Table of Contents Table of Contents
Previous Page  1202 / 2894 Next Page
Information
Show Menu
Previous Page 1202 / 2894 Next Page
Page Background

tratamiento de un modo que en última instancia mejore el pro-

nóstico. Sin embargo, los investigadores siguen buscando métodos

sencillos y fiables para detectar y cuantificar el EVLW, y se han

realizado muchos avances en los últimos años. La investigación

en este campo se complica porque la gravimetría, que requiere el

análisis del peso pulmonar post-mórtem, sigue siendo el método

estándar de medición del EVL

W 159,160

. Como resultado, gran parte

de los datos que evalúan las nuevas técnicas provienen de estudios

en animales.

Métodos radiográficos

La radiografía de tórax es la prueba más utilizada para detectar el

edema pulmonar. En condiciones ideales, la realización de una

radiografía de tórax permite realizar determinaciones semicuanti-

tativas del EVLW, así como de su distribución y su posible etiología.

Incluso en tales condiciones, la sensibilidad es bastante baja; se

necesita un 30-35% de incremento del EVLW antes de que se

puedan detectar cambios radiográficos compatibles con el edema

pulmona

r 161 .

En el contexto típico de cuidados intensivos, donde

la calidad de la imagen y la técnica de adquisición pueden variar

en gran medida, se estima que puede ser necesario un incremento

del 100% del EVLW para producir cambios radiográficos observa-

bles. Además, en el entorno de las UCI se ha observado una escasa

correlación de las mediciones de EVLW entre la radiografía de

tórax y otros métodos establecido

s 159 .

La TC se ha estudiado cada vez más en los últimos años

como método para cuantificar el EVLW. En experimentos con ani-

males, la densitometría por TC podría detectar un incremento del

EVLW de tan sólo un 50

% 162 .

Utilizando la TC con cortes finos,

Scillia y cols. observaron que puede que no se produzca una

hipoxemia secundaria a edema pulmonar hasta que el aumento del

EVLW se acerque al rango del 200-300

% 163 .

La falta de portabilidad

y la elevada exposición a la radiación limitan el uso de la TC para

la medición seriada del EVLW. Se sigue investigando en otras

modalidades de imagen, como la ecografí

a 164 ,

tomografía por

emisión de positrones

165 ,

resonancia magnétic

a 166

y TI

E 167 ,

pero

ninguna se ha incorporado al uso clínico.

Métodos de dilución de un indicador

La cuantificación del EVLW con curvas de dilución de dos indi-

cadores se describió por primera vez hace más de 50 años. Más

recientemente, se ha descrito una técnica de termodilución trans-

pulmonar en la que se utiliza suero salino frío como único indi-

cador. Aunque existen controversias sobre la precisión de las

técnicas de dilución, muchos estudios indican una reproducibili-

dad y correlación excelentes con los métodos gravimétrico

s 159 .

En

un estudio en el que se usó la termodilución transpulmonar, se

indicó que se pueden detectar cambios del EVLW de tan sólo un

10-20% con una elevada sensibilidad

168 .

Ambas técnicas son algo

invasivas y requieren la colocación de catéteres arterial y venoso

central. Aunque los primeros dispositivos eran bastante volumino-

sos, los sistemas disponibles en la actualidad son relativamente

seguros y fáciles de utilizar. Además, permiten obtener mediciones

a la cabecera del paciente.

A pesar de los últimos avances en varias de las modalidades

antes mencionadas, la radiografía de tórax sigue siendo la única

herramienta integrada de forma generalizada en la práctica clínica.

Una explicación probable es que los estudios han sugerido la

posible utilidad clínica en el análisis preciso del EVLW, pero

ninguno ha demostrado que obtener esas mediciones facilite la

toma de decisiones o mejore el pronóstico del paciente.

Monitorización de la ventilación

de alta frecuencia

Los últimos datos sobre los beneficios de la ventilación con bajo

volumen corriente y alta PEEP en el SDRA han suscitado la bús-

queda del modo óptimo de ventilación protectora para el pulmón.

