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Suele ser necesario utilizar muchos aparatos complejos para reali-

zar el traslado con seguridad.En un estudio realizado sobre 125 tras­

lados desde la UCI se observó una incidencia de un 34% de

episodios adversos relacionados con el equipo, de los que el más

frecuente era la desconexión de los electrodos del ECG y el fallo

eléctrico del monito

r 190 .

La falta de técnicas de monitorización y de definiciones de

«episodio adverso» consensuadas explica en parte la amplia dis-

crepancia de la incidencia notificada. Además, se han realizado

pocos estudios pronósticos que hayan comparado las estrategias

de monitorización durante el traslado. Sin embargo, desde hace

mucho tiempo se ha observado que el traslado de pacientes en

estado crítico conlleva para ellos un mayor riesgo de compromiso

cardiovascular y respiratorio, tanto durante como después del tras-

lad

o 191 .

Se ha descrito una mayor incidencia de deterioro del inter-

cambio gaseoso e incluso de neumonía después del traslado

intrahospitalari

o 192,193 .

No es infrecuente la aparición de arritmias,

episodios de hipotensión y alteraciones de los gases sanguíneos.

Los estudios en pacientes que han sufrido traumatismos han reve-

lado una gran variabilidad de la frecuencia cardíaca y la presión

arterial durante el traslado para procedimientos diagnóstico

s 194 .

Por tanto, debe disponerse de una visualización continua del ECG

y la presión arterial. Además, debería utilizarse la pulsioximetría a

la luz de su elevada fiabilidad para predecir la hipoxemia y el inter-

cambio gaseoso. Una buena regla general consiste en monitorizar

a los pacientes en estado crítico lo más estrechamente durante el

traslado como se considere necesario en la UCI antes de dicho

traslado. Las complicaciones se reducen cuando se dispone de per-

sonal entrenado para enfrentarse a las complejidades del traslado

intrahospitalari

o 195 .

Se debería disponer de fármacos cardiovascu-

lares de urgencia para el traslado postoperatorio para todos los

pacientes con inestabilidad hemodinámica y en estado crítico. La

preparación del equipo y las listas de comprobación de los fárma-

cos antes del traslado pueden ayudar a garantizar que se está pre-

parado para cualquier fenómeno adverso. La unidad que recibe al

paciente debería confirmar antes del traslado que cuenta con el

equipo y el personal necesario para recibirle.

El traslado de un paciente sometido a ventilación mecánica

presenta los riesgos inherentes de la pérdida de la vía respiratoria y

de mayores alteraciones del intercambio gaseoso. Se debe contar con

el equipo y los fármacos necesarios para establecer y mantener una

vía respiratoria en estos pacientes durante cualquier traslado. La

presencia de un suministro adecuado de oxígeno con alarmas de

baja presión que funcionen correctamente debería verificarse

durante la preparación previa al traslado.Muchos autores recomien-

dan utilizar un ventilador mecánico en lugar de aparatos de venti-

lación manual para el traslado intrahospitalario porque se ha

observado una mayor variabilidad del pH y la presión de CO

2

con

el uso de los dispositivos manuale

s 196

.La ventilaciónmanual también

puede asociarse a una mayor incidencia de un deterioro significativo

de la relación Pao

2

/Fio

2

en comparación con la ventilación mecá-

nica (

P

=0,056

) 196 .

En un estudio con enmascaramiento en el que se

usó la capnografía, Tobias y cols. observaron una alta incidencia de

hiperventilación no intencionada cuando se usaban aparatos

manuales durante el traslado intrahospitalario de pacientes pediá-

tricos intubado

s 197

. Se han observado resultados similares en adultos,

y se puede lograr un control más estrecho de la Pco

2

si se monitoriza

la Pco

2

t

e 198

o el Vc durante la ventilación manual. Estos hallazgos

han llevado a muchos expertos a recomendar la monitorización de

la Pco

2

te además de la monitorización estándar para los pacientes

de alto riesgo que requieran un nivel más óptimo de ventilación.

Las contraindicaciones evidentes del traslado de los pacien-

tes en estado crítico son la incapacidad de proporcionar una oxi-

genación y ventilación adecuadas durante el traslado o en la unidad

de recepción. La inestabilidad hemodinámica o la incapacidad de

monitorizar de forma adecuada el estado cardiovascular durante el

traslado debería suscitar que se pospusiese o se cancelase. La rela-

ción riesgo/beneficio debería considerarse antes de cualquier tras-

lado para ayudar a determinar si es verdaderamente necesario; la

realización de estos análisis puede ser el método más eficaz de

evitar los episodios adversos durante el traslado. Indeck y cols.

observaron que el 68% de los pacientes trasladados desde una

unidad de traumatología para realizar pruebas diagnósticas sufrie-

ron cambios fisiológicos graves, mientras que sólo el 24% de los

traslados dieron lugar a una modificación del tratamiento del

pacient

e 199

. El desarrollo de aparatos portátiles cada vez más sofis-

ticados ha demostrado ser una alternativa a la cabecera del paciente

para muchos procedimientos diagnósticos y terapéuticos.

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