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selectiva, el neumotórax y la atelectasia pulmonar. El ajuste de la

PEEP puede que llegue a evaluarse algún día en tiempo real, con

el uso de la TIE en lugar de esperar a la gasometría arterial, los

estudios radiológicos y la TC. Es posible que en el futuro esta tec-

nología se integre en el monitor de la cabecera del paciente o en

los ventiladores mecánicos de circuito cerrado.

Monitorización de la presión inspiratoria

La alteración de la función de los músculos respiratorios por la fatiga

o los trastornos neuromusculares puede contribuir a la insuficiencia

respiratoria y a la dificultad del destete de la ventilación mecánica.

La medición de la presión inspiratoria máxima (PIM), denominada

también fuerza inspiratoria negativa, proporciona una evaluación

útil a la cabecera del paciente sobre la fuerza de dicha musculatura.

Puede realizarse en pacientes intubados y no intubados conectando

un manómetro de presión al tubo endotraqueal o a una boquilla no

invasiva. Como alternativa, se ha descrito el uso de una válvula

unidireccional que permite sólo la espiración, aunque es bastante

incómoda para el pacient

e 143

. La PIM normal es de unos –90cmH

2

O,

pero puede oscilar de –50 a –120cmH

2

O. Para lograr unas medicio-

nes precisas, la PIM debería medirse tras una espiración máxima,

porque el diafragma puede generar la mayor presión con el volumen

residual. Varios estudios han demostrado que la incapacidad de

generar una PIM más negativa de –20cmH

2

O da lugar a volúmenes

corrientes insuficientes para generar una tos intensa. Además, se ha

demostrado que este valor de corte produce una incapacidad para

el destete con un valor predictivo de

1 144

.Aunque aún no es un factor

predictivo firmemente establecido del pronóstico del destete, la PIM

es útil para determinar si la debilidad del paciente o la debilidad

neuromuscular intervienen en los intentos fallidos de destete.

Monitorización esofágica

La presión transpulmonar, en lugar de la presión máxima o meseta,

es el determinante fundamental de la distensión alveolar y se define

como la presión alveolar (Pa) menos la presión pleural (Ppl

) 145 .

Por

tanto, la verdadera presión que distiende el pulmón no se puede

medir sin una determinación de la Ppl. La medición directa de la

Ppl es poco factible en clínica, pero puede estimarse con bastante

fiabilidad en pacientes en bipedestación midiendo la presión del

tercio distal del esófago. El esófago es una estructura bastante

pasiva y su tercio distal está muy cerca del espacio pleural, lo que

permite la transmisión de la presión pleural a un monitor de

presión intraesofágic

o 146 .

Se suele usar un catéter con balón en la

punta, y esta técnica se considera la modalidad estándar para

evaluar el esfuerzo inspiratorio y el trabajo respiratorio (TR). En

decúbito supino, esta relación es menos predecible, porque las

fuerzas gravitatorias comprimen el esófago y la zona declive del

pulmón, lo que causa un sesgo de las mediciones.

La colocación de un segundo catéter con balón en el estó-

mago permite la medición simultánea de la presión gástrica y pro-

porciona un método de obtener una gran cantidad de información

útil sobre la mecánica respiratoria. Por ejemplo, se puede monito-

rizar la presión transdiafragmática para evaluar la contracción del

diafragma. A medida que el diafragma se contrae y las cúpulas

descienden, la Ppl (o Pes) debería coincidir con la presión abdo-

minal positiva (o Pg) que genera la presión transdiafragmática. La

incapacidad del diafragma para contraerse da lugar a una pérdida

de la presión transdiafragmática y se ha observado después de

intervenciones quirúrgicas de la región abdominal alta no compli-

cadas

( fig. 34-24

). La fatiga diafragmática y la parálisis del nervio

frénico producen un patrón simila

r 147 .

Esto también se puede

observar desde el punto de vista clínico porque la alteración de la

actividad diafragmática se asocia con un movimiento paradójico

del abdomen hacia el interior durante la inspiración.

Trabajo respiratorio

El trabajo implicado en la respiración normal, denominado con

frecuencia

trabajo respiratorio (TR),

suele requerir un mínimo gasto

energético. El trabajo se define como la fuerza necesaria para mover

una masa multiplicada por la distancia desplazada: T=F×d. En el

sistema respiratorio, representa la presión (o fuerza) necesaria para

inspirar un cierto volumen de gas TR=P×V. Cuando hay un com-

promiso respiratorio, el TR puede ser bastante elevado, de hasta un

40% del consumo total de oxígeno (normalmente es

<

5%). El TR

puede estimarse midiendo los cambios de presión y de volumen en

una curva PV. El trabajo total es el área englobada por la curva

(integral de la presión y el volumen). Por tanto, cuanto mayor sea el

bucle,mayor será el TR

( fig.34-25 )

.Sin embargo,los estudios indican

que el trabajo mecánico calculado de este modo puede subestimar

el verdadero TR y muestra una escasa correlación con la V˙ o

2

de los

músculos respiratorios. Como alternativa, muchos clínicos creen

que el

producto presión-tiempo

(PPT) es la determinación más

Monitorización respiratoria

1199

34

Sección III

Control de la anestesia

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Figura 34-23

 Comparación de imágenes de tomografía computarizada (TC) y de tomografía de impedancia eléctrica (TIE) durante la ventilación mecánica de un

paciente con lesión pulmonar aguda. Las áreas

gris

y

blanca

de la imagen de TIE reflejan zonas con variación de la impedancia (cambios de volumen) y se

correlacionan con áreas bien insufladas en la TC. No hay cambio de impedancia en la TIE en la zona dorsal, donde existe una atelectasia en la TC.

(De Wolf GK,

Arnold JH: High-frequency oscillatory ventilation for adult acute respiratory distress syndrome: A decade of progress.

Crit Care Med

33(Suppl):S163-S169, 2005.)