rior de autorregulación también se han asociado a cambios transi-
torios en los PESS de disminución de amplitud, que se resuelven
tras varios minutos de hipotensión continua al mismo nive
l 279 .Se
han observado modificaciones reversibles de los PESS a presiones
sistémicas dentro del rango normal en pacientes sometidos a trac-
ción vertebral durante la cirugía de la escoliosis. Estos cambios se
resolvieron con aumentos de la presión arterial sistémica ligera-
mente por encima de la presión normal del paciente, lo que sugiere
que la combinación de manipulación quirúrgica con niveles de
hipotensión que se suelen considerar «seguros» puede provocar
una isquemia medular espina
l 280 .Los cambios en la temperatura también afectan a las RES.
La hipotermia produce aumentos en la latencia y descensos en la
amplitud de las RES corticales y subcorticales en todas las moda-
lidades de estimulació
n 281-283 .La hipertermia también altera las
RES; los incrementos de temperatura conllevan un descenso en la
amplitud de los PESS y una pérdida de los mismos a 42 °C durante
la hipertermia inducid
a 284 .Se ha comunicado que cambios en la presiones de los gases
sanguíneos pueden alterar la RES, probablemente en relación con las
variaciones en el flujo sanguíneo o en el aporte de oxígeno a las estruc-
turas nerviosa
s 285,286 .La hipoxia provoca cambios (descenso de la
amplitud) similares a los que se observan con la isquemi
a 286 .La dismi-
nución del aporte de oxígeno asociada a la anemia durante la hemodi-
lución isovolémica da lugar a aumentos progresivos en las latencias de
los PESS y los PEV, que se tornan significativos con hematocritos por
debajo del 15%. Los cambios en la amplitud fueron variables hasta que
se alcanzaron cifras de hematocrito muy bajas (aproximadamente del
7%), momento en el que disminuyó la amplitud de todas las onda
s 287.
Resumen
Con independencia del tipo de monitorización neurológica
intraoperatoria que se utilice, es necesario seguir varios princi-
pios para que el uso de esta monitorización pueda tener benefi-
cios potenciales para el paciente. En primer lugar, la vía en riesgo
durante el procedimiento quirúrgico debe ser accesible a la
monitorización. En segundo lugar, si se detecta evidencia de
lesión en la vía debe ser posible llevar a cabo algún tipo de inter-
vención. Si se observan cambios en el monitor neurológico y no
hay intervención posible, aunque el monitor pueda tener valor
pronóstico no posee el potencial de proporcionar un beneficio
directo al paciente mediante la detección precoz de una lesión
neurológica inminente. En tercer lugar, el monitor debe aportar
datos fiables y reproducibles. Si los datos presentan un grado de
variabilidad elevado en ausencia de intervenciones clínicas, su
utilidad para la detección de eventos clínicos significativos es
limitada.
Este capítulo ha revisado los tipos de monitorización neu-
rológica intraoperatoria que se emplean con mayor frecuencia en
la práctica clínica. Los estudios clínicos pueden aportar datos
sobre la eficacia de un monitor neurológico para un procedimiento
determinado con el fin de mejorar el pronóstico neurológico.
Aunque la experiencia clínica con muchas de estas modalidades
de monitorización es muy rica, hay poca experiencia de estudios
aleatorizados prospectivos que evalúen la eficacia de la monitori-
zación neurológica. Sobre la base de la experiencia clínica con la
monitorización neurológica y de los estudios clínicos no aleatori-
zados en los que la monitorización neurológica se utiliza y se
compara con controles históricos, se han desarrollado patrones
prácticos para el uso de dicha monitorización neurológica. En
determinados procedimientos la monitorización neurológica se
recomienda y utiliza en la mayoría de los centros. En otros proce-
dimientos la monitorización se utiliza casi rutinariamente en
algunos centros, pero no en otros; y en algunos procedimientos no
existe experiencia clínica clara ni evidencia que indiquen que
dicha monitorización pueda tener algún tipo de utilidad (uso
experimental). Finalmente, existen procedimientos en los que la
monitorización se usa de forma selectiva en pacientes que parecen
tener un riesgo más elevado de lo habitual de daño neurológico
intraoperatorio. La
tabla 36-5proporciona un resumen de la prác-
tica clínica actual.
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Sección III
Control de la anestesia
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