepsis.

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2010. Elsevier España, S.L. Reservados todos los derechos