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1506

Control de la anestesia

III

hemoglobina o hematocrito. La limitación de estos parámetros se

basa en la potencial gran variabilidad que hay de un paciente a otro

en cuanto a su necesidad de una mayor capacidad de transporte de

oxígeno. Por ejemplo, los pacientes jóvenes y sanos con una función

cardiorrespiratoria normal pueden compensar fácilmente la anemia

(crónica o aguda inducida por hemorragia), pero los ancianos con

enfermedad cardíaca y el mismo nivel de hematocrito pueden tener

serios problemas durante la cirugía y la anestesia. El nivel de hemo-

globina de un paciente concreto varía considerablemente en el

período perioperatorio, de forma independiente y adicional a las

transfusiones de hematíes. Esta cuestión ha provocado que dis-

tintas organizaciones médicas den más importancia a la valoración

clínica global que a un valor de laboratorio concret

o 4

, con alguna

controversia al respect

o 5

. A la inversa, otras organizaciones han

elegido establecer unas directrices mucho más complejas, como las

que se señalan en la

tabla 45-1

del American College of Surgeons.

A pesar del atractivo intelectual de este último planteamiento, la

mayoría de estos criterios no establece distinción alguna entre el

volumen intravascular inadecuado y la disminución de la capaci-

dad de transporte de oxígeno.

El uso de los valores de hemoglobina o hematocrito como

criterio inicial para definir la necesidad de transfusión data de la

conferencia de consenso de los National Institutes of Health de

198

8 6

, en la que se concluyó que los pacientes que no tienen otra

enfermedad, y cuyo hematocrito es mayor del 30%, rara vez requie-

ren transfusiones de sangre en el período perioperatorio, mientras

que los que tienen anemia aguda (tras una hemorragia intraopera-

toria) menor del 21% sí suelen requerir una transfusión. También

se reconoció que los pacientes con anemia crónica (como en el caso

de insuficiencia renal crónica) pueden tolerar concentraciones de

hemoglobina inferiores a 7 g/dl. Sorprendentemente, y a pesar de

muchos estudios, publicaciones y debates, las directrices funda-

mentales no han cambiado de modo sustancial en los 20 años que

han transcurrido desde aquella conferencia.

La determinación final de los niveles de hemoglobina y

hematocrito a partir de los cuales es necesario administrar sangre

debe estar sometida a un juicio clínico basado en múltiples facto-

res, como el estado cardiovascular, la edad, la previsión de hemo-

rragia adicional, la oxigenación arterial, la presión de oxígeno en

sangre venosa mixta, el gasto cardíaco y el volumen sanguíneo. Se

ha recomendado el cociente de extracción de oxígeno como indi-

cador para las transfusione

s 7 ,

pero esta técnica requiere una moni-

torización invasiva, y aun así, los resultados obtenidos al usarla no

difieren sustancialmente entre los grupos transfundidos o no trans-

fundidos.

Varios grupos han intentado definir, por lo general en pacien-

tes de cuidados intensivos, el punto a partir del cual se debe trans-

fundir sangre según las mediciones de oxigenación tisular y

hemodinámicas (p. ej., aumento del consumo de oxígeno en res-

puesta al aumento del contenido del mismo

) 8-10

. Ninguna medición

específica puede predecir de forma sistemática cuándo un paciente

se beneficiará de una transfusión. Sin embargo, las pruebas sugieren

que la calidad de la sangre (p. ej., tiempo de almacenamiento) y su

capacidad de aumento de transporte de oxígeno (p. ej., nivel de

hemoglobina

>

10g/dl) pueden ser beneficiosas para pacientes crí-

ticos. Purdy y cols

. 11

confirmaron este concepto y hallaron que los

pacientes que recibían sangre almacenada durante 17 días (intervalo

de 5 a 35 días) frente a los que recibían sangre de 25 días (interva­

lo de 9 a 36 días) presentaban una tasa de supervivencia mayor. En

1999 la duración del almacenamiento de la sangre de banco se

asoció al desarrollo de neumonía postoperatoria tras cirugía cardía-

c

a 12

. Pero en el año 2003, el almacenamiento prolongado de sangre

no se asoció a una mayor morbilidad tras dicha cirugí

a 13 .

Sin embargo, la historia continúa. En 2006, Weiskopf y cols.

realizaron estudios en voluntarios sanos evaluados, mediante una

prueba neuropsicológica estándar informatizada, 2 días y 1 semana

después de inducir una anemia aguda isovolémic

a 14 .

Cuando se

corrigió la anemia, se concluyó que los eritrocitos que habían sido

almacenados durante 3 semanas eran tan eficaces como los que lo

habían sido durante 3,5 horas. Spah

n 15

escribió un artículo en el

que manifestaba su acuerdo con Weiskopf y cols

. 2

y, además, pro-

ponía que los niveles de 2,3-difosfoglicerato (2,3-DPG) pueden no

ser el factor clave determinante del aporte de oxígeno (es decir, los

niveles de 2,3-DPG están reducidos en la sangre más antigua pero

la sangre aún libera oxígeno).

Dos años más tarde se publicaron algunas conclusiones

diferentes. Koch y cols

. 16

concluyeron que la administración de

eritrocitos (en concentrados de hematíes) de más de 14 días se

asoció a un aumento del riesgo de complicaciones postoperatorias,

junto a una menor supervivencia a corto y largo plazo en pacientes

sometidos a cirugía de bypass coronario. Este artículo también

contaba con un editorial en el que se concluía que «en la medida

de lo posible, se debería usar la sangre más fresca en aquellas

situaciones que parezcan necesitarla

» 17 .

En lugar de seguir adelante

con la controversia y el debate en torno a la influencia de la anti-

güedad de la sangre trasfundida, es necesario analizar en conjunto

todos los estudios que existen para tener en cuenta la salud del

paciente y la afección que requieren la transfusión de sangre. Este

debate aún está lejos de ser resuelto. Dado que la calidad de la

sangre disminuye con la duración del almacenamiento, no sería

Tabla 45-1

 Clasificación de las hemorragias agudas según el American College of Surgeons

Factores

Clase I

Clase II

Clase III

Clase IV

Pérdida de sangre (ml)

750

750-1.500

1.500-2.000

2.000 o más

Pérdida de sangre (% del vol. sanguíneo)

15

15-30

30-40

40 o más

Pulso (latidos/min)

100

100

120

140 o superior

Presión arterial (mmHg)

Normal

Normal

Disminuida

Disminuida

Presión del pulso (mmHg)

Normal o aumentada

Disminuida

Disminuida

Disminuida

Prueba de relleno capilar

Normal

Positiva

Positiva

Positiva

Respiraciones por minuto

14-20

20-30

30-40

35

Diuresis (ml/h)

30

20-30

5-10

Insignificante

Sistema nervioso central: estado mental

Ligera ansiedad

Ansiedad moderada

Ansiedad, confusión

Confusión, letargo

Reposición de líquidos (regla 3-1)

Cristaloides

Cristaloides

Cristaloides+sangre

Cristaloides+sangre