trastornos hemorrágicos hipotrombinémicos adquiridos, sobre
todo la sobredosis de warfarina sódica, pero su uso está limitado
por el riesgo de hepatitis.
Plasma de donante único
El plasma de donante único se ha extraído de sangre almacenada
sin hacer esfuerzos para mantener los factores de la coagulación.
Este hemoderivado es muy eficaz como expansor de volumen.
Con este hemoderivado se deben seguir todas las precauciones
que se han apuntado para la administración de PFC. Es evidente
que no se puede utilizar para corregir los déficits de factores de la
coagulación.
Otras opciones para reducir
la infectividad
Detergente-disolvente
El plasma de donantes múltiples se unifica y se somete a una
mezcla lipolítica de un solvente (tri-n-butil fosfato) y un detergente
(octil-fenoxi-polietoxietanol) para inactivar los agentes infecciosos
con envoltura lipídica, como el VIH, el HTLV y los virus de las
hepatitis C y
B 108 .Tiene varios inconvenientes, como el riesgo de
contaminación por agentes sin envoltura. Puede ser necesario
retirar el lote después de haberse comercializado alguna fracción,
y quizá sea más caro que otros preparados.
Plasma de donante único con reanálisis
En este caso, tras la donación y preparación del PFC, se guarda la
unidad (la primera donación) si todos los antecedentes y los mar-
cadores de enfermedades infecciosas son negativos. La unidad no
se comercializa hasta que el mismo donante vuelve a donar una
segunda unidad, al menos 3 meses después de la primera y de
nuevo pasa todo el proceso de admisión de donantes y las pruebas
inmunológicas. En ese momento se comercializa la primera unidad.
La segunda unidad no se comercializa hasta que el donante vuelve
3 meses después para una tercera donación y de nuevo pasa todas
las pruebas. En ese momento se puede comercializar la segunda
unidad. Esta estrategia tiene ventajas evidentes, pero es compleja
desde el punto de vista administrativo.
Plasma de donante habitual
Existe una relación inversa entre el número de donaciones que una
persona ha dado y la posibilidad de que se convierta en seroposi-
tiva de una enfermedad. La relación es independiente del tiempo
durante el que se hayan realizado las donaciones. La máxima
reducción de la incidencia de seropositividad se alcanza a la cuarta
o más donaciones. Según las predicciones, es posible reducir la
seropositividad (y, por tanto, la transmisión) a un tercio o a la mitad
de la cifra actual.
Estas opciones fueron presentadas en la reunión del comité
de transfusión de la Universidad de California, San Francisco, e
indican que los médicos dispondrán de muchas maneras para
garantizar plasma más seguro para los pacientes. Con las nuevas
pruebas de infectividad, las estrategias antes descritas para el PFC
pueden no ser necesarias.
Preparados de albúmina
y proteínas plasmáticas
Existen varios productos comerciales que contienen albúmina para
aumentar el volumen intravascular. La albúmina está disponible en
soluciones al 5 o al 25% en suero salino isotónico. También se
dispone de fracciones de proteínas plasmáticas que contienen
albúmina y
a
y
b
globulinas. Estas soluciones se preparan comer-
cialmente a partir de fracciones de albúmina extraídas de grandes
reservas de plasma reconstituido en soluciones isotónicas de elec-
trólitos. Estas soluciones se pueden administrar sin tener en cuenta
el grupo ABO y sin pruebas cruzadas, y deben utilizarse sobre todo
como expansores de volumen. Son muy caras y hay pocas reservas.
La administración de albúmina se ha asociado a sepsis bacterian
a 109 .Durante la mayor parte del año 1997 hubo escasez de albúmina al
5% por la preocupación sobre la contaminación por ECJv. Si se
dispone de albúmina, debe administrarse en las 4 horas desde que
se inició la infusión, por la posible contaminación después de abrir
la botella. En 2003, Vincent y cols
. 110analizaron todas las notifica-
ciones de efectos adversos de 10 de los principales suministradores
mundiales de albúmina humana entre los años 1998 y 2000. Aunque
quizá no se comunicaron todos los casos, los investigadores con-
cluyeron que los efectos adversos de la administración de albúmina
humana eran infrecuentes. Parece ser bastante segura, pero sus
indicaciones son controvertidas.
La administración de fracciones de proteínas plasmáticas de
las soluciones de albúmina al 5% debe restringirse al tratamiento
de la hipoproteinemia documentada o de enfermedades como
quemaduras y peritonitis, en las que es probable que exista hipo-
proteinemia. Estas soluciones expanden el espacio vascular durante
períodos más prolongados que las soluciones equilibradas de elec-
trolitos. Sin embargo, las propiedades osmóticas de la albúmina
arrastran líquido al espacio vascular desde otros compartimentos
líquidos extracelulares. En la mayoría de los estados de hipovolemia
y deshidratación, ya hay depleción de todo el espacio extracelular.
Se deben administrar líquidos como suero salino al 0,9% o solución
de Ringer lactato, que expanden todo el espacio extravascular.
Tratamiento con soluciones
de coloides sintéticos
Durante muchos años se ha debatido sobre el conflicto entre el uso
de coloides y de cristaloides. El Consorcio Hospital Universitario
desarrolló directrices para el uso de albúmina, coloides no protei-
cos y soluciones coloide
s 111 .Por desgracia, ningún anestesiólogo
participó en el desarrollo del consenso. Desde el año 2000, Bold
t 112analizó la bibliografía, incluida la revisión del grupo Cochrane de
2002, y no encontró diferencias consistentes entre los cristaloides
(isotónicos e hipertónicos) y los distintos tipos de coloides como
base para la reposición del volumen intravascular. No hay duda de
que los coloides expanden este volumen más que los cristaloides
(es decir, se necesita menos cantidad de coloides para una reani-
mación intravascular adecuada
) 113 .No obstante, considerando los
resultado (p. ej., mortalidad) no se han aportado pruebas convin-
centes de que una estrategia de reposición de líquidos sea mejor
que otras.
1528
Control de la anestesia
III