La ventilación de alta frecuencia (HFV, por sus siglas en inglés) se

introdujo por vez primera a finales de la década de 1950 y ofrece

una alternativa a la ventilación convencional en pacientes con

SDRA y LPA. La HFV se caracteriza por la aplicación rápida de

volúmenes corrientes bajos y el mantenimiento de una elevada

presión media en la vía respiratori

a 169 .

Mientras que su uso rutina-

rio en adultos es una tendencia bastante reciente, los ensayos clí-

nicos en lactantes prematuros con síndrome de dificultad

respiratoria comenzaron hace casi 20 año

s 170 .

No existen evidencias

claras del beneficio de la HFV sobre el pronóstico en comparación

con la ventilación tradicional, pero muchos estudios han indicado

que la HFV puede reducir el riesgo de lesión pulmonar inducida

por el ventilado

r 171 ,

mejorar la oxigenació

n 172

y ser tan segura como

la ventilación convencional en el SDR

A 173 .

La FDA ha definido la

HFV como cualquier forma de ventilación que aplique una fre-

cuencia respiratoria mayor de 150 respiraciones/min. Aunque

desde su aparición han evolucionado varias formas de HFV, el

método más utilizado tanto en pacientes adultos como pediátricos

es la ventilación oscilatoria de alta frecuencia (HFOV, por sus siglas

en inglés). Otros modos son la ventilación a chorro de alta frecuen-

cia (HFJV), la interrupción de flujo de alta frecuencia (HFFI) y la

ventilación percusiva de alta frecuencia (HFPV). Antes de la dis-

ponibilidad generalizada de los modos de HFV, se utilizaba un

ventilador convencional para aplicar volúmenes corrientes bajos

con una alta frecuencia, técnica que pasó a denominarse ventila-

ción con presión positiva de alta frecuencia (HFPPV).

Debido a que los mecanismos de intercambio gaseoso

durante la HFV difieren de los que regulan la ventilación conven-

cional, el equipo de monitorización estándar puede que no propor-

cione unos datos precisos. Por fortuna, la fiabilidad de la

pulsioximetría para evaluar el estado de oxigenación con otros

métodos de ventilación parece aplicarse también a la HFV. Los

primeros estudios mostraron una correlación entre la presión de la

vía respiratoria y la eficacia del intercambio gaseoso durante la

HFJV, de modo que las presiones máxima y de trabajo más elevadas

dan lugar a una Paco

2

menor y una Pao

2

mayor. La monitorización

de la Pcote

2

de forma convencional durante la HFV produce unas

mediciones poco fiables por varios motivos, pero sobre todo por la

dificultad de obtener muestras de gases ricos en CO

2

no dilui-

da

s 174,175 .

Aunque es útil para monitorizar la ventilación convencio-

nal, el concepto de CO

2

«teleespiratorio» es totalmente desacertado

en la HFV, porque en las ondas capnográficas no se identifican fases

inspiratoria o espiratori

a 176 .

Además, la probabilidad de que las

presiones de CO

2

espirado reflejen con precisión la Paco

2

es baja

en pacientes que requieren HFV, pues el espacio muerto alveolar y

el cortocircuito intrapulmonar pueden ser considerable

s 174 .

A pesar de sus limitaciones, los estudios han demostrado la

capacidad de la capnometría para proporcionar unas estimaciones

precisas de la Paco

2

durante la HFV. Una técnica habitual consiste

en interrumpir o reducir la frecuencia del ventilador para aplicar

una respiración normal. Las presiones de CO

2

medidas con capno-

grafía intermitente han demostrado una buena concordancia con

los valores de Paco

2

obtenidos de forma simultáne

a 177 .

La precisión

de las lecturas capnométricas de Pco

2

también puede depender de

dónde se obtiene la muestra. El gas analizado en el extremo distal

del tubo endotraqueal parece proporcionar unas aproximaciones

más válidas de Paco

2

que el obtenido a nivel proximal

176 .

Sin

1202

Control de la anestesia

III